martes, 15 de octubre de 2019

EDITORIAL (Magazine No. 609)


Prosiguen las lecturas de "Pensamientos" en nuestras clases de Taiji-Qigong (https://taichiparatodos.blogspot.com/2019/07/nei-waijia-caracas-lecturas-de.html). 

En nuestras secciones quincenales, presentamos "365 Meditaciones Tao", de Ming Dao Deng, con el texto "Inconformismo". En la sección "Pensamiento", ofrecemos una reflexión extraída del clásico taoísta Liezi.

En este número del boletín Nei Dan, traemos, nuestras secciones mensuales, que además de videos de Taijiquan, trae también reseña de película.
Videos de Tai Chi Chuan y Reseña de Película:

-Video Tai Chi (Maestros): "Wu Taijiquan Master Ma Jiangbao"
-Video Tai Chi (Colaboración): "Wu Taijiquan Forma 108".
-Reseña de Película:  Los escritores de la libertad (Richard LaGravenese).

En nuestras Secciones de Autor traemos la sección El sanador interno (Adaliz Buitriago), con el texto "La sanación espiritual". En la sección En modo Ch'i (Josnil Rojas) les ofrecemos el escrito "El Tai Ch'i y el Ch'i Kung en el mundo occidental".

En la sección "Artículo" les ofrecemos "La conciencia de las células" (Luces del Nuevo Amanecer).

También les traemos hoy, en nuestra sección "Artículos del Archivo Nei Dan" la última entrega de "El zorro y el centauro (y Fin)" (Roberto Chacón).




NOTICIAS NEI-WAIJIA Y MÁS (Magazine No. 609)

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LECTURA DEL I CHING Y CARTAS ASTRALES: HERIBERTO STARS AND CHANGES


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ARTÍCULO (Magazine No. 609)

LA CONCIENCIA DE LAS CÉLULAS


Los ancestros de las diferentes culturas del Planeta sabían que el cuerpo físico no solo siente, sino que también piensa. Por ejemplo, en las tribus australianas, cuando una persona se hiere o enferma, el clan se reúne a su alrededor junto con el enfermo y le canta pidiéndole perdón a la herida o parte afectada, y ésta entra automáticamente en remisión, lográndose así... curaciones milagrosas.

En el conocimiento ancestral Inka, todo es reciprocidad. Uno enferma cuando se llena de energía pesada o “hucha”, por tener actitudes egoístas y no dejar fluir el “sami” o energía ligera. Por ello en las curaciones se pide a la parte del cuerpo que se armonice con la Pachamama (Madre Tierra) y permita que el bloqueo se equilibre concluyendo en la sanación del individuo.

Lo mismo ocurre en las asombrosas curaciones de los Kahunas o médicos magos hawaianos, estos entran en oración directa con la parte afectada pidiéndole perdón, en un acto de oración donde se involucran ellos, el paciente y todas las vidas durante las cuales ellos se han encontrado e involucrado con esa persona, dándose curaciones que son consideradas milagrosas.

En el caso de los Lakotas en el norte, al cuerpo se le habla para informarle que una medicina va a curarlo, y a la medicina también. Y lógicamente las personas sanan.

Como vemos, tomando algunos casos de medicina ancestral, llegamos a una interesante conclusión: Los ancestros aceptaban a las partes de nuestro cuerpo como un ser completamente inteligente y autónomo del cerebro, eso durante los últimos siglos se tomó como franca superchería o superstición, pero veamos ahora los descubrimientos más recientes de la ciencia al respecto.

La sabiduría del cuerpo es un buen punto de acceso a las dimensiones ocultas de la vida: es totalmente invisible, pero innegable. Los investigadores médicos empezaron a aceptar este hecho a mediados de los años ochenta.

Anteriormente se consideraba que la capacidad de la inteligencia era exclusiva del cerebro, pero entonces se descubrieron indicios de inteligencia en el sistema inmune y luego en elsistema digestivo.

LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA INMUNE
La Dra. Bert descubrió (y luego lo confirmaron otros científicos), que existen tipos receptores inteligentes no sólo en las células cerebrales, sino en las células de todas las partes del cuerpo (les llamaron en un principio neuropéptidos). Cuando comenzaron a observar las células del sistema inmunológico, por ejemplo, las que protegen contra el cáncer, las infecciones, etc., encontraron receptores del mismo tipo que en el cerebro. En otras palabras, tus células inmunológicas, las que te protegen del cáncer y de las infecciones, están literalmente vigilando cada pensamiento tuyo, cada emoción, cada concepto que emites, cada deseo que tienes.

Cada pequeña célula T y B del sistema inmunológico, produce las mismas sustancias químicas que produce el cerebro cuando piensa. Esto, lo hace todo muy interesante, porque ahora podemos decir que las células inmunológicas son pensantes. No son tan elaboradas, como lo es la célula cerebral que puede hacerlo en inglés o en castellano; pero sí piensa, siente, se emociona y desea, se alegra, se entristece, etc.

Y ello es la causa de enfermedades, de stress, cáncer, etc. cuando uno se deprime entran en huelga y dejan pasar los virus que se instalan en tu cuerpo.

