CONTENIDO:
- Recomendaciones del Magazine (Cine y TV)
- Blog de la Quincena (Katherine Chacón)
- 365 Meditaciones Tao (Ming Dao Deng)
- Meditación: El arte de recordar quién eres (Osho)
- Humor
RECOMENDACIONES DEL MAGAZINE:
CINE Y TV:
- Experta en crisis (Sandra Bullock y Billy Bob Thornton / TV Filme / Dir.: David Gordon Green / AMC)
- La última estación (Christopher Plummer, Helen Mirren y James McAvoy / Dir.: Michael Hoffman / TV Filme / Sundance)
- Mil veces buenas noches (Juliette Binoche y Nikolaj Coster-Waldau / Dir.: Erik Poppe / TV Filme / Film & Arts)
Peter Lik: Viaje
(2009)
LVI
哑
Mudo
Mientras
más vivas en el espíritu,
Más
lejos estarás de los caminos comunes.
Si
quieres hablar de las maravillas del Tao,
Pocos
te escucharán.
Si
pasas un largo período de tiempo en estudio y auto cultivo entrarás en el Tao.
Al hacer esto, entras en un mundo de percepciones extraordinarias. Experimentas
cosas inimaginables, recibes pensamientos y aprendizaje como si no vinieran de
ninguna parte, percibes cosas que podrían calificarse como premoniciones. Pero
si tratas de comunicar lo que experimentas, no hay nadie que te entienda, nadie
te creerá. Mientras más camines este sendero, más lejos estarás de las formas
corrientes de la sociedad. Puede que veas la verdad, pero verás que la gente
preferirá escuchar a políticos, actores y charlatanes.
Si
eres conocido como seguidor del Tao, puede que la gente te busque, pero rara
vez serán quienes entiendan verdaderamente el Tao. Hay gente que aprovechará el
Tao como una muleta. El hablarles de las maravillas que has visto
frecuentemente te involucrará en una rosca de malos entendidos. Es por eso que
se dice que aquellos que saben no hablan.
¿Por
qué no simplemente quedarse callado? Disfruta el Tao a tu voluntad. Deja que
otros piensen que eres un tonto. Dentro de ti, conocerás la alegría de los
misterios del Tao. Si encuentras a alguien que se pueda beneficiar con tu
experiencia, deberías compartirla. Pero si eres meramente un trotamundos en una
muchedumbre de extraños, guardar silencio es sabiduría.
MEDITACIÓN: EL
ARTE DE RECORDAR QUIÉN ERES (Osho)
“La
dulce jovencita le contaba a su madre cuánto se había divertido en la estación
de montaña.
«Me
encontré con un hombre en la sala de recreativos y estuvimos jugando al ping-pong toda la tarde», dijo.
«¡Qué
divertido, madre!»
«¿Por
qué, querida?», dijo la madre, «no sabía que te gustara el ping-pong».
«Ahora
sí», respondió la hija. «Yo le daba mal a la bola y los dos nos metíamos debajo
de la mesa para buscarla. Después él le daba mal y otra vez nos metíamos los
dos debajo de la mesa para cogerla. Hemos jugado toda la tarde. ¡Ha sido
fantástico!»
«Pero
no entiendo», dijo la madre, «¿dónde está lo divertido?»
«¡Debajo
de la mesa, tonta!»
H U M O R
Un
gringo llegó a una posada y le preguntó al posadero, un anciano de 120 años de
edad, si tenía un cuarto para pasar la noche.
Éste
le respondió que sólo tenía una habitación en el tercer piso, junto al de su
nietecita. Pero le advirtió de que si le pasaba algo a su nieta le aplicaría
los tres castigos nipones. El tipo le aseguró que no iba a pasar nada y tomó el
cuarto.
A
la hora de la cena bajó por la escalera una dulce japonesita de unos 20 años de
edad, muy linda y sensual. Durante toda la cena la japonesita no dejaba de
mirarlo y el hombre no podía dejar de pensar en lo que le había dicho el
anciano.
Pero
cuando llegó la noche, el gringo no pudo resistir la tentación y entró en el
cuarto de la jovencita en el que pasó mucho, pero que mucho tiempo.
Cansado
volvió a su cuarto a descansar y quedó profundamente dormido tras tanto
ajetreo.
A
la mañana siguiente, al despertar, se encontró con una roca inmensa encima de
su cuerpo con un papel que decía: PRIMER CASTIGO NIPÓN: roca de 50 kilos encima
del cuerpo.
El
tipo sonrió y pensó que si eso era lo peor que podía hacer el pobre anciano no
iba a haber mayor problema.
Se
levantó, cargó la roca y la arrojó por la ventana. Fue entonces cuando vió otro
papel en el marco de la ventana que decía: SEGUNDO CASTIGO NIPÓN: roca amarrada
a testículo derecho.
El
gringo al ver como desaparecía la cuerda que amarraba la roca no se lo pensó
dos veces y se tiró por la ventana. Mejor un par de huesos rotos que un huevo
menos, pensó.
Pero
cuando caía por el segundo piso pudo leer un gran cartel en la fachada que
decía: TERCER CASTIGO NIPÓN: huevo izquierdo amarrado a la pata de la cama.
(Japón)
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