martes, 31 de enero de 2017

SECCIÓN QUINCENAL (Magazine No. 560)

VIDEOS DE LA QUINCENA

COMO NO TODO ES TAI CHI:

COLABORACIONES:

“Al Di Meola, Peo Alfonsi y Bjorn Thoroddsen – Mediterranean Sundance” (Cortesía de Daniela Valero)




“Sentir el silencio, experimentar la unidad” (“Otra mirada a la meditación” / Cortesía de Josnil Rojas)




“PHENAKISTOSCOPE – Tribute to Joseph Plateau” (Cortesía de Eudys Gamboa)



 


MÚSICA: György Ligeti
El siglo XX es la centuria que ha visto la pléyade más vasta e impresionante de grandes compositores de música académica: Debussy, Ravel, Rachmaninov, Richard Strauss, Mahler, Poulanc, Satie, Gershwin, Stravinski, De Falla, Schönberg, Berg, Webern, Hindemith, Varèsse, Messiaen, Stockhausen, Boulez, Nono, Bartok, Prokofiev, Shostakóvich, Ives, Xenakis, Cage, Reich, Arvo Pärt y muchos más. Pero esta lista estaría incompleta si no apareciese en ella el nombre del húngaro György Ligeti.

György Ligeti (1923-2006) es uno de los pocos compositores de vanguardia no sólo conocido por especialistas y admiradores, sino también por el gran público, gracias a que algunas de sus obras fueron usadas por el director Stanley Kubrick en sus películas más afamadas: 2001 Odisea del espacio, El resplandor y Ojos bien cerrados, su obra póstuma.

Sus primeras obras prosiguen el legado del gran compositor húngaro Bela Bartok. Pero una vez que conoció la música electrónica de la mano de Karl-Heinz Stockhausen, Ligeti comenzó a componer utilizando los instrumentos convencionales para producir sonoridades de tipo electrónico. A esa técnica se le nombró como micropolifonía, y consistía en masas sonoras –inmensos clúster- donde paulatinamente va cambiando la textura musical. Melodía, armonía y ritmo eran dejados a un lado para dar énfasis al timbre y la textura sonora. De esa época datan sus obras más conocidas Lux Aeterna, Atmosphéres y Requiem, justamente las piezas que fueron utilizadas sin su permiso en el filme 2001 Odisea del espacio.

Años después se interesó más por el ritmo, al escuchar a los minimalistas estadounidenses Steve Reich y Terry Riley, la música africana y el gamelan javanés. También se vio influenciado por la música de Conlon Nancarrow y el jazzista Bill Evans. De modo que su lenguaje de gran densidad cromática se fue simplificando y adquiriendo gran complejidad rítmica.

De György Ligeti traemos hoy tres de sus obras más conocidas, las ya nombradas Lux Aeterna, Atmosphéres y Requiem.

Atmosphéres (1961). Para orquesta de vientos a 4. Orquesta Sinfónica de Sudwestfunks, Baden-Baden. Dirige: Ernest Bour.

 


Requiem (1963-65). Para soprano y mezzosoprano solistas, coro mixto y orquesta. Filarmónica de Berlín. Dirige: Jonathan Nott (2003).

 



Lux Aeterna (1966). Para 16 voces a capella. A Cappella Amsterdam, Daniel Reuss & Susanne Van Els (2009)





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