Aún cuando nos encontramos
despreocupados
y adormecidos sobre la almohada de nuestros
pecados,
Él nos perturba de tiempo en tiempo,
nos sacude, nos golpea y hace lo mejor
que puede para despertarnos por medio de
tribulaciones.
Thomas More
CUANDO
LAS COSAS NO NOS SUCEDEN COMO LAS HEMOS PLANIFICADO Y ESPERADO, PODEMOS
ENTENDER LA SORPRESA Y
LA DESILUSIÓN COMO
UN DESPERTAR HACIA UN DESIGNIO MÁS PROFUNDO
Esta
lección de Tomás Moro, escrita en su celda de la Torre de Londres,
puede sonar como algo obvio, pero recordemos que había sido un abogado y juez
extremadamente inteligente, exitoso y poderoso, designado Lord Canciller por el
rey Enrique VIII. Moro no tenía tiempo para lamentaciones pues debía elaborar
argumentos para salvar su vida y la de su familia. En su celda escribió varias
piezas devocionales y reflexivas, oyendo a su consciencia, clasificando el
conjunto de pensamientos y sentimientos que lo asaltaban mientras se preparaba
para la decisión más desafiante de su vida.
Un
soleado domingo llegué a la Torre de Londres con mi esposa e hijos.
Habíamos arreglado una visita a la celda en donde Tomás Moro pasó sus últimos
catorce meses. Un viejo vigilante nos permitió entrar en la celda, la cual está
escondida detrás de una puerta que pudiera haber sido la entrada de cualquier
residencia victoriana. En aquella habitación famosa – abovedada, blanqueada,
austera – imaginé como debió haber sido para aquel hombre cultivado el estar
separado de su amada familia y obligado a elegir entre su consciencia y su
vida.
Hoy
en día no usamos el lenguaje del pecado y sin embargo nos encontramos
adormecidos sobre la almohada de nuestra inconsciencia. Cuando las cosas toman
un mal giro inmediatamente buscamos la causa, decididos a no vernos jamás en
una coyuntura parecida, tratando afanosamente de enderezarlo todo. La
recomendación de Moro procede de un punto de vista diferente, uno que ve las
pruebas y las dificultades como expresión de un propósito que marcha a un nivel
más profundo que el del ego, el cual confía en la consciencia y en la voluntad.
Moro vivía en aquél lugar profundo y disfrutaba de una vida llena de familia,
amigos y riqueza personal. Luego, dolorosamente, pierde su vida a causa de la
profundidad de sus reflexiones.
Después
de toda una vida dedicada al estudio y al autoanálisis, Moro sintió que
necesitaba un despertar aún mayor. En aquellas épocas de mi vida en las que las
cosas parecen derrumbarse más que fortalecerse, y durante esas horas en las
cuales como terapeuta estoy junto a personas, cuya realidad vital está muy
lejos de sus sueños y deseos, pienso en Tomás Moro y en el exceso de su
vitalidad y de su sufrimiento.
Pudiera
ser más importante estar despierto que ser exitoso, equilibrado o saludable.
¿Qué significa estar despierto? Quizás estar viviendo con una imaginación
vívida, respondiendo honesta y valientemente ante las oportunidades y evitando
simplemente seguir los hábitos o los valores colectivos. Significa ser una
individualidad en cada ocasión, manifestando la originalidad de lo que somos.
Esta es la suprema forma de creatividad, seguir al alma profunda que nos guía a
a lo largo de nuestra vida.
Todos
nos quedamos dormidos y permitimos que la vida discurra sin reflexión y sin
consideración. Cuando una tragedia o un fracaso nos sacude y nos abre lo ojos a
la realidad, es el momento, no de hacer resoluciones para el futuro, sino de
escoger vivir una vida de pleno despertar. El Buda fue llamado “el que ha
despertado”. Dudo que Moro se haya visto a sí mismo como un budista, pero él y
aquél sabio lejano, tienen eso en común.
Thomas
Moore
(Traducido
de su obra Original Self)
Nei
Dan Magazine No. 219 (27-01.09)
Sección:
"Del diario de Nani" (María Margarita López)
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