martes, 20 de agosto de 2019

EDITORIAL (Magazine No. 605)


En nuestras secciones quincenales, presentamos "365 Meditaciones Tao", de Ming Dao Deng, con el texto "Conocimiento". En la sección "Pensamiento", ofrecemos un dicho de Confucio.

En este número del boletín Nei Dan, traemos, nuestras secciones mensuales, que además de videos y música, trae también reseña de libro.
Videos de Taiji y Reseña de Película:

-Videos de Taiji (Empuje de manos: "Real Kungfu Fighting - Push Hand Tui Shou Tai Chi Competition"
-Videos de Taiji (Colaboraciones): "Yang Tai Chi Tui Shou - Pushing Hands - Volume 1".
-Reseña de Película:  Un monstruo viene a verme (Juan Antonio Bayona).

En nuestras Secciones de Autor traemos, en El sanador interno (Adaliz Buitriago), la primera entrega de "Los mensajes que vienen del cielo". En la sección En modo Ch'i (Josnil Rojas), su tercera entrega: "Tan Tien: campo de transmutaciones".

En la sección "Artículo" les ofrecemos la quinta parte de "¿Por qué leemos poesía en las clases de Taiji-Qigong?" (Roberto Chacón).

También les traemos hoy, en nuestra sección "Artículos del Archivo Nei Dan" el texto "El zorro y el centauro (I)" (Roberto Chacón).



NEI-WAIJIA: NOTICIAS Y MÁS (Magazine No. 605)

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ARTÍCULO (Magazine No. 605)

¿POR QUÉ LEEMOS POESÍA EN LAS CLASES DE TAIJI-QIGONG?
V

Poesía y Tai Chi Chuan

¡Cuán maravilloso es el Tai-chi chuan,
Cuyos movimientos siguen las leyes de la naturaleza!
Continuo como una pulsera de jade,
Cada movimiento reposa en el símbolo del Tai-chi.”
La canción de la esencia y la aplicación del Tai Chi Chuan
Li I-yü (1832-1892)

Tai Chi (Taiji / 太极) se traduce normalmente por “cosmos” o “universo”: los infinitos avatares del Yin y del Yang. El símbolo de esta noción es el Taijitu (太极 / figura Taiji). De manera que Tai Chi Chuan (Taijiquan / 太极拳) puede traducirse como el arte marcial del Yin y el Yang o del “cosmos”. Pero muchas veces leemos que Tai Chi Chuan se traduce también como el “Último Puño Supremo” o “Boxeo Supremo Absoluto” (o “Definitivo”). ¿Por qué la discrepancia en las traducciones?

En el Liezi (1), el tercero de los grandes textos fundamentales del taoísmo “filosófico” –o del “pensamiento poetizante”- (después del Daode Jing y el Zhuangzi), podemos leer el siguiente pasaje:

“El caos es la sustancia del Tao.
Pues bien, cuando culmina el movimiento, vuelve el reposo.
El reposo alcanza su punto culminante,
Y el reposo en su punto culminante vuelve al movimiento.
Las Cinco Referencias están en su punto culminante.
Eso es la Techumbre Suprema.

En la Techumbre Suprema queda concluida la Gran Blancura,
Se transforman y se unen el Yin y el Yang,
Se realizan los Cinco Agentes, aparecen los mil seres.
Pues bien, la Techumbre Suprema dispone y reparte;
Lo ligero y claro forma el Cielo,
Lo pesado y opaco forma la Tierra. Se manifiesta el Gran Tao.”

Por “caos” debemos entender “vacío”: las potencialidades de ser indiferenciadas. Las “Cinco Referencias” son los números Shu (cuadrado mágico), esenciales para la formación del cosmos. Los “Cinco Agentes” son los arquetipos de las fases de todo ciclo mutacional: Agua, Madera, Fuego, Tierra y Metal. La “Gran Blancura”, en este texto, es una imagen alquímica del principio de la condensación o precipitación de lo opaco y pesado, lo que en occidente llamaríamos “materia”. Los “mil seres” es una abreviación poética de la expresión “diez mil seres”, la totalidad de la creación.

