EL TAI CH´I Y EL CH´I KUNG EN EL
MUNDO OCCIDENTAL
Ch´i en escritura tradicional china
Josnil Rojas
(N° 4, octubre 2019)
Desde la cuna del Tai
Ch´i y Ch´i kung, y basándose en las prácticas milenarias de la Medicina
Tradicional China (MTC), nos insisten en que el cultivo del Ch´i permite mejorar
la salud y curar enfermedades. Como lo señalé en el artículo pasado, más del
50% de los taiwaneses creen en los efectos positivos de estas prácticas sobre
nuestro organismo, pero qué ocurre en el mundo occidental.
En la década de los
90´, en occidente existía la tendencia de considerar las artes marciales como
deportes marciales, asociándolas a términos como competencia y ganador-perdedor,
quedando desdibujados sus fundamentos taoístas y budistas, más entre las artes
marciales externas que entre las internas.
Gran Maestro Wong Kiew Kit
Con el paso del tiempo,
y gracias al trabajo de promoción de la MTC por parte distintos autores y
escuelas, se aprendió a reconocer que el objetivo principal de estas artes es
“…servir como defensa contra la enfermedad y la degeneración…” (Kiew Kit, p. 394)porque a través de ellas se
trabaja la energía o “ch´i”.
Al revisar algunos
documentos como libros y revistas científicas se observa que de este lado del
mundo, tanto al Tai Ch´i como al Ch´i kung se les consideran medicinas alternativas
y complementarias (MAC). Las alternativas son aquellas terapias que se emplean
en sustitución de la medicina convencional o alopática, mientras que las
complementarias son las que se usan conjuntamente a las formas convencionales
de la medicina.
En general, pese a que estas y muchas
otras formas de curar existen desde hace miles de años, fue en el año 1989 cuando
la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a tomar en cuenta los aportes
de la medicina tradicional (Ej. yerbateros, curanderos, sobador, comadrona,
entre otros) y de la medicina alternativa y complementaria (Ej. hipnosis,
reiki, acupuntura, Tai ch´i, Ch´i kung, Yoga, mindfulness, etc.) a la salud; reconociendo
que estos tipos de medicinas forman parte de la ruta de búsqueda de ayuda que
siguen algunos pacientes para aliviar sus problemas de salud.
Posterior a esto, en el año 1991, el
Congreso de Estados Unidos de Norteamérica aprobó una legislación para
establecer una oficina dentro del Instituto Nacional de Salud (NIH) para
investigar y evaluar las prácticas médicas no convencionales. Luego en 1992, se
estableció la Oficina de Medicina Alternativa (OAM) y en 1999, el Centro
Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM). En la actualidad, el
NCCAM es el principal organismo de ese país para la investigación científica de
estas terapias; dentro de su misión está definir la utilidad y seguridad de las
intervenciones empleando la medicina complementaria y alternativa, y evaluar
sus roles en la mejora de la atención sanitaria y la salud.
Mientras lo anterior ocurre a nivel
legal, en lo cotidiano se observa que cierto sector de la población conformado
por más mujeres que hombres y con niveles educativos elevados optan por las
MAC.
Entre las razones para escogerlas se encuentran:
[ Búsqueda
de caminos para mejorar su salud y su bienestar.
[ Aliviar
síntomas asociados a enfermedades crónicas o en estado terminal.
[ Aliviar
síntomas desagradables asociados a los tratamientos indicados por la medicina
convencional.
[ Conocer
una filosofía de salud holista.
[ Tener
experiencias transformadoras que cambien la manera de ver el mundo.
[ Tener experiencias transformadoras que
permitan adquirir control sobre la salud propia.
De acuerdo a la clasificación de
las MAC, para algunos al Tai Ch´i y al Ch´i kung son terapias de trabajo
corporal (bodywork), técnicas corporales o recursos motrices y para otros pertenecen
al grupo de terapias mente-cuerpo o psicosomáticas. De acuerdo a Peters (2013)
las primeras persiguen “…restablecer el equilibrio armonioso a las estructuras
integradas del aparato locomotor y aliviar la limitación, el dolor y la
disfunción” (p.48), y las segundas, como un conjunto de técnicas donde se usa la
capacidad mental para afectar el funcionamiento del organismo y los síntomas
presentes. Como sabemos los ejecutantes de Tai Ch´i y Ch´i kung, con estas
prácticas se trabajan diversos aspectos motores, gruesos y finos, y se emplea
la visualización para conducir la energía, pero de acuerdo a la MTC cuerpo y
mente son un continuo, para mantener la salud hay que nutrir el corazón y, el
corazón es la sede de la mente y la emoción, por lo que esa clasificación solo
es válida para la mente occidental.
Al revisar algunos estudios realizados
para identificar los beneficios que se experimentan con la práctica sistemática
del Tai Ch´i y el Ch´i kung, se consigue que con frecuencia los practicantes
jóvenes y adultos alcanzan bajos niveles de estrés negativo, aumento en sus
niveles de autoestima y en la percepción de su expectativa de vida. También logran
mejoras en su funcionamiento mental y emocional, lo que favorece la realización
de las tareas cotidianas sin las perturbaciones ocasionadas por problemas
emocionales. Y algo clave, cuando las
prácticas se han realizado correctamente, llegan a tener la sensación de que su
vitalidad se incrementa, entendido esto como experimentar el flujo armonioso de
su energía, lo cual es la base de la salud. En niños escolarizados se han reportado
mejoras en su autocontrol, en su conducta social y en su rendimiento escolar.
Podríamos decir que lo registrado
por el mundo occidental confirma lo que por miles de años han experimentado los
orientales al hacer Tai ch´i y Ch´i kung, lo que justifica la permanencia de
estas prácticas en el tiempo y a su vez, la aceptación de las mismas en nuestra
cultura.
Fuente:
Kiew Kit, W. (2003).
El gran libro de la Medicina China. Barcelona, España: Urano.
Peters, D
(2013). Todas las enfermedades Todas las medicinas. Colombia: Círculo de
Lectores.
EN MODO CH’I (ÍNDICE)
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