martes, 25 de abril de 2017

TAI CHI SOUL Roberto Chacón (Magazine No. 570)

FORMA DE BEIJING: LA SERENA ARMONÍA DE LAS ESCALAS (y Fin)


Decimos que el Taijiquan contemporáneo (estandarizado) tiene por objetivos señeros servir de alternativa recreacional a la población, la conversión en deporte del arte marcial y coadyuvar en las políticas de prevención y mejoramiento de la salud pública. Pero no menos importantes son sus objetivos pedagógicos y de conservación y/o restauración del arte marcial.

El programa chino de Taijiquan contemporáneo partió de la idea de que los estilos puros de wushu (kungfu) se estaban perdiendo debido a varios factores, entre éstos: transmisión descuidada o adulterada, hibridaciones desacertadas y sin control, y la pérdida del acervo cultural marcial debido al caos y la turbulencia político-social que se fue apoderando de China desde el final del Imperio, la emergencia de la República, la guerra civil y la invasión japonesa (a lo que luego contribuirá la revolución maoísta y la revolución cultural).

De modo que la conservación de los estilos marciales puros, tanto en sus técnicas como en sus características estilísticas fundamentales, también fungió como motor del programa de estandarización del Tai Chi Chuan. Por eso los taolu estandarizados (no combinados) se parecen tanto a las versiones tradicionales de sus respectivos estilos, en las modalidades rectoras de las familias creadoras de los mismos (Yang, Chen, Sun, etc.). No olvidemos que en ese programa de estandarización han participado en gran medida los Guardianes de Estilo de los grandes sistemas chinos de wushu. En el caso del Taijiquan, es notoria la participación del Guardián del Estilo Chen, Gran Maestro Chen Xiaowang, por ejemplo.

El caso del Yang Taijiquan -escogido por su popularidad como el primer estilo de Tai Chi en el que sería creada un taolu estandarizado (justamente la Forma de Beijing), presentó dificultades añadidas, dado que se trataba del estilo marcial chino que más había sufrido por constantes e incontroladas hibridaciones con otros estilos marciales. De paso, el asunto se agravó por el solapado conflicto de autoridad entre los primeros discípulos del gran maestro Yang Chengfu, quienes difundieron el Yang Taijiquan de su maestro por toda China continental y el sudeste asiático (Chen Weiming, Fu Zhongwen y Dong Yingjie, principalmente), y los descendientes del maestro (los herederos del linaje, Yang Zhengduo y, ahora, Yang Jun).

La Forma de Beijing fue creada en un momento en el cual el Yang Continental tradicional, en los linajes de los discípulos de Yang Chengfu y en el de sus herederos de sangre, se diferenciaban entre sí muy poco. Hoy día, cuando la familia Yang ha ido desarrollando un evidente proceso de diferenciación entre el estilo por ellos practicado y el Yang que se practica mayoritariamente en China continental y el extremo oriente, el programa de estandarización del estilo ha creado formas que unas veces se acercan más al Yang continental (como la Forma 16 simplificada) y otras al Yang que ha ido forjando la familia Yang en los últimos tiempos (como la Forma de Competencia del estilo Yang de 40 movimientos).* Complaciendo de este modo, salomónicamente, tanto a la corriente principal del estilo, que representa el continental tradicional, como a la jerarquía de sangre del linaje, representada por la familia Yang.

Por otra parte, el programa de Taijiquan contemporáneo, sobre todo en sus versiones simplificadas, también tiene por objetivo el difundir y divulgar el Tai Chi entre el público no conocedor, a los cuales está dirigido el programa en sus objetivos de recreación y salud. Por ende, es lógico que el programa tuviese también claros objetivos pedagógicos, de facilitar la enseñanza del Taijiquan fuera de los cerrados círculos marciales y los Guan (Kwoon) tradicionales.

En 1956 todavía no se tenía una visión clara del sistema pedagógico que el programa de Taijiquan contemporáneo iría desarrollando paulatinamente, con el pasar de los años.** De modo que la misma forma 24 presenta intrínsecamente una didáctica del aprendizaje del Yang Taijiquan. Las tres primeras rutas de la forma, con sus repeticiones de motivos del estilo (“Peinar la Crin del Caballo Salvaje”, “Romper el paso y Cepillar la Rodilla”, “Rodar los Brazos”, “Acariciar la Cola del Gorrión”, “Levantar el Látigo” y “Manos como Nubes”), son de una serenidad y armonía que pocos taolu de Taijiquan alcanzan.

