DOS CLAVES PARA SANAR Y TRANSFORMAR
TU VIDA
Adaliz Buitriago
Si
estás en busca de bienestar integral, atraviesas por un proceso de sanación, o
simplemente estás en busca de herramientas para transformar tu vida, en esta
entrega de El Sanador Interno te traigo dos claves que seguramente te
serán de utilidad.
La
primera clave se trata de una práctica ampliamente recomendada por todas las
grandes religiones, escuelas psicológicas y terapéuticas, así como por todos
los caminos de desarrollo personal y espiritual. Se trata del perdón como
práctica liberadora del ser.
El poder liberador y transformador
del perdón
Hay
muchas formas de trabajo interno para incorporar la práctica del perdón en
nuestras vidas, desde el históricamente difundido perdón cristiano, por poner
un ejemplo pertinente al campo religioso, hasta el extendido Ho’ oponopono, una
práctica espiritual hawaiana que propone la transformación de realidades
adversas a través de manifestar verbalmente un pensamiento – sentimiento sustentado
en el perdón, el amor y la gratitud.
En
esta oportunidad me gustaría compartirte una oración perdón, que nos ayuda a
liberarnos de situaciones y relaciones en las que en algún momento nos sentimos
agraviados.
Esta
oración puede tomarse como un excelente trabajo interno porque nos ayuda a
revisar situaciones de nuestra vida desde la responsabilidad. A la vez desplaza
nuestra atención de esas situaciones que estamos liberando desde el rol de
protagonista – víctima al rol de testigo desapegado.
La
oración consta de tres partes fundamentales que expongo, y comento brevemente,
a continuación:
Si
algo o alguien me hirió en el pasado, consciente o inconscientemente, yo lo
perdono y lo libero
Cuando
recites esta parte de la oración puedes preguntarte ¿quién eres tú? ¿quién es
el otro, o ese algo a lo que estás perdonando? Mira los acontecimientos de tu
vida, eso que te hizo daño, aquellos que te hirieron, desde la perspectiva de
un testigo desapegado.
La
segunda parte de la oración enuncia lo siguiente:
Si
yo he herido a alguien o a algo en el pasado, consciente o inconscientemente,
yo lo perdono y lo libero
Esta
parte de la oración nos afianza en la actitud de mirar los acontecimientos de
nuestra vida y a nosotros mismos desde la perspectiva del testigo desapegado,
favoreciendo el desarrollo de la compasión y empatía. Nos ayuda a liberarnos y
por consiguiente a liberar al “otro”.
También
pone el foco en el valor de tomar responsabilidad ante las situaciones en las
que nos vemos envueltos, perdonar a otros implica perdonarnos.
Finalmente
la oración se cierra con las siguientes palabras:
Si
yo me herí a mi misma (o) en pasado, consciente o inconscientemente, yo me
perdono y me libero (yo me perdono y
me libero X3)
En
esta última parte tomamos total responsabilidad por los diversos eventos que
forman parte de nuestras experiencias en la vida. Por medio de la acción
liberadora del perdón, nos saca de la actitud de víctima para empoderarnos como
co creadores de nuestra realidad.
La palabra mágica para manifestar
tus sueños
Una
vez un maestro me dijo que el ser humano se distingue entre los seres de la
creación por su capacidad de soñar, y además por tener todo el potencial para
materializar esos sueños en su realidad.
Asimismo,
me explicó que desde tiempos inmemorables los magos y conocedores de las
ciencias herméticas se han valido de palabras de poder, mantras, decretos,
invocaciones y conjuros para convocar a fuerzas invisibles con el propósito de
concretar sus sueños y metas en este mundo material.
En
mi proceso de auto observación y estudio personal yo descubrí una palabra de
gran poder para materializar nuestros deseos. Esa palabra es: Gracias. En efecto, expresar
gratitud con fe en que ya logramos en nuestra vida aquello que deseamos, nos
saca de la actitud de carencia y nos ubica en la esfera de la abundancia en
donde toda clase de potencialidades propician la materialización de nuestros
sueños.
Estas son mis claves
Así
que mi método para sanar y transformar mi realidad se basa en dos claves:
La
primera es el perdón que me lleva a revisar las diferentes situaciones que me trajeron
malestar, observar el efecto del resentimiento en diversas áreas de mi vida, entre
ellas mi cuerpo y mi salud.
Haciendo
este ejercicio tomo consciencia de cada parte de mi cuerpo ¿cómo me siento? Entonces
si hay molestia, dolor o algún sentimiento incómodo procedo a liberarlo por
medio de la oración de perdón.
Luego
de perdonar, visualizo aquello que quiero en mi vida: Con los ojos cerrados llevo
la atención a mi entrecejo y proyecto mentalmente aquello que quiero lograr,
alimento esas imágenes y pensamientos de éxito, con sentimientos positivos
llenos de fe y gratitud.
Finalmente,
doy las gracias a las fuerzas constructivas de la creación, porque tengo fe en
que mis deseos ya han sido concedidos en armonía para todo el mundo.
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