La expresión “Techumbre Suprema” es una imagen poética del diagrama Taiji o Taijitu. También puede traducirse por la “viga cumbrera suprema”. Es decir, que Taiji no es sólo los infinitos avatares del Yin y el Yang, sino la ley secreta que rige sus relaciones y mutaciones.

Un texto del Huainanzi (texto escrito bajo el patrocinio de Liu An [179-122 A. C.], Rey de Huainan) nos habla de ésta “ley secreta”:

Hay un comienzo que aún no ha comenzado:
Comienza a descender el Aliento del Cielo,
Comienza a ascender el Aliento de la Tierra
El Yin y el Yang confusamente concertados,
Juntos retozan, se aprietan y se propagan en el universo.
Llevan en sí la Virtud, rebosan Armonía.
Confusamente, exuberante,
Trata de unirse en seres
Y aún no se ha formado en gérmenes.”

El verso que habla de “Virtud” (capacidades inherentes), también dice que el Yin y el Yang “rebosan Armonía”, lo cual significa que ya en el Taiji (la viga cumbrera suprema), donde se reúnen y transforman el Yin y el Yang, está presente la Virtud ( / ) y la Armonía (Yöng / ), que no se trata de atributos humanos proyectados en las cosas, sino, más bien, cualidades del Tao que co-pertenecen al hombre, y que éste hace consciente y expresa.

En otras palabras, no se trata de que la poesía ponga en juego el sentido (el sentido del camino), sino que ya el Tao, en tanto armónico, armonioso y armonizador, es poético, o mejor dicho: poiético (el Camino es el Sentido). Si el Taiji, la Techumbre Suprema, expresa un Axis Mundi, un eje de sentido, que revela y configura al cosmos y sus posibilidades de infinitas transformaciones, entonces, el arte marcial del Tai Chi es la poética de combate suprema, definitiva. La poética de las poéticas de la lucha.

El Taijitu más antiguo y conocido data de la dinastía Song (960-1279 D.C.), y es conocido como el Xiantian Taijitu, el “Taijitu de los primeros tiempos”. Se dice que el pensador neoconfucionista Zhu Xi (1130-1200) fue uno de sus grandes divulgadores. Este símbolo, conocido en China como el de los “peces Yin y Yang”, es la imagen de ese cosmos taoísta regido por la ley poiética del Taiji.





El Taijitu atribuido a Lai Zhide (1525-1604 –Dinastía Ming) o Laishi Taijitu, expresa con mayor énfasis la antigua idea taoísta de Taiji como “viga cumbrera suprema”, la cual no sería, como en el chamanismo, el “árbol del mundo”, sino el “aliento intermedio” (Chi /Qi), que hace posible el movimiento y transformación del Yin y del Yang.


Ese aliento intermedio es la manifestación del Wuji (Vacío Primordial) en Taiji, puesto que Taiji proviene de Wuji. Así lo observamos en el Wujitu o Zhouzhi Taijitu (Taijitu del maestro Zhou), atribuido a Zhou Dunyi (1017-1073 D.C.), si bien parece que su creador fue el sabio taoísta Chen Tuan o Chen Bo ( / los caracteres Tuan [] y Bo[] se parecen mucho), quien habría nacido por lo menos medio siglo antes de Zhou Dunyi, a finales del período de las Cinco Dinastías y los Diez Reinos (907-960 D. C.) y comienzos de la dinastía Song (960-1279 D.C.).


El Wujitu no sólo describe simbólicamente la cosmogénesis taoísta sino, y principalmente, su ontología: que el corazón del ser es vacuidad, y que de ahí proviene el aliento vital e inagotable que anima a los “diez mil seres”.

En el arte marcial del Tai Chi o Taijiquan, una de las metáforas (koans poéticos) que explican el arte como un todo es “Hacer Taiji es estar en Wuji”, que se entiende por lo antes dicho y, especialmente, por el Laishi Taijitu: si el espíritu (Shen) está en Wuji (estado de meditación profunda), se puede navegar centrado y sereno por los “infinitos avatares del Yin y el Yang”, como “capitán de la propia alma”.




