martes, 25 de abril de 2017

SECCIONES SEMANALES (Magazine No. 570)

RECOMENDACIONES DEL MAGAZINE:

CINE:
  • Langosta (The Lobster) (Colin Farrell y Rachel Weisz / Dir.: Yorgos Lanthimos / TV Filme / HBO)
  • Las vidas privadas de Pipa Lee (Robin Wright Penn, Alan Arkin, Julianne Moore, Keanu Reeves y Winona Ryder / Dir.: Rebecca Miller / TV Filme / FOX)
  • La maldición de la flor dorada (Chow Yun-fat, Gong Li y Jay Chou / Dir.: Zhang Yimou / TV Filme / Cine Max)


BLOG DE LA SEMANA (Por Katherine Chacón): http://www.mejoresdelmundo.com/ (con cientos de rankings sobre cualquier tema que te interese.)


 Tescalama

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365 MEDITACIONES TAO (Ming Dao Deng)

XIII

Absorción

Luz carmesí atravesando sombra de pinos.
El sol poniente posándose en el océano.
La noche sigue a la puesta de sol,
El día sigue a la luna que huye.

Con demasiada frecuencia tendemos a pensar que la absorción es algo estático: El agua es absorbida en la esponja, y allí se queda. Pero la verdadera absorción es involucrarse totalmente en la evolución de la vida, sin vacilación o contradicción. En la naturaleza no hay alienación. Todo pertenece.

Sólo los seres humanos nos mantenemos distantes de este proceso. Tenemos nuestra civilización, nuestros planes personales, nuestras propias emociones mezquinas. Nos divorciamos del proceso, incluso mientras anhelamos amor, compañerismo, comprensión y comunión. Constantemente nos frustramos a nosotros mismos al cuestionarnos, al hacernos valer en los momentos equivocados, o dejando que el odio y el orgullo nublen nuestras percepciones. Nuestra alienación es autogenerada.

Mientras tanto, todo en la naturaleza continúa su constante fluir. Necesitamos soltarnos, entrar libremente en el proceso de la naturaleza, y ser absorbidos en ella. Si nos integramos con ese proceso, tendremos éxito. Entonces la secuencia de las cosas será tan evidente como la salida del sol y de la luna, y todo será como debería ser.


MEDITACIÓN: EL ARTE DE RECORDAR QUIÉN ERES (Osho)


“La meditación debería convertirse en la atmósfera que te rodea, el medio en que vives.

Donde quiera que vayas, lleva contigo tu ambiente.

Este es todo mi esfuerzo: por eso no te envío al aislamiento, no te envío a las montañas para que puedas meditar todo el día; porque esto te daría una noción equivocada, la noción de cantidad.”



CUENTO

LA CALMA Y EL SILENCIO


En aquel tiempo eran muchos los que se retiraban a la soledad de los montes a meditar. Y eran muchos los que en el silencio de los volcanes nevados y de los pequeños valles ocultos, se buscaban a sí mismos.

Pero Quetzacóatl les decía: Aquellos que buscan el Silencio en la calma nunca lo encontrarán desnudo. Para desnudarlo hay que buscarlo entre el bullicio. Díganme: ¿De qué sirve a un corazón tener calma en medio de la soledad? ¿A poco no es como la calma que tiene un lago estancado en un valle? Mas, ¡qué grande es un corazón cuando en medio de las dificultades y los problemas conserva la calma y se viste con el Silencio! Es como el torrente que resbala sereno por la ladera de la montaña.

Algunos van a lugares donde lo más que les molesta es el canto de un pajarillo, o el sonido que arranca el viento a las hojas de los árboles. Y piensan: Estoy tranquilo y sereno en este lugar, ya he alcanzado la calma y el Silencio es amigo de mi corazón. Pero cuando vienen al bullicio, sus pulsos se agitan y sus corazones se alteran, y sus pensamientos chocan con violencia en sus frentes, y yo les preguntaría: ¿Dónde guardaron la calma?, ¿Qué morada le prepararon en sus pechos que tan pronto se les fue?

Sepan que aquel que busca el Silencio interior debe encontrarlo en medio de los ruidos y de las voces y de los gritos, y tomándolo debe sentarlo en su corazón, y al escucharlo ya no oirá hacia afuera sino hacia dentro. Y en verdad les digo, que ni cien tormentas, ni la explosión de mil volcanes podrían ya nunca separarlo de él.

Para buscar pues, la calma Interior, no vayan a donde todo es calma sino adonde no hay paz, y sean ustedes la paz. De esta forma la encontrarán al darla, y la tendrán en la medida en que vean que otros necesitan de ustedes para calmarse.


Tradición mesoamericana



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