LA INTELIGENCIA DEL SISTEMA DIGESTIVO
Hace diez años parecía absurdo hablar de inteligencia en los intestinos. Se sabía que el revestimiento del tracto digestivo posee miles de terminaciones nerviosas, pero se les consideraba simples extensiones del sistema nervioso, un medio para mantener la insulsa tarea de extraer sustancias nutritivas del alimento. Hoy sabemos que, después de todo, los intestinos no son tan insulsos. Estas células nerviosas que se extienden por el tracto digestivo forman un fino sistema que reacciona a sucesos externos: un comentario perturbador en el trabajo, un peligro inminente, la muerte de un familiar.

Las reacciones del estómago son tan confiables como los pensamientos del cerebro, e igualmente complicadas.

LA INTELIGENCIA DEL HÍGADO
Las células del colon, hígado y estómago también piensan, sólo que no con el lenguaje verbal del cerebro. Lo que llamamos “reacción visceral” es apenas un indicio de la compleja inteligencia de estos miles de millones de células. En una revolución médica radical, los científicos han accedido a una dimensión oculta que nadie sospechaba: las células nos han superado en inteligencia durante millones de años.

LA INTELIGENCIA DEL CORAZÓN
Muchos creen que la conciencia se origina únicamente en el cerebro. Recientes investigaciones científicas sugieren de hecho que la conciencia emerge del cerebro y del cuerpo actuando juntos (esto es conocido como Unidad Mente-Cerebro). Una creciente evidencia sugiere que el corazón juega un papel particularmente significante en este proceso. Mucho más que una simple bomba, como alguna vez se creyó, el corazón es reconocido actualmente por los científicos como un sistema altamente complejo, con su propio y funcional “cerebro”.

O sea, el corazón tiene un cerebro o una inteligencia. Según nuevas investigaciones en el campo de la Neurocardiología, el corazón es un órgano sensorial y un sofisticado centro para recibir y procesar información. El sistema nervioso dentro del corazón (o el “cerebro del corazón”) lo habilita para aprender, recordar, y para realizar decisiones funcionales independientemente de la corteza cerebral. Aparte de la extensa red de comunicación nerviosa que conecta al corazón con el cerebro y con el resto del cuerpo, el corazón transmite información al cerebro y al cuerpo interactuando a través de un campo eléctrico.

El corazón genera el más poderoso y más extenso campo eléctrico del cuerpo.

Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces más grande en amplitud, y penetra a cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser detectado a varios metros de distancia del cuerpo con magnetómetros sensibles.

RECOMENDACIONES:
Las investigaciones del Instituto Heart Math sugieren que respirando con Actitud, es una herramienta que le ayuda a sincronizar su corazón, mente y cuerpo para darle una coherencia psicofisiológica más poderosa. Al usar esta técnica regularmente unas cinco veces al día el individuo desarrollará la habilidad para realizar un cambio de actitud durable.

Con Respirando con Actitud, la persona se enfoca en su corazón y en el plexo solar mientras respira con una actitud positiva. El corazón automáticamente armonizará la energía entre el corazón, mente y cuerpo, incrementando la conciencia y la claridad.

LA TÉCNICA DE RESPIRAR CON ACTITUD.
1. Enfóquese en su corazón mientras inhala. Mientras exhala enfóquese en el plexo solar. El plexo solar se encuentra unos 20 centímetros debajo del corazón, justo debajo del esternón donde los lados derecho e izquierdo de la caja torácica se juntan.

2. Practique inhalar a través del corazón y exhalar a través de la caja torácica durante 30 segundos o más para ayudar a anclar su atención y su energía ahí.

Después escoja alguna actitud o pensamiento positivo para inhalar o exhalar durante esos 30 segundos o más. Por ejemplo, usted puede inhalar una actitud de aprecio y exhalar una de atención.

3. Seleccione actitudes para respirar, que le ayuden a compensar las emociones negativas y de desequilibrio de las situaciones por las que usted esta atravesando. Respire profundamente con la intención de dirigirse hacia el sentimiento de esa actitud. Por ejemplo, usted puede inhalar una actitud de balance y exhalar una actitud de misericordia, o puede inhalar una actitud de amor y exhalar una actitud de compasión.

Practique diferentes combinaciones de actitudes que usted quiera desarrollar.

Puede decir en voz alta Respiro Sinceridad, Respiro Coraje, Respiro Tranquilidad, Respiro Gratitud o cualquier actitud o sentimiento que usted quiera o necesite. Incluso si usted no siente el cambio de actitud al principio, haciendo un esfuerzo genuino para cambiar, al menos le ayudará a alcanzar un estado neutral. En el cual, usted tendrá más objetividad y ahorrará energía.

FUENTE:” Luces del Nuevo Amanecer”
Cortesía de Ivonne Duhart





ARTÍCULOS (ÍNDICE)

EL SANADOR INTERNO Adaliz Buitriago (Magazine No. 609)

LA SANACIÓN ESPIRITUAL


Alguna vez te has preguntado ¿por qué los seres humanos experimentamos procesos de enfermedad? ¿Qué es lo que hace que perdamos la buena salud? ¿Te encuentras dentro del grupo de los que viven con condiciones crónicas? ¿Has sentido que la medicina alopática se reduce al tratamiento de síntomas?