Las otras tres metáforas cimeras del arte son: “Hacer Tai Chi es hacer Ma Bu” (Postura de Jinete), “Hacer Tai Chi es tener Peng Jing” (fuerza expansiva que nace en Dan Tien) y “Hacer Ta Chi es hacer Louxi Aobu” (“Romper el paso y Cepillar la rodilla”).

El antiguo poema del Poste Universal, citado por el maestro Kuo Lien-Ying en su libro Tai Chi C’huan. Aspectos marciales, hace referencia tanto al Taiji como “viga cumbrera suprema” como a la práctica del Zhan Zhuang Gong (“Estar parado como un poste”), una forma de Qigong asociada con las prácticas marciales chinas. (2) Citamos aquí sus primeros versos:

“El poste universal es una forma mística de arte marcial
Nunca se puede comprender como se practica en su totalidad
Aparece como un abrazo, con una sonrisa en la cara
Aplicando un vigor interior
Estoy relajado sin recurrir a la fuerza
Como nubes flotando al viento por todas partes
Uso fuerzas del universo, y mi fuerza se hace sólida
La potencia viene de la respiración.”

Uno de los problemas de las traducciones de las poesías antiguas relativas a las artes marciales, es que muchas veces las hacen personas no lo suficientemente versadas en poesía, especialmente la china antigua y/o en la imaginería marcial. Incluso, hay quien las traduce tratando de conceptualizar las imágenes, es decir de “despoetizar” el texto. Como vimos con las traducciones posibles del primer verso del Daode Jing, realizadas por Alan Watts, el idioma chino y la escritura ideográfica se prestan para múltiples interpretaciones y traducciones, con el peligro de que las menos elaboradas empobrezcan el sentido de los versos. (3)

Veamos como ejemplo de estas dificultades en la hermenéutica de la traducción poética, dos versiones al castellano del poema Rencor, del gran poeta de la dinastía Tang, Li Bai (701-762 D. C.). La primera versión pertenece a Alfredo Gómez Gil y Cheng Guan Fu (Antología poética de la Dinastía Tang. Primer período de oro, EDAF); el segundo a Chang Shiru (Poesía y pintura de la Dinastía Tang –Antología selecta, China Intercontinental Press).

RENCOR
“Al quicio de un abierto vano
hay sentada una belleza genuina.
Su entrecejo está fruncido duramente
mientras que sus ojos ahítos de lágrimas.
Nadie sabe a quién odia… nadie.”

RENCOR
Tras abrir la cortina de perla. La bella mujer,
Se sienta silenciosamente, con las cejas fruncidas.
Puedes ver sus mejillas surcadas por lágrimas,
Pero no te enterarás a qué se debe tanto dolor.

El hombre moderno cree que lo importante en todo conocimiento, son sus unidades básicas de categorización: los conceptos –“unidades cognitivas de significado”-; los cuales son hoy día cada vez más proclives a ser sintetizados en paquetes de información (datos). De modo que el principal peligro que corren los antiguos poemas chinos relativos a las artes marciales es el ser “traducidos” a discurso conceptual, explicados –digámoslo así- en terminología moderna.

Quizá, la oposición fundamental que hace posible el nihilismo y su consumación en los tiempos que vivimos, es la que contrapone a la metafísica occidental con la poesía. Por ello Nietzsche dirá que “los conceptos son los cadáveres de las vivencias y metáforas originarias”, (4) son “metáforas ya olvidadas que han perdido su fuerza sensible”. Un concepto sería, apenas, “el residuo de una metáfora”. Heidegger, a su vez, señala que los conceptos están hechos de metáforas olvidadas y deterioradas por el empleo excesivo, muchas veces discordantes o contradictorias entre sí, que son amalgamadas y comprimidas para un nuevo uso no acorde con los sentidos etimológicos originales involucrados. Lo que se traduce en una corrupción del sentido, y su eventual empobrecimiento.

Un ejemplo fácil lo tenemos en la palabra “manufactura” que hoy se utiliza para hablar de la producción industrial en serie, cuando su etimología evidente nos habla de lo “hecho a mano”.

