CONTENIDO:
- Recomendaciones del Magazine (Cine y TV)
- Blog de la Quincena (Katherine Chacón)
- 365 Meditaciónes Tao (Ming Dao Deng)
- Meditación: El arte de recordar quién eres (Osho)
- Humor
RECOMENDACIONES
DEL MAGAZINE:
CINE Y TV:
- Medianoche en el jardín del bien y del mal (John Cusack, Kevin Spacey y Jude Law / Dir. Clint
Eastwood / TV Filme / Cinecanal)
- En el corazón del mar (Chris Hemsworth y Benjamin Walker / Dir.: Ron Howard / TV Filme / EDGE)
- Un crimen americano (Ellen Page y Catherine Keener / Dir.: Tommy O’Haver y otros / TV Filme / Sundance)
BLOG DE LA QUINCENA (Por Katherine Chacón): Un Blog sobre cultura y arte contemporáneo que les recomiendo es “El dado del arte”: http://eldadodelarte.blogspot.com/p/sobre-mi.html
365 MEDITACIÓNES TAO (Ming Dao Deng)
LXI
痛
Pena
La lluvia dispersa los
pétalos del ciruelo;
El llanto mancha la tierra.
Uno sólo puede buscar
refugio
Y esperar que aclare.
Cuando viene la pena, su
amargura lo empapa todo. Los sabios dicen que la vida es ilusión, ¿pero cambia
eso su intensidad? Démonos permiso para estar tristes; es un sentimiento que
nos hace humanos. Si ganamos iluminación, entendiendo que toda la vida es un
sueño, la tristeza y la felicidad se desvanecerán bastante pronto.
El mayor pesar de la vida
es el ser un espectador. Experimentar nuestro propio sufrimiento no es tan
difícil como ver a otros sujetos por el poderoso abrazo del destino.
Sobrellevar nuestros propios problemas es más fácil porque nos damos cuenta de
que siempre podemos ejercer otras opciones -incluso la opción final. Sin
embargo, lo que más duele es cuando no podemos hacer nada por los demás. La
mayor pena es ver sufrir a los que amamos sin poder hacer nada.
Cuando enfrentemos una
situación triste, es mejor no languidecer en ella. Podemos cambiar las cosas
estando con diferentes personas, mudándonos a otro lugar, o, si todo lo demás
falla, ajustando nuestras propias actitudes para tomar la iniciativa. La
tristeza es transitoria, como cualquier otra cosa. Si queremos desviarla, sólo
necesitamos alterar su contexto y dejar que sea sumida de vuelta en el Tao.
MEDITACIÓN: EL ARTE DE RECORDAR
QUIÉN ERES (Osho)
“Al
igual que los niños nacen mediante el sexo ordinario, la meditación nace
mediante el sexo extraordinario.”
H U M O R
La gran soprano venezolana Fedora
Alemán (1912-2018), tenía como uno de los leitmotivs de su vida la frase “Yo
nunca me quejo”. Decía al respecto, que el secreto de la vida estaba en nunca
quejarse. Ella había saboreado los platos más exquisitos en Europa, durante los
años triunfales de su carrera lírica, y, años después, el INCIBA (Instituto
Nacional de Cultura y Bellas Artes) le programó una serie de giras por el
interior de Venezuela, durante las cuales Fedora tuvo que hospedarse en hoteles
bastante precarios, y donde tuvo que comer el modesto menú que allí servían a
los huéspedes. “Comí caviar en París, y arepas en Guacara, con el mismo deleite
–decía-, nunca me quejé”.
La siguiente anécdota de Fedora,
que ha sido contada por Isabel Palacios, revela el fino humor criollo de
nuestra soprano, en cuyas raíces encontramos ese don de su alma de enseñorearse
de las circunstancias y no permitir el perderse
en lamentaciones.
Un paréntesis. En algunos “memes”
actuales he leído anécdotas similares referidas a enseñanzas orientales, pero
cuando la escuche por primera vez, a principios de los años noventa del siglo
pasado, pertenecía exclusivamente al vasto repertorio de anécdotas referentes a
la sabiduría de vida y el humor fedoriano.
Durante los años en que Fedora
fue profesora de canto lírico, sus alumnos estaban impresionados porque, a
pesar de vivir bastante retirada de donde se impartían esas clases, y tomando
en cuenta que éstas comenzaban a las 7:00 de la mañana, Fedora siempre los
recibía con una sonrisa, impecablemente ataviada, y, además, con todos los
ejercicios de vocalización ya realizados. Una de sus alumnas para aquel
entonces, Isabel Palacios, quien siempre llegaba algo retardada y de mal humor,
un día le preguntó que cuál era su secreto para estar siempre de tan buen
talante, siempre elegante y, además, ser tan puntual y disciplinada. Fedora le
contestó: “Es que yo nunca discuto”. Palacios, algo irritada por la sencillez
de la respuesta, la cuestionó en enseguida: “Pero, ¿no será sólo por eso?”. A
lo cual Fedora respondió con una sonrisa: “Tiene razón mija, no será sólo por
eso”.
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