En este encuentro con El Sanador Interno compartiré mis reflexiones en torno a esas interrogantes.
Para las tradiciones asiáticas enmarcadas en los principios del Taoísmo, el ser de humanidad tiene tres dimensiones: Celeste, humana y terrestre. Atendiendo a ese orden de existencia, experimentamos la vida en la Tierra en cumplimiento de un designio que viene del cielo.

Así venimos a este mundo para cumplir con una misión, luego de lo cual debemos partir de este plano a través del proceso que conocemos como muerte física, en la cual nuestro ser espiritual deja su cuerpo terrestre para seguir evolucionando en otras dimensiones de la existencia.

En ese proceso de vida, el ser de humanidad atraviesa por diversas situaciones y pruebas que pueden comprometer el cumplimiento de su designio celeste, una de ellas es la perdida de la autenticidad y conexión con su verdad interna como consecuencia de las programaciones sociales.

Una de las situaciones que pueden afectar la consecución del plan de vida de las personas son los procesos que la sociedad occidental clasifica bajo el rótulo de “enfermedad”.

La enfermedad como proceso adaptativo de la salud
En un contexto, el que las personas han sido educadas y modeladas para que sean útiles a la “sociedad”, mas no necesariamente felices, es fácil que aparezca la enfermedad como un proceso adaptativo de la salud en la vida de muchas personas.

Así la enfermedad puede ser vista como llamado de atención del ser verdadero o auténtico al ser social que se está manifestando en este plano, para que se conecte con su esencia interior y actúe coherentemente dando cumplimiento a lo que vino a hacer en su vida.

De ahí que para la Medicina Tradicional China (MTCh) la palabra enfermedad no existe, su conocimiento ancestral define los procesos de perdida de la salud como estados de desarmonía, y los procesos de sanación se daban en la búsqueda de reestablecer la armonía interna o equilibrio dinámico del paciente o persona tratada.

De hecho, los tratados de MTCh sostienen que un buen médico es aquel que previene la enfermedad, tratándola antes de que aparezca. Este enfoque de la salud también atribuye a los órganos del ser humano el manejo de emociones, por lo que un desequilibrio en el plano emocional tendrá como consecuencia una alteración en los procesos físicos del órgano y por consiguiente un desequilibrio en la salud de la persona.

Desde la antigüedad los chinos saben que el miedo y el autoritarismo agotan la energía del riñón, la ira afecta al hígado; el hastío, la crueldad y la euforia no son buenos para el corazón; la obsesión daña al páncreas y la tristeza perjudica al pulmón.

Por el contrario la responsabilidad y la voluntad reflejan la armonía del elemento agua, propia de la actividad del riñón.

La creatividad, la decisión y la asertividad hablan de un elemento madera, correspondiente al hígado, en equilibrio.

La alegría y la bondad en una persona revelan que su elemento fuego, representado por el corazón, está en armonía al menos en su dimensión emocional y espiritual.

La reflexión pone de manifiesto el equilibrio dinámico del elemento tierra, representado por el bazo páncreas.

Finalmente, el recuerdo y la inspiración refieren un movimiento saludable del metal, propio de la actividad del pulmón.

De ahí que los chinos antiguos sabían que cualquier proceso de perdida de la armonía partía de una base espiritual y emocional, es decir el desequilibrio venía de lo sutil a lo material. Entonces, su enfoque de tratamiento contemplaba el tratamiento de estas perturbaciones desde sus orígenes. A través de una visión holística, integradora, trataban los desequilibrios que perturbaban la salud de los pacientes.

En base a este conocimiento, resulta apropiado aplicar una visión integradora para superar cualquier desequilibrio en nuestra salud que nos pueda afectar a lo largo de nuestra vida, más aún si se trata de una de esas enfermedades crónicas.

Nada pierdes con intentar escuchar a tu sanador interno relacionarte con tu síntoma desde la amabilidad, simplemente sonríele a tu enfermedad y pregúntale qué es lo que te quiere mostrar, o qué es lo que tienes que aprender de ese proceso.

Ten presente que tu sanación pasa por armonizar tu dimensión espiritual y emocional soltando viejos resentimientos y rencores, para poder agradecer y asimilar la enseñanza que la enfermedad te trae a tu vida, lo que te permitirá avanzar exitosamente en tu camino de vida.



EN MODO CH'I Josnil Rojas (Magazine No. 609)

EL TAI CH´I Y EL CH´I KUNG EN EL MUNDO OCCIDENTAL

Ch´i en escritura tradicional china

Josnil Rojas (N° 4, octubre 2019)
Desde la cuna del Tai Ch´i y Ch´i kung, y basándose en las prácticas milenarias de la Medicina Tradicional China (MTC), nos insisten en que el cultivo del Ch´i permite mejorar la salud y curar enfermedades. Como lo señalé en el artículo pasado, más del 50% de los taiwaneses creen en los efectos positivos de estas prácticas sobre nuestro organismo, pero qué ocurre en el mundo occidental.