La metáfora, potencia fundamental del lenguaje y piedra angular de toda poesía, consiste en un desplazamiento de significaciones que se produce debido a un excedente de sentido. El concepto, legitimándose en la exactitud y la funcionalidad, quiere amarrar el significante (la palabra) remitiéndola a un solo y estrecho significado. Todo ello a costa del sentido. El “olvido del ser” es también, el olvido del sentido.

Literalmente, no tiene sentido traducir un lenguaje poético a discurso conceptual. Los poemas, en tanto creadores de sentido (poiesis), portan un elemento no-nihilista indispensable para la humanidad contemporánea que vive en los tiempos del eclipse del alma, del nihilismo consumado. Y eso es lo que hace importante para la humanidad de hoy y del futuro, a todas las artes y prácticas poiéticas, entre éstas el Taijiquan y el Qigong.

El maestro Yang Jwing Ming, en su libro Teoría del Taiji y fuerza marcial, cita quince de los poemas canónicos del Taijiquan, que él considera los más conocidos y útiles. Antes, resume las dificultades de la traducción de esos poemas: expresiones chinas que traducidas literalmente carecen de sentido en otros idiomas, falta de conocimiento del contexto histórico-cultural, las palabras chinas (monosilábicas) tiene diferentes significados tanto oral como en escritura ideográfica (por eso se tienen diferentes versiones de los poemas ya en los mismos idiomas chinos), la pérdida de significado de algunos términos por el paso del tiempo y las diferencias gramaticales entre los idiomas chinos y otras lenguas. Estos puntos quizá sean los más importantes, pero, sabemos, no son los únicos. Pero el más relevante de todos, sin lugar a dudas, es éste:

“[…] el traductor tiene que tener una experiencia y comprensión bastante similar, así como sentimientos similares, a los del autor original para poder transmitir el mismo significado”. (Yang Jwing Ming, Ob. Cit.)

En el Clásico del Taijiquan, de Wang Zong-Yue, leemos los siguientes versos:

“Colócate de pie como una balanza en equilibrio, (muévete) con viveza como la rueda de un carro”.

El maestro Yang Jwing Ming pasa luego a explicar las metáforas en prosa moderna. Como hombres de hoy, la explicación parece satisfacer nuestro conocimiento, tenemos la sensación de haber resuelto el enigma satisfactoriamente.

Pero recordemos lo que dijo el maestro Nan Lu, al hablarnos del verso “El tigre alerta ronda la montaña”. La imagen tiene un quantum de Qi (Chi), de aliento vital, produce un excedente de sentido tal, que, en comparación, muestra sin ambages la esterilidad intrínseca de las conceptualizaciones. El intelecto agradece los “fósiles” para catalogar, pero el corazón y el alma no obtienen nada con qué nutrirse. El maestro Yang lo sabe, por eso hace la traducción poética del verso y coloca el original en ideogramas, para aquel buscador que quiera adentrarse en el enigma y desconfíe de las representaciones conceptuales.

La Canción del boxeo, de Wu Ch’eng-ch’ing, comienza con el verso:

“Pon mucha atención cuando practiques esquivar, girar hacia atrás, presionar y empujar.”

En la versión de Douglas Wile (Clásicos perdidos del Tai-Chi, de finales de la Dinastía Ch’ing), se resaltan, poniéndolas en cursiva, las palabras que se refieren a las cuatro estrategias básicas del Taijiquan: Peng, Lu, Ji y An. Sin embargo, la palabra que le da sentido pleno a toda la canción es “atención”, que refiere por un lado a “estar en Wuji”, es decir, receptivo (vacío) y a la vez espontáneamente creativo, y por otro, al extenso cultivo de los Jin sensores o capacidades sensibles, que son primordiales tanto para el desarrollo marcial del Taiji, como para su servicio como arte del camino (del vivir). “Atención”, aquí, tiene que mucho ver con la “alerta” del tigre de Nun Lu.