Pero a partir del movimiento “Ponerle la Silla al Potro” (No. 12) comienzan a aparecer secuencias distintas, de mayor dificultad técnica (como las dos patadas de talón, la “Bella Joven Hilando” en direcciones esquinadas, la media cuclillas de la “Serpiente baja del Árbol” seguida del levantarse en una pierna del “Faisán”, el giro de 180 grados del enlace entre “Abrir la Espalda como Abanico” y “Golpear, Avanzar y dar un Puñetazo”, etc.), encadenadas en continuidad una tras otra, con muy pocas repeticiones de las mismas, lo que confiere a las dos últimas rutas o líneas de la forma una especie de dramático acelerando psicológico (contrastante con las rutas iniciales), que se resuelve satisfactoriamente hacia los movimientos finales: “El Anciano Cierra la Puerta”, “Manos en Cruz” (“Cierre Aparente”) y “Cierre del Taijiquan”. Hay más de “sonata” mozartiana en la Forma de Beijing (con sus elegantes secciones contrastantes y su resolución final) y menos de Estudio tipo Clementi.

Desde el punto de vista técnico, por ejemplo, las caminatas Gongbu (Paso de Arco) de las líneas iniciales (caminatas sinuosas), se hacen pasando por la Posición T (Dingbu), pero hacia el final de la forma, en el movimiento “Pegar, Avanzar y dar un Puñetazo” (Banlanchui) se hace el paso sinuoso sin la postura T, porque se supone que el estudiante ya tiene suficiente equilibrio y enraizamiento como para prescindir de dicha postura al realizar el paso.

 Postura de T o Dingbu (Secuencia “Látigo Simple”). Artista marcial Gao Min Chia

“Pegar, Avanzar y dar un Puñetazo” (Banlanchui). Desde 0’24’’ hasta 1’08’’. Interpreta Qiu Hui Fang.

En la penúltima ruta del “24” aparece el movimiento que da pie a la exagerada crítica de Lawrence Galante y Cheng Man-ching, de la que ya hablamos anteriormente. Se trata de repetición por ambos lados (izquierda y derecha) de la secuencia “La Serpiente Baja del Árbol y el Faisán se Levanta sobre un solo Pie” (Xiashi Duli). Se trata de una novedad introducida por Li Tianji en la Forma de Beijing, ya que en las formas tradicionales esta secuencia siempre se hace por el mismo lado.

“La Serpiente Baja del Árbol y el Faisán se Levanta sobre un solo Pie Izquierda” y “La Serpiente Baja del Árbol y el Faisán se Levanta sobre un solo Pie Derecha”.
Interpreta Qiu Hui Fang.

Este tipo de ejecuciones inversas de motivos del arte que usualmente sólo se hacen por un lado en los esquemas tradicionales, será ampliamente desarrollado por el programa de Taijiquan contemporáneo, a partir de su tímida introducción en la Forma de Beijing, si bien raras veces en forma consecutiva. En las estructuras de competencia, se agregará, además el hacer esas técnicas en direcciones inusuales.

Habría que preguntarse el por qué de esa “invención” por parte del maestro Tianji. Desde mi punto de vista no se trata de un mero afán de novedad, si bien hay que suponer que el Taijiquan contemporáneo tenía que tener algunos desarrollos técnicos que lo diferenciaran de las formas tradicionales, porque si dicho programa iba a copiar en todo a las formas tradicionales no tendría ninguna razón de existir, y simplemente se habrían utilizado los taolu tradicionales más idóneos, seleccionados con vistas a la prosecución de los objetivos del programa ya mencionados.***

Tal vez Li Tianji se vio ante la necesidad de resolver un problema pedagógico, que tiene que ver con la diferencia de enseñanza en los Guan tradicionales y el de los parques “para todo público” que propulsaba el programa de Taijiquan contemporáneo en su versión simplificada. En la enseñanza tradicional, antes de la existencia de los taolu, cuya creación obedeció en principio a su utilización como recurso nemotécnico, como libro del arte, se practicaban los motivos marciales y sus aplicaciones según la direccionalidad de las Trece Estrategias: Zuogu (izquierda), Youpan (derecha), Jinbu (adelante), Zuogu (atrás) y Zhongding (centro). O, como lo diría el Feng Shui del cuerpo: Dragón (madera), Tigre Blanco (metal), Fénix (fuego), Tortuga (agua) y Serpiente (tierra). Luego debían hacerse los movimientos y sus aplicaciones en las nueve direcciones del Bagua. De modo que sí existía desde el inicio del arte una práctica que buscaba el máximo desarrollo de la bilateralidad inherente a nuestro diseño corporal gravitatorio y a su despliegue en la espacialidad tetradimensional.