En la década de los 90´, en occidente existía la tendencia de considerar las artes marciales como deportes marciales, asociándolas a términos como competencia y ganador-perdedor, quedando desdibujados sus fundamentos taoístas y budistas, más entre las artes marciales externas que entre las internas.

Gran Maestro Wong Kiew Kit

Con el paso del tiempo, y gracias al trabajo de promoción de la MTC por parte distintos autores y escuelas, se aprendió a reconocer que el objetivo principal de estas artes es “…servir como defensa contra la enfermedad y la degeneración…”  (Kiew Kit, p. 394)porque a través de ellas se trabaja la energía o “ch´i”.  

Al revisar algunos documentos como libros y revistas científicas se observa que de este lado del mundo, tanto al Tai Ch´i como al Ch´i kung se les consideran medicinas alternativas y complementarias (MAC). Las alternativas son aquellas terapias que se emplean en sustitución de la medicina convencional o alopática, mientras que las complementarias son las que se usan conjuntamente a las formas convencionales de la medicina.

En general, pese a que estas y muchas otras formas de curar existen desde hace miles de años, fue en el año 1989 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a tomar en cuenta los aportes de la medicina tradicional (Ej. yerbateros, curanderos, sobador, comadrona, entre otros) y de la medicina alternativa y complementaria (Ej. hipnosis, reiki, acupuntura, Tai ch´i, Ch´i kung, Yoga, mindfulness, etc.) a la salud; reconociendo que estos tipos de medicinas forman parte de la ruta de búsqueda de ayuda que siguen algunos pacientes para aliviar sus problemas de salud.

Posterior a esto, en el año 1991, el Congreso de Estados Unidos de Norteamérica aprobó una legislación para establecer una oficina dentro del Instituto Nacional de Salud (NIH) para investigar y evaluar las prácticas médicas no convencionales. Luego en 1992, se estableció la Oficina de Medicina Alternativa (OAM) y en 1999, el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM). En la actualidad, el NCCAM es el principal organismo de ese país para la investigación científica de estas terapias; dentro de su misión está definir la utilidad y seguridad de las intervenciones empleando la medicina complementaria y alternativa, y evaluar sus roles en la mejora de la atención sanitaria y la salud.

Mientras lo anterior ocurre a nivel legal, en lo cotidiano se observa que cierto sector de la población conformado por más mujeres que hombres y con niveles educativos elevados optan por las MAC. 

Entre las razones para escogerlas se encuentran:
[  Búsqueda de caminos para mejorar su salud y su bienestar.
[  Aliviar síntomas asociados a enfermedades crónicas o en estado terminal.
[  Aliviar síntomas desagradables asociados a los tratamientos indicados por la medicina convencional.
[  Conocer una filosofía de salud holista.
[  Tener experiencias transformadoras que cambien la manera de ver el mundo.
[   Tener experiencias transformadoras que permitan adquirir control sobre la salud propia.

De acuerdo a la clasificación de las MAC, para algunos al Tai Ch´i y al Ch´i kung son terapias de trabajo corporal (bodywork), técnicas corporales o recursos motrices y para otros pertenecen al grupo de terapias mente-cuerpo o psicosomáticas. De acuerdo a Peters (2013) las primeras persiguen “…restablecer el equilibrio armonioso a las estructuras integradas del aparato locomotor y aliviar la limitación, el dolor y la disfunción” (p.48), y las segundas, como un conjunto de técnicas donde se usa la capacidad mental para afectar el funcionamiento del organismo y los síntomas presentes. Como sabemos los ejecutantes de Tai Ch´i y Ch´i kung, con estas prácticas se trabajan diversos aspectos motores, gruesos y finos, y se emplea la visualización para conducir la energía, pero de acuerdo a la MTC cuerpo y mente son un continuo, para mantener la salud hay que nutrir el corazón y, el corazón es la sede de la mente y la emoción, por lo que esa clasificación solo es válida para la mente occidental.

Al revisar algunos estudios realizados para identificar los beneficios que se experimentan con la práctica sistemática del Tai Ch´i y el Ch´i kung, se consigue que con frecuencia los practicantes jóvenes y adultos alcanzan bajos niveles de estrés negativo, aumento en sus niveles de autoestima y en la percepción de su expectativa de vida. También logran mejoras en su funcionamiento mental y emocional, lo que favorece la realización de las tareas cotidianas sin las perturbaciones ocasionadas por problemas emocionales.  Y algo clave, cuando las prácticas se han realizado correctamente, llegan a tener la sensación de que su vitalidad se incrementa, entendido esto como experimentar el flujo armonioso de su energía, lo cual es la base de la salud. En niños escolarizados se han reportado mejoras en su autocontrol, en su conducta social y en su rendimiento escolar.

Podríamos decir que lo registrado por el mundo occidental confirma lo que por miles de años han experimentado los orientales al hacer Tai ch´i y Ch´i kung, lo que justifica la permanencia de estas prácticas en el tiempo y a su vez, la aceptación de las mismas en nuestra cultura.     

Fuente:

Kiew Kit, W. (2003). El gran libro de la Medicina China. Barcelona, España: Urano.