J. L. Borges, conocedor de la importancia de la lengua, la literatura y los arquetipos para el espíritu humano (la cultura), sabía que el “tigre” no sólo es un animal real, también hay un “tigre” del alma, un “tigre” arquetipal donde se entrelazan amorosamente la belleza y la letalidad, donde hacen Tao la elegancia y la ferocidad. Para nuestra cultura, el tigre que vemos en un documental o en el zoológico inmediatamente nos remite al tigre del poema de William Blake (“Tigre, tigre, que te enciendes en luz / por los bosques de la noche”) y a Sandokan, el “tigre de la Malasia”, y, sobre todo, a Shere Khan, el fabuloso personaje de El libro de la selva de Kipling. (5)

A veces, un matiz en la traducción confiere a la imagen una sin igual fuerza y profundidad. En Las Canciones de los Ocho Senderos, atribuidas a T’ang Meng-hsien, podemos leer el comienzo de “La canción de ‘Esquivar’” (según la traducción al castellano del libro de Wile Las transmisiones secretas de la familia Yang):

“¿Cómo podemos explicar la energía de Esquivar?
Es como el agua que sustenta a una barca que se mueve.
Primero hacer sustancial el chi en el tan-tien.”

En otras traducciones aparece así, quizá de una forma más escueta, pero que resuena más en el alma:

“Peng Jing (“esquivar” o “rechazar”) es como un bote que flota en el agua.
Hunde el chi en el Tan Tien.”

En un texto sobre las tradiciones que aportaron prácticas y documentos para el desarrollo del Taijiquan (Los precursores del Tai Chi Chuan. La creación de un arte marcial interno, de Douglas Wile), aparece un manual de los “24 Caracteres Caligráficos”, de Ch’ang Nai-chou, un arte marcial hoy extinto. La primera postura se llama “Ofreciendo el Melocotón Sagrado de la Inmortalidad”. La mayoría de los interesados en descifrar el enigma del nombre lo hacen para ver el aporte que puede hacer la leyenda del “melocotón de la inmortalidad del otro lado del mar que sólo aparece una vez cada mil años” a la técnica descrita (que tiene un dibujo descriptivo añadido), y no a las energías (que incluye disposiciones de ánimo) que sugiere la imagen de la leyenda y otras que resuenan con ésta. Es decir, se quedan en los aportes meramente técnicos y funcionales, y no alcanzan a percibir los aspectos “artísticos” (poiéticos). Buscan datos exactos para descifrar la realización de una ejercitación y no el arquetipo que la hace fértil poiéticamente, creativa marcial y energéticamente.

Además de los llamados “Clásicos del Tai Chi”, escritos en verso, la poesía se entreteje con el arte marcial, entre otros aspectos, a través de los nombres de los motivos marciales, los movimientos que forman parte de los esquemas o formas. Un motivo como el de “Peinar (o “acariciar”) la Crin del Caballo Salvaje”, no sólo es una fórmula secreta para aludir al Viento, puesto que el movimiento es un arquetipo de la fase Madera en el Taijiquan, también el nombre poético revela una imagen poderosa que alimenta la energía de las estrategias básicas Ji (Chi /volverse contra el centro del contrario) y Tsai (desarraigar).

Algunos cultores del Tai Chi, hablan de modernizar esos nombres. Argumentan que para alguien de nuestro tiempo una “grulla blanca que abre sus alas” no significa nada, más aún en latitudes donde no existen las grullas. Ese motivo del Tai Chi Chuan pudiera ser sustituido por algo más cotidiano, accesible a toda persona citadina, como pudiera serlo “El policía dirige el tránsito”.

No está mal que se busquen experiencias cotidianas para ilustrar algunos movimientos del Taijiquan, si para el común de las personas, sobre todo en occidente, las imágenes poéticas chinas se muestran demasiado remotas en el tiempo y, sobre todo, culturalmente. Pero no veo por qué han de sustituir a los nombres poéticos. Hay que recordar que en el programa chino oficial de Wushu, realizado bajo los dictados del Partido Comunista Chino, los nombres poéticos de los movimientos marciales fueron sustituidos por nombres técnicos a la usanza deportiva occidental. Pero no sólo privaron criterios deportivos, sino también políticos, dado que la mayoría de esos nombres hacen referencia a aspectos mitológicos, legendarios y religiosos de la China tradicional, cosa que el Partido Comunista Chino quiso borrar de raíz, sobre todo durante la “revolución cultural”.