Como se deduce de la diferencia entre Zuogu y Youpan (mirar a la izquierda y la derecha), que al decir de Michael Gilman entrañan una diferencia entre el mirar Yin y el Yang, el trabajo bilateral no implica simetría, más bien la “deconstruye”, hablando en lenguaje filosófico contemporáneo. La marcialidad del Tai Chi, cuya esencia se configura en torno a las Trece Estrategias, revela que el espacio no es simétrico, descubrimiento al que ha llegado muy recientemente la moderna física de partículas.****

Volviendo a la “invención” de Li Tianji, el maestro ha debido sentir la necesidad de compensar en la estructura (taolu), lo que la práctica del Tai Chi en los parques y plazas de China carecía con respecto a los Guan tradicionales: el trabajo bilateral y direccional de cada técnica del Tai Chi. Especialmente debió haber sentido esa necesidad pedagógica de compensación en los movimientos consecutivos más extremos de la forma, el Pubu o posición agazapada (media cuclillas) de “La Serpiente baja del Árbol” (el más bajo y exigente, que además se hace descendiendo de la posición de estar erguido sobre un solo pie de la patada de talón izquierda) y el Dulibu o posición de estar erguido sobre una pierna del “Faisán se Levanta sobre un solo Pie”.

La razón de que estos motivos no se repitan ni por el mismo lado ni por el otro lado (bilateralmente), de forma consecutiva en los taolu tradicionales quizá obedece a los problemas de fluidez que estos movimientos y similares conllevan tanto para ser repetidos por un solo lado como por los dos. También están implicados objetivos marciales, porque la repetición de técnicas en el Tai Chi tiene como condición primera que el motivo aludido pueda ser repetido con relativa eficacia y necesidad marcial. Habría entonces que preguntarse si las técnicas que no se repiten consecutivamente implican que dicha condición no se cumple o se cumple difícilmente en sus casos respectivos.

Por último, se agrega a lo anteriormente dicho un problema energético. En el caso del movimiento del que hablamos (Serpiente y Faisán o Gallo Dorado), la repetición consecutiva de movimientos de Agua Yang (Dan Tien) y Fuego, es poco recomendable, porque en sí mismos representan picos energéticos que deben ser preparados, transmutados y resueltos a través de otras energías armonizadoras y movilizadoras (madera, tierra y metal) presentes en otros motivos marciales, como sucede en el caso de movimientos similares tales como “La Grulla Blanca extiende sus Alas” (fuego) y “Buscar la Aguja en el Fondo del Mar” (agua).

Es obvio que tales objeciones pasaron a segundo plano en la visión pedagógica del Li Tianji, quien sabía que lo marcial no era el objetivo primordial de la Forma de Beijing, y que la necesidad de compensación en la preparación física (hacer media cuclillas y luego levantarse sobre una sola pierna), así como los beneficios corporales y cerebrales del entrenamiento bilateral tendían a imponerse sobre la redundancia energética, que de paso, sólo es forzada una única vez en todo el taolu por él creado.

Sin embargo, a pesar de la solución elegante que concibió para la ejecución consecutiva y bilateral de la secuencia de la que hablamos, el problema de fluidez persiste, al punto que el cambio de la Serpiente y el Faisán izquierdo al derecho es uno de los pasos más difíciles en la ejecución de la Forma de Beijing, y no desde el punto de vista físico, como pudieran ser considerados el pubu de la “Serpiente” y el dulibu del “Faisán” o de las patadas de talón, sino desde el punto de vista del equilibrio y la armonía del movimiento, llegando a constituirse en una verdadera prueba de elegancia dinámica.

Para dar una idea de en qué consiste ese “acelerando dramático” de la sección final de la forma 24 que hemos indicado anteriormente, no tomaremos una sonata de Mozart, que estructuralmente hablando son muy extensas y de tejido formal más intrincado, sino una pieza más pequeña, en este caso un preludio de Chopin: el muy conocido Opus 28, No. 4 en Mi menor.