Peters, D (2013). Todas las enfermedades Todas las medicinas. Colombia: Círculo de Lectores.



EN MODO CH’I (ÍNDICE)

ARTÍCULOS DEL ARCHIVO NEI DAN (Magazine No. 609)

EL ZORRO Y EL CENTAURO (y Fin)

El Tai Chi, además, es la puerta de entrada a nuestro mundo contemporáneo, para el resto de las artes de vivir taoístas, en especial para las “artes de cámara”, y más específicamente las referidas a los biorritmos humanos. El taoísmo, a través de sus artes de vida, pone énfasis en la armonía del hombre y sus ritmos (desde los pulsos y la respiración a las fases de la vida humana) con los diversos ciclos naturales (día y noche, mes lunar, estaciones, etc.).

Karl Kraus

Si las citadas artes del Camino (Tao) abren las puertas para un “cuidado colectivo de los ritmos y tempos”, el cultivo del conjunto de todas las artes ayudará, en general, a un cuidado profundo e intenso del lenguaje y las imágenes. Karl Kraus dijo alguna vez, que un signo de puntuación correctamente colocado pudo haber evitado que los japoneses bombardearan Shanghai (1937). Esto, que puede parecer una hiperbólica exageración, valga la redundancia, es verdaderamente una afirmación sobre la responsabilidad ante la vida de la escritura y el arte. Luego, Elías Canetti expresará esto mismo de la siguiente manera: * “Ya no hay nada que hacer. Pero si de verdad fuera escritor, debería poder impedir la guerra.”.* El maltrato y devaluación del lenguaje y de las imágenes por los medios de comunicación es el fundamento de sus usos perversos por parte de políticos y empresarios. Así, por ejemplo, al aniquilamiento de un pueblo se le llama “limpieza étnica”; y a una guerra de conquista se la nombra “Operación Libertad”, del mismo modo que un slogan de comida chatarra dice “Me encanta”, mostrando la imagen jugosa de una hamburguesa que ningún consumidor llegará a ver jamás; o como una transnacional maderera altamente contaminante, lanza una propaganda donde aparece un hermoso bosque repleto de animales en vías de extinción.

Elías Canetti

Canetti, entre otros escritores, nos dice que todo artista es un guardián de las metamorfosis, las imágenes y los mitos, de aquellos primordiales (arquetipos) encarnadas en los avatares del devenir humano y natural. Ante el atropello de las imágenes por los mass-media, el artista debe ayudar a las comunidades a resguardar el misterio y la revelación profunda que encierran, desarmando también el engaño y la burla de la propaganda, y dando aliento, además, a sus semejantes ante la violencia del terror y el anonadamiento psíquico.

La cultura verdadera entreteje las almas a través de formas y símbolos, y por ello tiene como centro al arte. Lo militar sustituye las formas por el orden, la más de las veces arbitrario y mecánico, y por ello tiene como obsesión la velocidad. La cultura centra sus valores en la creatividad y el buen vivir. Lo militar es la cumbre del poder ligado a destrucción, muerte, avasallamiento y terror (lo que es lo mismo que decir, el poder anti divino, demoníaco, que no crea ni da vida, sino destruye y mata). Es la versión moderna e inconsciente de la Guerra Santa, donde no se mata y se destruye en nombre de Dios, sino en nombre del hombre que creyéndose señor de la Creación, pero no encontrando sentido en su vivir, prefiere la destrucción, y matar o dejarse matar.

El nihilismo, entonces, es la gran lógica que legitima el exterminio, del mismo modo que nuestra civilidad está fundamentada y agenciada por las lógicas de poder como dominio geo estratégico del modelo militar. Sólo así se comprende que en un marco de precaria sustentabilidad de nuestra especie sobre el planeta Tierra, hayamos derivado en una “sociedad de consumo”, que no es sino la manera “civil” de realizar la producción continua y su inmediata destrucción (en este caso por “consumación” y vencimiento programado), que los nazis tenían como meta industrial-militar de las guerras interminables que preparaban (contra “enemigos hereditarios”, razas inferiores, por “espacio vital”, etc.).

Esto sin contar todas las búsquedas militares actuales para el exterminio o el control máximo: guerra climática y geo-guerra (usar con fines militares huracanes, inundaciones, terremotos, etc.), guerra biológica, guerra química, guerra electroquímica (control genético), control mental con ondas electromagnéticas, control de los alimentos a escala mundial a través de transgénicos, etc.

Albert Camus

El pensamiento de Albert Camus vio en este dilema entre el poder-control asesino, y la fertilidad vital de la cultura, la diferencia fundamental entre el “espíritu histórico” y el alma del artista, entre el nihilista y el rebelde. En el pensamiento nihilista, se es capaz de matar al hombre de hoy, en nombre de alguna ideología, para que pueda nacer el hombre que ésta promete para el mañana. En el alma del rebelde, se prefiere sacrificar la propia vida hoy, si así se salva la vida de otro hombre, cualquiera, aquí y ahora.