Un ejemplo de los extremos hasta donde llegó esta política aculturadora: en el estilo Yang tradicional, la forma larga tiene 108 secuencias. (6) En el programa estandarizado de Yang, la forma larga tiene 88 secuencias. Sin embargo, ambas formas son casi idénticas. Pero el número “108” debía cambiarse, pues remite a la tradición budista. Por eso también se popularizó el término “Qigong” para las formas de cultivo del Qi, puesto que era una manera de evitar las alusiones religiosas que conllevan la mayoría de los nombres de las diversas tradiciones de trabajo energético.

Los “modernizadores” en cuanto a la terminología del Tai Chi, ya lo hagan de buena o mala fe, olvidan el poder energético, anclado en el inconsciente colectivo, de la antigüedad del símbolo. Nuestro poeta, Rafael Cadenas, lo dice de esta manera: que la poesía nos hace contemplar lo originario como si lo hubiésemos olvidado.

Un chamán chino sabe que un pictograma tiene un gran poder energético, sólo por su antigüedad, cosa que no puede tener nunca un ideograma simplificado moderno. Lo moderno se caracteriza por el deseo de romper los lazos con el pasado, pero en el mundo de la energía y los arquetipos (Arche significa “principio” y “origen”) lo antiguo significa cercanía al origen, a lo primordial.

La grulla, dice Robert Graves, es en toda Eurasia y especialmente en China, un símbolo de la poesía. El policía de tránsito puede representar algo, pero simboliza muy poco o nada.

La antigüedad de la imagen poética le confiere “poder”, y a la vez la hace más arcana, potenciando su uso como koan, como enigma a movilizar el alma del buscador sincero hacia el descubrimiento de la esencia del arte.

Debido a que no se busca la belleza de la expresión sino más bien lo que puede entenderse como explicaciones meramente técnicas, la mayoría de las traducciones de los “Clásicos del Tai Chi” y otros textos poéticos, pocas veces recuerdan lo que consideramos propiamente como lenguaje poético. Pero de vez en cuando una imagen poética se deja colar en medio de las traducciones explicativas.

“Hacer circular la energía es como guiar un hilo a través de la perla de nueve canales. Entonces nada puede bloquear su circulación.” (“Tratado del Maestro Wu Yu-hsiang”. Clásicos del Tai Chi. Edición a cargo de Waysun Liao. Ed. Oniro).

Para el hombre moderno la belleza es adorno, es decir, algo meramente ornamental que agrega placer estético, a lo sumo, pero totalmente superfluo desde el punto de vista funcional, operativo. Para el hombre antiguo, la belleza es la mejor posibilidad, la más intensa y armoniosa, que puede acaecerle a las entidades y criaturas de nuestro mundo. La poesía, el arte original, no sólo produce palabras y sentimientos hermosos, también es excelsamente operativa, hace aparecer cosas –como decían los antiguos-, crea y guarda el sentido.
 Roberto Chacón
(continuará...)

Notas:
(1) Liezi (Lie Tse), atribuido a Lie Yukou (Liezi), un personaje de leyenda. Data del siglo III y IV de nuestra Era, pero contiene textos más antiguos.
(2) El Zhan Zhuang Gong se practica, preferentemente, en la postura Wuji (erguidos).
(3) Al que quiera sumergirse en los problemas hermenéuticos inherentes a la traducción, le recomiendo el libro Después de Babel: aspectos del lenguaje y la traducción, de George Steiner.
(4) Jesús Conill Sancho. El crepúsculo de la metafísica, Ed. Antrophos.
(5) J. L. Borges. “El tigre”. En El oro de los tigres. Hoy día hay que repensar sobre la relación profunda entre nuestra alma y el tigre (entre otras muchas que nos unen a las criaturas vivientes que comparten el planeta con nosotros), dado que este felino se encuentra en el umbral de la extinción.
(6) La forma larga de la Familia Yang tiene 103 movimientos.


ARTÍCULOS (ÍNDICE)

EL SANADOR INTERNO Adaliz Buitriago (Magazine No. 605)

LOS MENSAJES QUE VIENEN DEL CIELO


Desde tiempos inmemorables los seres humanos miraron al cielo en busca de claves para hacer frente a los retos de esta experiencia de vida. Para los antiguos la cúpula celeste fue la fuente de inspiración que les ayudó a avanzar en su día a día.

