martes, 14 de julio de 2020

SECCIONES QUINCENALES (Magazine No. 618)

CONTENIDO:

  • Recomendaciones del Magazine (Cine y TV)
  • Blog de la Quincena (Katherine Chacón)
  • 365 Meditaciónes Tao (Ming Dao Deng)
  • Meditación: El arte de recordar quién eres (Osho)
  • Humor

 

RECOMENDACIONES DEL MAGAZINE:

 CINE Y TV:

  • Medianoche en el jardín del bien y del mal (John Cusack, Kevin Spacey y Jude Law / Dir. Clint Eastwood / TV Filme / Cinecanal)
  • En el corazón del mar (Chris Hemsworth y Benjamin Walker / Dir.: Ron Howard / TV Filme / EDGE)
  • Un crimen americano (Ellen Page y Catherine Keener / Dir.: Tommy O’Haver y otros / TV Filme / Sundance)

 

BLOG DE LA QUINCENA (Por Katherine Chacón): Un Blog sobre cultura y arte contemporáneo que les recomiendo es “El dado del arte”: http://eldadodelarte.blogspot.com/p/sobre-mi.html




365 MEDITACIÓNES TAO (Ming Dao Deng)

LXI

Pena

La lluvia dispersa los pétalos del ciruelo;

El llanto mancha la tierra.

Uno sólo puede buscar refugio

Y esperar que aclare.

Cuando viene la pena, su amargura lo empapa todo. Los sabios dicen que la vida es ilusión, ¿pero cambia eso su intensidad? Démonos permiso para estar tristes; es un sentimiento que nos hace humanos. Si ganamos iluminación, entendiendo que toda la vida es un sueño, la tristeza y la felicidad se desvanecerán bastante pronto.

 

El mayor pesar de la vida es el ser un espectador. Experimentar nuestro propio sufrimiento no es tan difícil como ver a otros sujetos por el poderoso abrazo del destino. Sobrellevar nuestros propios problemas es más fácil porque nos damos cuenta de que siempre podemos ejercer otras opciones -incluso la opción final. Sin embargo, lo que más duele es cuando no podemos hacer nada por los demás. La mayor pena es ver sufrir a los que amamos sin poder hacer nada.

 

Cuando enfrentemos una situación triste, es mejor no languidecer en ella. Podemos cambiar las cosas estando con diferentes personas, mudándonos a otro lugar, o, si todo lo demás falla, ajustando nuestras propias actitudes para tomar la iniciativa. La tristeza es transitoria, como cualquier otra cosa. Si queremos desviarla, sólo necesitamos alterar su contexto y dejar que sea sumida de vuelta en el Tao.



MEDITACIÓN: EL ARTE DE RECORDAR QUIÉN ERES (Osho)

“Al igual que los niños nacen mediante el sexo ordinario, la meditación nace mediante el sexo extraordinario.”


H U M O R

La gran soprano venezolana Fedora Alemán (1912-2018), tenía como uno de los leitmotivs de su vida la frase “Yo nunca me quejo”. Decía al respecto, que el secreto de la vida estaba en nunca quejarse. Ella había saboreado los platos más exquisitos en Europa, durante los años triunfales de su carrera lírica, y, años después, el INCIBA (Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes) le programó una serie de giras por el interior de Venezuela, durante las cuales Fedora tuvo que hospedarse en hoteles bastante precarios, y donde tuvo que comer el modesto menú que allí servían a los huéspedes. “Comí caviar en París, y arepas en Guacara, con el mismo deleite –decía-, nunca me quejé”.

 

La siguiente anécdota de Fedora, que ha sido contada por Isabel Palacios, revela el fino humor criollo de nuestra soprano, en cuyas raíces encontramos ese don de su alma de enseñorearse de las circunstancias y no permitir el perderse en lamentaciones.

 

Un paréntesis. En algunos “memes” actuales he leído anécdotas similares referidas a enseñanzas orientales, pero cuando la escuche por primera vez, a principios de los años noventa del siglo pasado, pertenecía exclusivamente al vasto repertorio de anécdotas referentes a la sabiduría de vida y el humor fedoriano.

 

Durante los años en que Fedora fue profesora de canto lírico, sus alumnos estaban impresionados porque, a pesar de vivir bastante retirada de donde se impartían esas clases, y tomando en cuenta que éstas comenzaban a las 7:00 de la mañana, Fedora siempre los recibía con una sonrisa, impecablemente ataviada, y, además, con todos los ejercicios de vocalización ya realizados. Una de sus alumnas para aquel entonces, Isabel Palacios, quien siempre llegaba algo retardada y de mal humor, un día le preguntó que cuál era su secreto para estar siempre de tan buen talante, siempre elegante y, además, ser tan puntual y disciplinada. Fedora le contestó: “Es que yo nunca discuto”. Palacios, algo irritada por la sencillez de la respuesta, la cuestionó en enseguida: “Pero, ¿no será sólo por eso?”. A lo cual Fedora respondió con una sonrisa: “Tiene razón mija, no será sólo por eso”.




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