La verdadera lucha asimétrica estriba ahora no en ganar guerras sin ganar batallas, como expreso Kutusov, sino en ganar la paz sin guerras (expresas o solapadas), en transmutar el “campo” del modelo militar dominante, en un fértil campo de civilidad y cultura, de dinámicas de paz, creatividad y libertad. En este sentido, cada uno de nosotros como individuo y como colectividad, debe hacer todo lo posible por mesurar el lenguaje elevándolo por sobre la pugna descalificadora y la amenaza de muerte social y política, por rescatar la conversación abierta y fructífera, la tolerancia y el buen vivir, de una manera artística, buscando el desmontaje del modelo militar en toda mente y corazón, y en las prácticas cotidianas. Para así comenzar a resolver las diferencias y conflictos que nos separan en tanto hombres, no sólo restringiendo las posibilidades de la violencia sino generando, a partir de las diferencias, cooperación, civismo y mutua comprensión.

Nuestra civilización industrial, tal como hoy se desarrolla no es sustentable. Esto se sabe desde el siglo XIX, cuando Thomas Malthus alertó sobre el crecimiento geométrico de la población y el crecimiento aritmético de los recursos alimenticios. Resolver este callejón sin salida evolutivo e histórico, es la misión más importante de la humanidad actual. Como hace 80.000 años, cuando una catástrofe prehistórica puso en peligro a la especie humana, son las facultades de comunicación auténtica y de cooperación las que pueden sacarnos del atolladero donde estamos. No la guerra, ni el genocidio, ni la extinción masiva.

El general de la antigua China, Sun Tzu (722-481 a. C.) no conoció las posibilidades del exterminio bélico que hoy nos amenaza. Sin embargo, sus palabras sobre los resultados de la guerra siguen teniendo validez en nuestra actualidad:

“Un soberano no puede poner en pie un ejército en arrebato de ira, ni un general debe luchar sobrecogido por el resentimiento. Porque si es posible que un hombre irritado recobre su serenidad y que el que padece úlceras sea curado, un Estado que ha sido aniquilado no puede rehacerse, y los muertos no pueden volver a la vida” (Sun Tzu. El arte de la guerra).

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AMA TU RITMO
Ama tu ritmo y rima tus acciones, bajo
su ley, así como tus versos; eres un
universo de universos y tu alma una
fuente de canciones.

La celeste unidad que presupones,
hará brotar en ti mundos diversos, y al
resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.

Escucha la retórica divina, del pájaro
del aire y la nocturna irradiación
geométrica adivina;

Mata la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla cristalina en
donde la verdad vuelca su urna.
Rubén Darío

Comenzamos este texto rapsódico con la Guerra Asimétrica, la cual quería relacionar de cierta manera con características del Tai Chi Chuan. Ahí quedó flotando esa importante frase de Kutusov, de que se pueden ganar guerras sin ganar batallas. Luego aparecieron Rommel y Pancho Villa. Uno, porque al llevar la blitzkrieg hasta sus límites llegó a las fronteras de la Guerra de 4ta generación; y el otro, porque viniendo de la guerrilla, también llevó tácticas de guerra irregular al terreno de la guerra convencional. Luego derivamos hacia el pensamiento de Paul Virilio y su reflexión sobre el modelo militar subyacente a nuestra civilización actual. Lo cual nos permitió hablar de algunas de las características del Tai Chi Chuan y del arte en general, en cuanto a la regeneración cultural necesaria para desactivar el modelo militar civilizatorio moderno, cuyo núcleo lo conforman la velocidad, la manipulación mediática y el terror.

Un amigo mío, Oscar González B., sostiene la teoría de que el arquetipo del Centauro, a través de la importancia de los llaneros en nuestra historia, tiene mucho que ver con el alma colectiva de los venezolanos, para bien y para mal. Dada la importancia de los “hombres a caballo” (gauchos, llaneros, vaqueros) desde la Texas mejicana hasta la Patagonia, bien pudiéramos extender esta idea a casi toda Latinoamérica. De ahí el Centauro de los Llanos (José Antonio Páez) y el Centauro del Norte (Pancho Villa), entre otros. En la mitología griega, los centauros, mitad hombres y mitad caballos, son los protagonistas de una serie de confrontaciones, la “centauromaquia”, que simbolizan el enfrentamiento del hombre civilizado con la naturaleza salvaje. Los centauros son una raza salvaje, brutal y pendenciera. La alegría, simpatía y buen humor que se les adjudica a los del signo astrológico de Sagitario, no hace más que disimular estas características. ¿No somos “un poco” así, nosotros, los latinoamericanos?

Sólo dos centauros mitológicos poseen características distintas de sus hermanos de raza: Folo y Quirón. Quirón es hijo del titán Cronos (transformado en caballo en el momento de la concepción) y la oceánide Fílira. Este centauro era inteligente, sabio, y de carácter afable. Fue preceptor de los grandes héroes mitológicos griegos, como Aquiles, Áyax, Teseo, Jasón, Aristeo, Acteón y Heracles (Hércules). También lo fue del sanador divino, Asclepios. En una pelea contra los centauros, Hércules lo hiere sin querer, con una flecha untada con la sangre de Hydra, un veneno mortal. Dado que Quirón era inmortal, la herida de la flecha no lo mató, pero nunca pudo curar la herida producida. Así se transformó en el “curador herido”, aquel que buscando los remedios para curar su herida incurable, consigue formas de sanar a los otros.

