VIDEOS DE LA QUINCENA
COMO NO
TODO ES TAI CHI:
COLABORACIONES:
“Al
Di Meola, Peo Alfonsi y Bjorn Thoroddsen – Mediterranean
Sundance” (Cortesía de Daniela Valero)
“Sentir
el silencio, experimentar la unidad” (“Otra mirada a la meditación” / Cortesía
de Josnil Rojas)
“PHENAKISTOSCOPE –
Tribute to Joseph Plateau” (Cortesía de Eudys Gamboa)
MÚSICA: György
Ligeti
El siglo XX es la centuria que ha visto la pléyade
más vasta e impresionante de grandes compositores de música académica: Debussy,
Ravel, Rachmaninov, Richard Strauss, Mahler, Poulanc, Satie, Gershwin,
Stravinski, De Falla, Schönberg, Berg, Webern, Hindemith, Varèsse, Messiaen,
Stockhausen, Boulez, Nono, Bartok, Prokofiev, Shostakóvich, Ives, Xenakis,
Cage, Reich, Arvo Pärt y muchos más. Pero esta lista estaría incompleta si no
apareciese en ella el nombre del húngaro György Ligeti.
György Ligeti (1923-2006) es uno de los pocos
compositores de vanguardia no sólo conocido por especialistas y admiradores,
sino también por el gran público, gracias a que algunas de sus obras fueron
usadas por el director Stanley Kubrick en sus películas más afamadas: 2001 Odisea del
espacio, El resplandor y Ojos bien cerrados, su obra póstuma.
Sus primeras obras prosiguen el legado del gran
compositor húngaro Bela Bartok. Pero una vez que conoció la música electrónica
de la mano de Karl-Heinz Stockhausen, Ligeti comenzó a componer utilizando los
instrumentos convencionales para producir sonoridades de tipo electrónico. A
esa técnica se le nombró como micropolifonía, y consistía en masas sonoras
–inmensos clúster- donde paulatinamente va cambiando la textura musical.
Melodía, armonía y ritmo eran dejados a un lado para dar énfasis al timbre y la
textura sonora. De esa época datan sus obras más conocidas Lux Aeterna, Atmosphéres y Requiem, justamente las piezas que fueron utilizadas sin
su permiso en el filme 2001 Odisea del espacio.
Años después se interesó más por el ritmo, al
escuchar a los minimalistas estadounidenses Steve Reich y Terry Riley, la
música africana y el gamelan javanés. También se vio influenciado por la música
de Conlon Nancarrow y el jazzista Bill Evans. De modo que su lenguaje de gran
densidad cromática se fue simplificando y adquiriendo gran complejidad rítmica.
De György Ligeti traemos hoy tres de sus obras más
conocidas, las ya nombradas Lux Aeterna, Atmosphéres y Requiem.
Atmosphéres (1961). Para
orquesta de vientos a 4. Orquesta Sinfónica de Sudwestfunks, Baden-Baden.
Dirige: Ernest Bour.
Requiem (1963-65).
Para soprano y mezzosoprano solistas, coro mixto y orquesta. Filarmónica de
Berlín. Dirige: Jonathan Nott (2003).
Lux Aeterna (1966). Para 16 voces a capella. A Cappella Amsterdam, Daniel Reuss & Susanne Van Els (2009)
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