Puede decirse que esta pieza consta de dos secciones principales, una que va desde el primer compás de la pieza hasta el número 13, y la segunda que va desde el compás 14 hasta el último, número 26. Aunque a primera escucha pueda parecer que la parte inicial es calma y tranquila, esta impresión es engañosa. Toda la pieza es una pequeña composición sobre la desesperación.***** Ese sentimiento está sugerido en la primera parte, donde se nos muestra contenido e introspectivo. En la segunda parte se desata el sentimiento hasta alcanzar su clímax, para terminar en un desfallecimiento paulatino, smorzando (“muriendo”), que es la indicación de Chopin para los compases finales.

Frédéric Chopin: Preludio Opus 28, No. 4 en Mi menor. Interpreta Martha Argerich

El procedimiento que usa Chopin en los primeros cuatro compases de la segunda parte (14-17) es el acortar –estrechar- progresivamente los cambios armónicos que en la primera parte se daban de un compás al siguiente o dos por compás, en la mayor parte de la sección. En el caso que nos interesa, el compás No. 14 se reproduce igual a su similar de la primera parte (el No. 2), en el 15 se dan dos cambios de armonía, en el 16 se dan tres y en el 17 se dan cuatro. Además, la progresión de los acordes expuesta en la primera parte también se acorta en la segunda, gracias al recurso de saltarse pasos del encadenamiento, de acortar la secuencia de acordes al omitir pasos armónicos intermedios.

Sentimos el drama que se despliega al principio de la segunda parte del preludio tratado, no sólo por la acumulación de disonancias armónicas, el aumento de la intensidad del sonido y la expresividad de la línea melódica, sino porque se suceden también estos cambios de acordes en lapsos cada vez más cortos hasta alcanzar su clímax (compás 18 y 19). En todos esos compases no está indicada ningún aceleramiento de tempo, ni hay un cambio rítmico que exprese aceleración, si bien muchos intérpretes –entre los que me incluyo- aceleran algo en esos compases, antes de volver a la calmada desesperanza y el ritardando de la última sección de la pieza.

Entonces, sentimos una aceleración del drama implícito en la obra en los compases apuntados, porque ciertos “acontecimientos” musicales (en este caso los cambios de acordes) se suceden cada vez más cerca unos de otros, sumado esto a los otros elementos musicales ya indicados (tensión armónica, expresividad melódica e intensidad del sonido).

La parte final de la Forma de Beijing tiene algo de ese procedimiento del que hablamos. El ritmo de ejecución normal de las estructuras de Yang Taijiquan es parejo y tranquilo, y eso no cambia en los últimos 13 movimientos de la forma (desde “Ponerle la Silla al Potro” en adelante). Lo que hay es un aceleramiento en la sucesión de técnicas diferentes y en la dificultad de las mismas, como hemos señalado en líneas anteriores. Para darnos una idea del “estrechamiento” de técnicas en la parte final del taolu, dividamos el 24 en 5 rutas o líneas (sucesiones de motivos en una misma dirección): comprobamos entonces que se usan once técnicas en prácticamente las tres primeras rutas (las más largas) y las otras trece en las dos restantes.

Todos estos asuntos de forma y expresión que son inherentes al esquema de 24 secuencias de Yang Simplificado y su interpretación, nos hacen ver que se trata más, dentro del Yang Tai Chi Chuan contemporáneo, de un equivalente con mayor afinidad con una pieza musical bien compuesta que a un simple ejercicio de escalas.****** Si no, no sería la forma de Taijiquan más practicada en todo el orbe. Porque su popularidad no es explicable solamente por su antigüedad, por ser el primer taolu de su tipo, o por la prioridad en la difusión y divulgación que le dio el gobierno de China Popular, primero, y luego la Federación Internacional de Wushu. Ese “algo más” que explica su popularidad tiene que ver también con su belleza estructural, y con su relación profunda con la esencia despojada del estilo Yang.

No nos extrañe entonces que la ciudad de Pekín, lugar donde fue creada la Forma de Beijing, rinda todos los años un homenaje a una de sus creaciones más ilustres. En la capital de China se hace anualmente un Festival conocido como “Todos los Parques de Beijing”, donde el gran protagonista es el viejo “24”, festividad en el cual se realiza una competencia por equipos pertenecientes a toda la capital de China, los cuales presentan por igual la forma de taijiquan que lleva el nombre de la ciudad.

Equipo Tiantan 1. Festival Todos los Parques de Beijing, 2011.

La Forma de Beijing conjuga un diseño pedagógico claro con una impresionante pero sencilla belleza estructural. En música tenemos ejemplos excelsos en donde ambos intereses han sido resueltos de la mejor manera posible, como los Estudios de Chopin y Debussy, los libros para jóvenes de Schumann y Tchaikovsky, o los Microcosmos de Bartók.