Desde un punto de vista imaginal, Pancho Villa -un Quirón inconsciente- puede ser visto como el “preceptor” de Rommel, el héroe por antonomasia de la Alemania Nazi y también, de la resistencia a Hitler y su régimen. Como todos los héroes mitológicos, el final de Rommel no pudiera ser más trágico.** Sin embargo, hay que considerar que él era un héroe más al estilo de Odiseo (Ulises), cuyas virtudes estriban más en la inteligencia y la astucia, que en la fuerza y el coraje, como es el caso de Heracles o Áyax. Los latinoamericanos nos identificamos más con estas virtudes típicas del zorro, o del conejo, tal como aparecen en los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo, donde éste último burla la fuerza y ferocidad del primero gracias a su inteligencia y zamarrería.

La viveza y pillería del latinoamericano, es también una puerta al cultivo del pensamiento lateral, no lineal, como una forma no sólo de parodia de las formas dominantes de pensamiento, sino del desmontaje de las lógicas lineales del poder producidas por el modelo militar civilizatorio. Pero a veces, esa pillería y viveza se vuelve contra nosotros mismos, como en esas fábulas donde el zorro se pasa de astuto y cae víctima de sus propias estratagemas. En especial, el engañarse a sí mismo es la peor astucia que puede idear el zorro, tal como la podemos leer en la fábula de “El Zorro y las Uvas”.

Los latinoamericanos gustamos de considerar que otros pueblos son tontos, que son “pendejos” (por supuesto, esto también se aplica a otras naciones hermanas, y en una misma nación, a los habitantes de otras comarcas). Esto no hace sino incrementar el resentimiento contra los extranjeros, porque es obvio que estos “pendejos”, especialmente cuando vienen de países del primer mundo, explotan y sacan provecho de los nativos, en una medida tal que ninguna burla o engaño que se les haga puede resarcir de modo alguno.

Latinoamérica es un continente rico en materias primas, acuíferos y biodiversidad, codiciados por los imperios mundiales. Hoy día nos estamos uniendo bajo el temor de que cada país del continente, por sí solo, sería totalmente incapaz de defenderse ante un ataque de alguna potencia determinada a controlar alguna fuente de materia prima, agua o recursos biológicos. Estamos entonces ante el dilema clásico de hacer una “muralla” que nos defienda de enemigos potenciales, es decir, de crear nuestro propio complejo tecnológico-industrial-militar-mediático***; o de seguir creando y armonizando una cultura superior, que nos dé primeramente riquezas de vida y convivencia, y que también pueda asimilar y transmutar en aliado y amigo a cualquier invasor.

Es un dilema porque las posibilidades reales de la cultura, del hacer alma colectiva, estriban en el desmantelamiento del modelo militar subyacente y sus desalmadas lógicas de dominio (velocidad, engaño, terror). Solo así tendremos una cultura que sea norte y fundamento de una auténtica civilización, y no un remedo material de civilidad que se erige titánicamente contra toda cultura y vida.

Kitsune

Así como de China nos vienen los mitos del dragón celeste de la buena suerte y amigo de los hombres, del Japón nos viene la leyenda de Kitsune, el benévolo y mágico zorro de nueve colas. Hace travesuras y a veces hasta se convierte en embaucador, como todos los zorros, pero son animales iluminados, de gran sabiduría y longevidad, que poseen el don de la metamorfosis y de la videncia, de penetrar los sueños de los humanos, de volverse invisibles y de crear ilusiones casi indistinguibles de la realidad. Son además, de buen augurio, y entre sus virtudes está la de ser fiel guardián y amigo. Son especialmente invocados para cuidar templos y ayudar a los lugareños contra espíritus malignos. Los kitsune son los sirvientes de Inari, Diosa shinto de la fertilidad, el arroz, los zorros y la agricultura. Hasta tal punto se relacionan, que en ciertos santuarios, Inari se representa como un zorro.

Si es verdad que el Centauro y el Zorro, como arquetipos, nos tocan como latinoamericanos, hemos de ser capaces de realizar una poderosísima alquimia para transmutar el mero salvajismo y el carácter pendenciero de los centauros, en la imagen altamente pedagógica de un Quirón, un sanador colectivo y preceptor de sanadores. Del mismo modo, en lugar de cultivar una viveza y una astucia vuelta contra nosotros hasta el punto del autoengaño, quizá tendríamos que poder invocar a un kitsune criollo, guardián de nuestra alma colectiva, cuidador de nuestros dones de metamorfosis, fertilidad y sabiduría, y dador de virtudes fundamentales como la amistad.

