miércoles, 4 de marzo de 2020

EL SANADOR INTERNO Adaliz Buitriago (Magazine No. 613)


LA MEDICINA DEL AVE FÉNIX


Adaliz Buitriago.
Al cumplir quinientos años construyó una pira de madera y especias para arrojarse en su interior. La historia cuenta que los rayos del sol encendieron la hoguera funeraria, que el ave mitológica avivó con el aleteo de sus alas para dar lugar a su muerte ritual y posterior renacimiento.

Se trata de la leyenda del Ave Fénix, una historia presente en casi todos los relatos originarios de los pueblos de la humanidad. Se trata de un ser fantástico que es capaz de renacer a partir de sus propias cenizas. Esta característica lo convierte en un símbolo universal de la muerte generada por el fuego, el principio de la resurrección y la inmortalidad.

Otro elemento destacado en esta leyenda es el rol jugado por el sol, nuestro astro rey, como elemento que posibilita la vida y garantiza los procesos de transformación de todas las formas de vida que crecen bajo su cobijo, incluyendo los seres propios de la mitología de los pueblos.

El Fénix contaba además con una cualidad muy poco difundida, y es que era capaz de vivir sólo del rocío, sin lastimar a ninguna criatura viviente para alimentarse, rasgo que lo convierte en símbolo de delicadeza.

La capacidad de resurgir de sus propias cenizas convirtió al Fénix en sinónimo de resiliencia para el ser humano, enseñándolo a través de su historia a contactar dentro de sí con sus fortalezas y cualidades para poder afrontar las situaciones más difíciles que se le puedan presentar a lo largo de su vida.

También presente en la Tradición Judeocristiana
Se dice que esta ave inmortal estuvo presente en el jardín del Edén. Su morada era un pequeño arbusto de rosas que florecía bajo el famoso Árbol del Bien y del Mal. Fue el único de los habitantes del paraíso terrenal que se negó a probar de la fruta del conocimiento, demostrando así la fortaleza de sus principios y su fidelidad a los preceptos divinos.

Cuentan que cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso por comer de la fruta prohibida por Dios, cayó sobre el nido del ave una chispa de la espada de fuego de un querubín, que lo hizo arder al instante.

De esas llamas surgió una nueva ave que sería conocida a lo largo de la historia como el Fénix. Su plumaje era inigualable, con alas de color rojo escarlata en un cuerpo dorado. Por su fidelidad Dios lo premió con cualidades como la fortaleza, el conocimiento, poseer lágrimas curativas y la capacidad de resurgir de sus cenizas.

Una historia para sanar el espíritu
El Ave Fénix tiene una gran historia, llena de significados, que nos ligan a este ícono presente en el subconsciente colectivo a lo largo de la historia, señalándonos un camino para viajar a nuestra interioridad, contactar con la verdad interna para renacer de nuestras cenizas cuando los procesos de aprendizaje, situaciones y ciclos de experiencias en la vida así lo requieren.

El Fénix nos marca con su historia un camino de autodescubrimiento. El hecho de que sus lágrimas se consideraran sanadoras, nos invita a pensar en que muchas veces en nuestro interior tenemos el elíxir de sanación y superación de problemas tanto de salud como de diversos aspectos de nuestra vida.

Finalmente, el ave mágica nos enseña que somos capaces de reinventarnos al final de cada uno de los ciclos que conforman nuestra existencia, mostrándonos que tras los principios de la muerte y el renacimiento está el secreto de la inmortalidad.

Desde una visión muy particular, se podría decir que este ser mitológico nos invita a mirar dentro de nosotros para preparar un elíxir interno que bien podría llamarse la medicina del Ave Fénix.





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