martes, 31 de enero de 2017

ARTÍCULOS DEL ARCHIVO NEI DAN (Magazine No. 560)

Aún cuando nos encontramos despreocupados
 y adormecidos sobre la almohada de nuestros pecados,
 Él nos perturba de tiempo en tiempo,
 nos sacude, nos golpea y hace lo mejor
 que puede para despertarnos por medio de tribulaciones.
Thomas More

CUANDO LAS COSAS NO NOS SUCEDEN COMO LAS HEMOS PLANIFICADO Y ESPERADO, PODEMOS ENTENDER LA SORPRESA Y LA DESILUSIÓN COMO UN DESPERTAR HACIA UN DESIGNIO MÁS PROFUNDO


Esta lección de Tomás Moro, escrita en su celda de la Torre de Londres, puede sonar como algo obvio, pero recordemos que había sido un abogado y juez extremadamente inteligente, exitoso y poderoso, designado Lord Canciller por el rey Enrique VIII. Moro no tenía tiempo para lamentaciones pues debía elaborar argumentos para salvar su vida y la de su familia. En su celda escribió varias piezas devocionales y reflexivas, oyendo a su consciencia, clasificando el conjunto de pensamientos y sentimientos que lo asaltaban mientras se preparaba para la decisión más desafiante de su vida.

Un soleado domingo llegué a la Torre de Londres con mi esposa e hijos. Habíamos arreglado una visita a la celda en donde Tomás Moro pasó sus últimos catorce meses. Un viejo vigilante nos permitió entrar en la celda, la cual está escondida detrás de una puerta que pudiera haber sido la entrada de cualquier residencia victoriana. En aquella habitación famosa – abovedada, blanqueada, austera – imaginé como debió haber sido para aquel hombre cultivado el estar separado de su amada familia y obligado a elegir entre su consciencia y su vida.

Hoy en día no usamos el lenguaje del pecado y sin embargo nos encontramos adormecidos sobre la almohada de nuestra inconsciencia. Cuando las cosas toman un mal giro inmediatamente buscamos la causa, decididos a no vernos jamás en una coyuntura parecida, tratando afanosamente de enderezarlo todo. La recomendación de Moro procede de un punto de vista diferente, uno que ve las pruebas y las dificultades como expresión de un propósito que marcha a un nivel más profundo que el del ego, el cual confía en la consciencia y en la voluntad. Moro vivía en aquél lugar profundo y disfrutaba de una vida llena de familia, amigos y riqueza personal. Luego, dolorosamente, pierde su vida a causa de la profundidad de sus reflexiones.

Después de toda una vida dedicada al estudio y al autoanálisis, Moro sintió que necesitaba un despertar aún mayor. En aquellas épocas de mi vida en las que las cosas parecen derrumbarse más que fortalecerse, y durante esas horas en las cuales como terapeuta estoy junto a personas, cuya realidad vital está muy lejos de sus sueños y deseos, pienso en Tomás Moro y en el exceso de su vitalidad y de su sufrimiento.

Pudiera ser más importante estar despierto que ser exitoso, equilibrado o saludable. ¿Qué significa estar despierto? Quizás estar viviendo con una imaginación vívida, respondiendo honesta y valientemente ante las oportunidades y evitando simplemente seguir los hábitos o los valores colectivos. Significa ser una individualidad en cada ocasión, manifestando la originalidad de lo que somos. Esta es la suprema forma de creatividad, seguir al alma profunda que nos guía a a lo largo de nuestra vida.

Todos nos quedamos dormidos y permitimos que la vida discurra sin reflexión y sin consideración. Cuando una tragedia o un fracaso nos sacude y nos abre lo ojos a la realidad, es el momento, no de hacer resoluciones para el futuro, sino de escoger vivir una vida de pleno despertar. El Buda fue llamado “el que ha despertado”. Dudo que Moro se haya visto a sí mismo como un budista, pero él y aquél sabio lejano, tienen eso en común.
Thomas Moore
(Traducido de su obra Original Self)
Nei Dan Magazine No. 219 (27-01.09)
Sección: "Del diario de Nani" (María Margarita López)



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