La verdadera cultura abriga y se decanta por el “amor fati”, un verdadero sentido del destino (el sentido del camino). En cambio, toda guerra representa un albur, un ciego arrojarse al azar. La “fe de la espada” es lo mismo que declararse esclavo de las contingencias. Ya lo señaló hace más de 2.000 años el Oráculo de Delfos, cuando el Rey Creso, de Lidia, lo consultó, preguntándole si debía ir a la guerra contra Persia. El oráculo le respondió: “Creso, si cruzas el río Halys (que hace frontera entre Lidia y Persia), destruirás un gran imperio”. Creso lo interpretó favorablemente e invadió Persia, pero fue derrotado y Lidia terminó cayendo en manos persas. Quizá, el oráculo pudiera interpretarse como que el imperio que se iba a perder era el de la paz, porque, como se dice en artes marciales, el mejor combate es aquel que se evita.

Joseph Goebbels

La Alemania nazi sigue seduciendo nuestros corazones, al decir de Otto Dietrich zur Linde, porque en un mundo nihilista la única fe que subsiste es la de la espada, la fe en el poder brutal y en el mero caos. Es la fe inhumana en un dios ciego y sin mente como Nyarlathotep, el Caos Reptante, de los Mitos de Cthulhu de H.P. Lovecraft. Por eso todavía hoy, ese mago negro llamado Joseph Goebbels nos interpela, como a su auditorio nacionalsocialista de febrero de 1943, sobre la guerra total:

“-¿Quieren ustedes la guerra total?
-Si fuera necesario, ¿quieren ustedes una guerra más total y más radical que lo que hoy no podríamos ni siquiera imaginar?
[…]
-Yo les pregunto: ¿Aprueban ustedes las más radicales medidas en contra de ese pequeño grupo de farsantes traficantes quienes pretenden hacer creer que hay paz en medio de la guerra y que usan las necesidades de las naciones para sus egoístas propósitos personales? ¿Están ustedes de acuerdo que aquellos que menoscaban el esfuerzo de la guerra deban perder sus cabezas?
[…]
-Hagamos que nuestra consigna sea: ¡Pueblo levántate y haz que la tormenta se desate!”
(Discurso sobre la Guerra Total. 18-02-1943)

Goebbels interpela al “lado oscuro de la fuerza” que hay en cada uno de nosotros. La guerra se libra entonces en nuestros corazones, donde el mal acecha al alma solitaria, al decir de Arthur Machen. Quizá debamos entonces recordar las palabras del Dr. Malcolm Sayer (Robin Williams), al final de la película Despertares (Penny Marshall), para poder decirle “¡No!”, de corazón, sin dudas y temores, a esa encarnación moderna del Dr. Fausto, que fue el reichminister Goebbels:

“El espíritu humano es más poderoso que cualquier droga y eso es lo que debemos alimentar. Trabajo, familia… son las cosas más importantes, las que tenemos olvidadas, las más sencillas. Y es verdad, sin tener enfermedad alguna, estamos dormidos, hacemos las cosas mecánicas, no nos sorprendemos de las cosas cotidianas, no nos maravillamos como si fuera la primera vez que la viéramos, las cosas más sencillas las tenemos olvidadas. Hay que alimentar nuestro espíritu, en las cosas que nos gustan, trabajo, familia, leer un libro, pasear, bailar, descubrir cosas nuevas, sacar fotos, pintar, ver un cuadro, hacer deporte, soñar, pensar, un baño en la playa, ver un amanecer o un atardecer, ayudar al prójimo…”
Roberto Chacón
Nei Dan Magazine No.361 (01-05-12)
Sección "Artículos"

Notas:
*“La profesión de escritor” (ensayo). Elías Canetti. Siguiendo el sentido de estas ideas, un artista marcial del Tai Chi pudiera decir que un movimiento correctamente bien ejecutado pudiera evitar la guerra que cada minuto nos amenaza. Es el “efecto mariposa” llevado al espíritu humano: si el aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tifón en Japón, como afirma la física del caos, entonces también es posible que un movimiento de Tai Chi bien ejecutado (así como una coma bien puesta, una nota bien tocada, una palabra bien pronunciada, un trazo bien dibujado, etc.) provoque un proceso de paz y reconciliación de magnitud mundial.
**Rommel fue acusado por sus enemigos en el partido nazi como participante en la conspiración para matar a Hitler, en 1944. Se le indujo al suicidio como un modo de proteger su nombre de la acusación de traición, y a su familia de posibles retaliaciones. “Trágico” apunta aquí a todos aquellos dilemas sin solución que jalonan la vida de los hombres: es evidente que el suicidio obligado de Rommel está enmarcado en el dilema básico de que no se puede ser, a la vez, el héroe de una tiranía y el héroe de los que luchan en su contra.
***Nada menos que Dwigth D. Eisenhower, al terminar su segundo mandato como presidente de los EEUU, alertó sobre el inmenso poder del complejo militar-industrial, y el peligro que esto representaba para la democracia y las libertades civiles. Al respecto dijo: “Sólo una ciudadanía alerta e informada puede obligar al engranaje de la inmensa maquinaria industrial y militar de defensa con nuestros métodos y objetivos pacíficos, de modo que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntas.” De manera que, recordando la “muralla china” y uniéndolo con lo que dijo Eisenhower, quizá las primeras víctimas de tal complejo industrial-militar-tecnológico-mediático latinoamericano, seamos nosotros mismos.



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