Tal vez los libros de música para piano más pedagógicos y hermosos lo conformen los Cuadernos de Anna Magdalena Bach, compilaciones de las obras de J. S. Bach hechas por el compositor para su amada esposa. La obra producto de ese amor de leyenda fue el que selló definitivamente mis nupcias con el piano, cuando después de Czerny y Clementi, tuve la fortuna de comenzar a tocar las piezas de Bach presentes en esos cuadernos.

Johan Sebastian, “Dios bondadoso a quien los músicos debieran elevar una plegaria antes de ponerse a trabajar, para preservarse de la mediocridad”, escribe Debussy (Acerca del gusto). ¿Puede extrañarnos entonces que en el video “Tai Chi with Bach” (Tai Chi Soul, Magazine No. 558) el taolu escogido para ser acompañado por la música de Bach haya sido la Forma de Beijing?

Si alguien debe todo a Bach es sin duda Dios”.
E. M. Ciorán

J. S. Bach: Largo. Concerto in f minor BWV 1056. Arreglado para piano e interpretado por Wilhelm Kempff

En otra compilación de las obras de Bach para principiantes, Bach for Early Grades, Libro III, aparece el afamado Preludio en Do Mayor del Libro I del Clave bien temperado, el cual es muy conocido a través de la melodía del Ave María que Charles Gounod compuso para ser interpretada sobre la armonía de ese preludio. Se trata de una de las composiciones más sencillas y a la vez emotivamente serenas del gran compositor alemán. Está basada en arpegios de acordes presentes principalmente en las tonalidades de Do, Sol y Fa mayores. Desde cierto punto de vista, un acorde arpegiado no es otra cosa que una escala resumida, expuesta a través de sus notas más relevantes, una especie de “esqueleto” de escala. El recurso es muy simple pero la musicalidad alcanzada en la composición es magistral, cósmica.

J. S. Bach: Preludio de Do Mayor del Libro I del Clave bien temperado.

Cuando interpreto dicho preludio siempre recuerdo la serena armonía de las escalas, las líneas suaves, calmas y cadenciosas de la Forma de Beijing.

Forma de Beijing: Helen Liang (YMAA 2015)

Notas:
*La decisión de la familia Yang de hacer evolucionar el estilo heredado de Yang Chengfu de manera divergente del Yang continental se parece mucho a la que tomó en Venezuela el maestro Su Yu Chang al separarse del maestro Tai She Che (Dai Shi Zhe), desarrollando la forma Yang 36 a partir de la forma 32 heredada del maestro Liu Yun Qiao.

**En un principio el programa de Taijiquan contemporáneo tomó características pedagógicas parecidas a la enseñanza tradicional, que parte de una gran forma o estructura larga (formas 108, 103, 85, 88, etc.) de la cual se crea por reducción una forma simplificada para estudiantes (luego se agregaría una forma intermedia de competencia por estilo, en el programa contemporáneo). Muy posteriormente, bajo influencia del modo de aprendizaje occidental, fue que se desarrolló una escala de formas que van de lo más sencillo (formas 8, 10, 16) a lo más complejo (forma de competencia del estilo, forma larga). Por eso es que la forma 8 del estilo yang, por ejemplo, es de reciente creación, mientras la forma 88 del estilo, equivalente a la 108 tradicional, fue creada casi al principio del programa.

***Una característica del programa de Taijiquan contemporáneo es el desarrollo de formas donde se combinan por secciones (no se fusionan o hibridan) movimientos de los cinco principales estilos de Tai Chi: Chen, Yang, Wu, Hao y Sun. En estas formas se busca, entre otras cosas, desarrollar la versatilidad del practicante.

****Martin Gadner. Izquierda y derecha en el cosmos. Biblioteca científica Salvat.

*****Chopin colocó un título a ese preludio: ¿Qué lágrimas se derraman de las profundidades del humilde monasterio? Recordemos que dicho preludio fue compuesto en la residencia de Chopin en Mallorca, en el Monasterio de la Cartuja de Valldemosa. El célebre director de orquesta Hans von Büllow (también pianista y compositor), llamaba a esa pieza “asfixia”, por su alto contenido de desesperación.

******Una forma del estilo Yang simplificado que si se corresponde con un estudio musical básico es la forma 10 (8), también conocida como Juegos Armónicos.

Forma 10 (8) estilo Yang Simplificado. Interpreta Gao Min Chia.



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