Fue así como aprendieron a interpretar los mensajes del cielo, dejando para la posteridad el conocimiento de los oráculos, y sistemas a través de los cuáles podían comunicarse con su guía interno, presentes en todas las culturas de la antigüedad.

El avance de los tiempos marcado por el desarrollo de la ciencia y la tecnología, dio paso al surgimiento de sociedades basadas en lo tangible, en lo comprobable, en hechos “objetivos”. Así, por un largo período en la historia de la humanidad el saber intuitivo fue desplazado.

Pero los acontecimientos del mundo actual indican que es tiempo de volver la mirada al cielo en busca de esas señales que nos permitan mirar a nuestro alrededor y avanzar certeramente por la vida. Es tiempo de practicar la oración silente, la observación de nuestro entorno y la autocontemplación.

La búsqueda de ese estado autocontemplativo lleva a la toma de consciencia del parloteo incesante de la mente, marcado por las programaciones de lo socialmente aceptable, pautas que dictan cuáles son las aspiraciones y metas que un ser humano promedio debería lograr a lo largo de su vida, que en caso de no cumplirse lo pueden llevar a entrar en una crisis existencial.

¿Quién soy? ¿A qué vine? ¿Qué he logrado? ¿Qué me falta por lograr? ¿Qué deseo en mi vida? Son preguntas que abren el cotorreo incesante en la mente de una persona cuya experiencia vital se encuentra confrontada con lo que la sociedad determina que es “políticamente correcto”, pautas que quedan en entredicho cuando los colectivos humanos atraviesan por momentos de crisis.

Precisamente estas grandes crisis colectivas llevan al que está preparado para dar el “salto cuántico” en sus vidas a buscar en su ser interno las respuestas a las interrogantes que se le presentan, derrumbando “la torre” de las falsas creencias para dar paso al surgimiento de un nuevo ser, despierto y consciente de su misión en el aquí y en el ahora.

A este punto es probable que te estés preguntando ¿cómo puedes consultar los mensajes que vienen del cielo? ¿Acaso necesitarás tener conocimiento de algún sistema oracular en particular?

Déjame decirte que no es necesario, simplemente presta atención a tu respiración, a tu corazón y permite que tu voz interior surja. Ten la seguridad que ante cada interrogante vendrá la respuesta certera proveniente de tu propia fuente de sabiduría intena.

También ante cada problema o reto que se te presente, el cielo y sus mensajeros te mostrarán una solución o camino a seguir. Sólo necesitas volver tu atención a la cúpula celeste –tal como lo hicieron los antiguos- respira, vuelve la mirada a tu alrededor y sigue tu movimiento de vida con fe.


De momento sólo me queda esperar que la luz de las estrellas nos guíe y permita reencontrarnos en una próxima edición de El Sanador Interno para seguir compartiendo los mensajes que vienen del cielo.


EL SANADOR INTERNO (ÍNDICE)

EN MODO CH'I Josnil Rojas (Magazine No. 605)

TAN TIEN, CAMPO DE TRANSMUTACIONES


Josnil Rojas (N° 3, agosto 2019)
En el número anterior revisamos una clasificación de la energía; cada etiqueta que acompañaba a la palabra ch´i sugería su procedencia o la función relacionada a éste, e implícita quedó la idea de su transformación constante en el universo, tanto a nivel macro como micro.

En esta entrega expongo la dinámica del ch´i (energía) dentro de nuestro cuerpo.

Según las escuelas de meditación taoísta, el ch´i se transmuta, lo cual ocurre en tres campos (tien) ubicados en nuestro cuerpo, denominados tan tien inferior, tan tien medio y tan tien superior (Ver Figura 1).

Figura 1. Ubicación de los campos de transmutación




←Tan tien superior

←Tan tien medio

←Tan tien inferior


El término “tan” proviene del taoísmo y significa cinabrio (sulfuro de mercurio) una de las materias primas utilizadas por los alquimistas taoístas para sus experiencias de transformación de sustancias, era el único compuesto en el universo donde yin y yang se equilibraban y por eso servía para lograr la inmortalidad, por lo cual fue considerado el elixir de la inmortalidad. El campo del cinabrio designa así el lugar de las transmutaciones de cuerpos y energías.

