martes, 15 de octubre de 2019

EN MODO CH'I Josnil Rojas (Magazine No. 609)

EL TAI CH´I Y EL CH´I KUNG EN EL MUNDO OCCIDENTAL

Ch´i en escritura tradicional china

Josnil Rojas (N° 4, octubre 2019)
Desde la cuna del Tai Ch´i y Ch´i kung, y basándose en las prácticas milenarias de la Medicina Tradicional China (MTC), nos insisten en que el cultivo del Ch´i permite mejorar la salud y curar enfermedades. Como lo señalé en el artículo pasado, más del 50% de los taiwaneses creen en los efectos positivos de estas prácticas sobre nuestro organismo, pero qué ocurre en el mundo occidental.

En la década de los 90´, en occidente existía la tendencia de considerar las artes marciales como deportes marciales, asociándolas a términos como competencia y ganador-perdedor, quedando desdibujados sus fundamentos taoístas y budistas, más entre las artes marciales externas que entre las internas.

Gran Maestro Wong Kiew Kit

Con el paso del tiempo, y gracias al trabajo de promoción de la MTC por parte distintos autores y escuelas, se aprendió a reconocer que el objetivo principal de estas artes es “…servir como defensa contra la enfermedad y la degeneración…”  (Kiew Kit, p. 394)porque a través de ellas se trabaja la energía o “ch´i”.  

Al revisar algunos documentos como libros y revistas científicas se observa que de este lado del mundo, tanto al Tai Ch´i como al Ch´i kung se les consideran medicinas alternativas y complementarias (MAC). Las alternativas son aquellas terapias que se emplean en sustitución de la medicina convencional o alopática, mientras que las complementarias son las que se usan conjuntamente a las formas convencionales de la medicina.

En general, pese a que estas y muchas otras formas de curar existen desde hace miles de años, fue en el año 1989 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a tomar en cuenta los aportes de la medicina tradicional (Ej. yerbateros, curanderos, sobador, comadrona, entre otros) y de la medicina alternativa y complementaria (Ej. hipnosis, reiki, acupuntura, Tai ch´i, Ch´i kung, Yoga, mindfulness, etc.) a la salud; reconociendo que estos tipos de medicinas forman parte de la ruta de búsqueda de ayuda que siguen algunos pacientes para aliviar sus problemas de salud.

Posterior a esto, en el año 1991, el Congreso de Estados Unidos de Norteamérica aprobó una legislación para establecer una oficina dentro del Instituto Nacional de Salud (NIH) para investigar y evaluar las prácticas médicas no convencionales. Luego en 1992, se estableció la Oficina de Medicina Alternativa (OAM) y en 1999, el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM). En la actualidad, el NCCAM es el principal organismo de ese país para la investigación científica de estas terapias; dentro de su misión está definir la utilidad y seguridad de las intervenciones empleando la medicina complementaria y alternativa, y evaluar sus roles en la mejora de la atención sanitaria y la salud.

Mientras lo anterior ocurre a nivel legal, en lo cotidiano se observa que cierto sector de la población conformado por más mujeres que hombres y con niveles educativos elevados optan por las MAC. 

Entre las razones para escogerlas se encuentran:
[  Búsqueda de caminos para mejorar su salud y su bienestar.
[  Aliviar síntomas asociados a enfermedades crónicas o en estado terminal.
[  Aliviar síntomas desagradables asociados a los tratamientos indicados por la medicina convencional.
[  Conocer una filosofía de salud holista.
[  Tener experiencias transformadoras que cambien la manera de ver el mundo.
[   Tener experiencias transformadoras que permitan adquirir control sobre la salud propia.

De acuerdo a la clasificación de las MAC, para algunos al Tai Ch´i y al Ch´i kung son terapias de trabajo corporal (bodywork), técnicas corporales o recursos motrices y para otros pertenecen al grupo de terapias mente-cuerpo o psicosomáticas. De acuerdo a Peters (2013) las primeras persiguen “…restablecer el equilibrio armonioso a las estructuras integradas del aparato locomotor y aliviar la limitación, el dolor y la disfunción” (p.48), y las segundas, como un conjunto de técnicas donde se usa la capacidad mental para afectar el funcionamiento del organismo y los síntomas presentes. Como sabemos los ejecutantes de Tai Ch´i y Ch´i kung, con estas prácticas se trabajan diversos aspectos motores, gruesos y finos, y se emplea la visualización para conducir la energía, pero de acuerdo a la MTC cuerpo y mente son un continuo, para mantener la salud hay que nutrir el corazón y, el corazón es la sede de la mente y la emoción, por lo que esa clasificación solo es válida para la mente occidental.

Al revisar algunos estudios realizados para identificar los beneficios que se experimentan con la práctica sistemática del Tai Ch´i y el Ch´i kung, se consigue que con frecuencia los practicantes jóvenes y adultos alcanzan bajos niveles de estrés negativo, aumento en sus niveles de autoestima y en la percepción de su expectativa de vida. También logran mejoras en su funcionamiento mental y emocional, lo que favorece la realización de las tareas cotidianas sin las perturbaciones ocasionadas por problemas emocionales.  Y algo clave, cuando las prácticas se han realizado correctamente, llegan a tener la sensación de que su vitalidad se incrementa, entendido esto como experimentar el flujo armonioso de su energía, lo cual es la base de la salud. En niños escolarizados se han reportado mejoras en su autocontrol, en su conducta social y en su rendimiento escolar.

Podríamos decir que lo registrado por el mundo occidental confirma lo que por miles de años han experimentado los orientales al hacer Tai ch´i y Ch´i kung, lo que justifica la permanencia de estas prácticas en el tiempo y a su vez, la aceptación de las mismas en nuestra cultura.     

Fuente:

Kiew Kit, W. (2003). El gran libro de la Medicina China. Barcelona, España: Urano.


Peters, D (2013). Todas las enfermedades Todas las medicinas. Colombia: Círculo de Lectores.



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