LOS MENSAJES QUE VIENEN DEL CIELO
Desde
tiempos inmemorables los seres humanos miraron al cielo en busca de claves para
hacer frente a los retos de esta experiencia de vida. Para los antiguos la
cúpula celeste fue la fuente de inspiración que les ayudó a avanzar en su día a
día.
Fue
así como aprendieron a interpretar los mensajes del cielo, dejando para la
posteridad el conocimiento de los oráculos, y sistemas a través de los cuáles
podían comunicarse con su guía interno, presentes en todas las culturas de la
antigüedad.
El
avance de los tiempos marcado por el desarrollo de la ciencia y la tecnología,
dio paso al surgimiento de sociedades basadas en lo tangible, en lo comprobable,
en hechos “objetivos”. Así, por un largo período en la historia de la humanidad
el saber intuitivo fue desplazado.
Pero
los acontecimientos del mundo actual indican que es tiempo de volver la mirada
al cielo en busca de esas señales que nos permitan mirar a nuestro alrededor y
avanzar certeramente por la vida. Es tiempo de practicar la oración silente, la
observación de nuestro entorno y la autocontemplación.
La
búsqueda de ese estado autocontemplativo lleva a la toma de consciencia del
parloteo incesante de la mente, marcado por las programaciones de lo
socialmente aceptable, pautas que dictan cuáles son las aspiraciones y metas
que un ser humano promedio debería lograr a lo largo de su vida, que en caso de
no cumplirse lo pueden llevar a entrar en una crisis existencial.
¿Quién
soy? ¿A qué vine? ¿Qué he logrado? ¿Qué me falta por lograr? ¿Qué deseo en mi
vida? Son preguntas que abren el cotorreo incesante en la mente de una persona
cuya experiencia vital se encuentra confrontada con lo que la sociedad
determina que es “políticamente correcto”, pautas que quedan en entredicho
cuando los colectivos humanos atraviesan por momentos de crisis.
Precisamente
estas grandes crisis colectivas llevan al que está preparado para dar el “salto
cuántico” en sus vidas a buscar en su ser interno las respuestas a las
interrogantes que se le presentan, derrumbando “la torre” de las falsas
creencias para dar paso al surgimiento de un nuevo ser, despierto y consciente
de su misión en el aquí y en el ahora.
A
este punto es probable que te estés preguntando ¿cómo puedes consultar los
mensajes que vienen del cielo? ¿Acaso necesitarás tener conocimiento de algún
sistema oracular en particular?
Déjame
decirte que no es necesario, simplemente presta atención a tu respiración, a tu
corazón y permite que tu voz interior surja. Ten la seguridad que ante cada
interrogante vendrá la respuesta certera proveniente de tu propia fuente de
sabiduría intena.
También
ante cada problema o reto que se te presente, el cielo y sus mensajeros te
mostrarán una solución o camino a seguir. Sólo necesitas volver tu atención a
la cúpula celeste –tal como lo hicieron los antiguos- respira, vuelve la mirada
a tu alrededor y sigue tu movimiento de vida con fe.
De
momento sólo me queda esperar que la luz de las estrellas nos guíe y permita
reencontrarnos en una próxima edición de El
Sanador Interno para seguir compartiendo los mensajes que vienen del cielo.
EL SANADOR INTERNO (ÍNDICE)
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