Tan tien inferior (Campo del elixir inferior o Hsia tan tien). Según Chia y Lu (2003), está ubicado aproximadamente a tres dedos por debajo del ombligo y hacia el centro del vientre, variando esto de una persona a otra de acuerdo a su constitución física. Es común encontrar más referencias bibliográficas referidas a este tan tien que a los otros dos; entre las razones de esto se tienen las siguientes: por un lado, en él se guarda el ch´i original o primordial (energía prenatal), producto de la concepción, que luego dará origen a todo nuestro cuerpo, y por otro, debido a que se le considera el centro de gravedad y control del cuerpo, en el caso de los artistas marciales se les entrena para mantenerlo en la parte baja del abdomen, y entre los no practicantes ese centro de gravedad se va desplazando al ritmo de los cambios de la motricidad gruesa en el ciclo de vida (Ver Figura 2). 

Figura 2. Desplazamiento del centro de gravedad*
*En esta figura las llaves señalan la ubicación del centro de gravedad según la edad
(Imagen tomada del libro: La estructura interna del Tai Chi, p. 51)

a) Tan tien medio (Campo del elixir medio o Chung tan tien).  Este tan tien medio sigue refinando la energía primordial uniéndola con el ch´i postnatal que refina y acumula. El lugar más común para situar el tan tien medio es el centro del pecho, pero hay quienes lo colocan en el plexo solar

b) Tan tien superior (Campo del elixir superior o Shang tan tien). Está situado en la frente entre las cejas y es el lugar de la energía mental (Shen). Cuando el ch´i se traslada a la cabeza se transforma en Shen y pasa a ser el control central del ch´i.

“Cuando tu Shen es débil, tu Qi también lo es” (Yang, 1998). Ambas energías, la mental y la física están relacionadas de forma complementaria. La primera direcciona a la segunda mientras que la segunda mantiene despierto, o alerta, a la primera.

De acuerdo a Liou (2018), para la mayoría de los chinos, el ch'i va más allá de una característica cultural distintiva de esta población; para ellos consiste también en una forma de pensar y una perspectiva de la vida, y consideran que el cultivo de ch'i es un camino que conduce a la buena salud. En este sentido, Chiu (2009 c.p. Liou, 2016) encontró que el 48,9% de los taiwaneses creen en la existencia del ch´i en el cuerpo humano, un 68,6% está convencido de que el ch´i puede ser cultivado a través de ejercicios relacionados con el ch´i, y un 52,2% tiene fe en que la práctica del ch´i kung puede mejorar la salud y curar enfermedades. 

El cultivo del ch´i consiste precisamente en transmutarlo, para ello los ejercicios relacionados con el ch´i que se dividen en dos tipos: estáticos y dinámicos. Un ejemplo del cultivo estático lo tenemos en la práctica del ch´i kung, o "ejercicios de respiración con el cuerpo inmóvil"; las prácticas tradicionales de meditación pertenecen a este grupo. Mientras que el cultivo dinámico está perfectamente representado por el Tai Ch´i Chuan, donde se ejecutan ejercicios de respiración con el cuerpo en movimiento.

 Estático                                                              Dinámico




Referencias:
 -Chia, M. & Li, J. (2003). Principios básicos del Tai Chi Chi Kung. La estructura interna del Tai Chi. España: Sirio. Pp. 49-72.
-Liou, C. (2018). Contemplating the Unfolding of Life: the Lived Experience of ch’i in Counseling. Int J Adv Counselling. https://doi.org/10.1007/s10447-018-9353-z
-Liou, C. (2016). Towards a new way of healing: experienced counsellors’ perceived influences of ch’i-related experiences on counselling practice in Taiwan. BRITISH JOURNAL OF GUIDANCE & COUNSELLING. http://dx.doi.org/10.1080/03069885.2016.1182118
-Yang, J. (1998). Introducción general. La esencia del Taiji Qigong. España: Sirio. Pp. 21-59.




EN MODO CH’I (ÍNDICE)