FORMA DE BEIJING: LA SERENA ARMONÍA DE LAS ESCALAS (I)
“[…] las 24 posturas simplificadas (parecido a tocar
escalas en vez de melodías) […]”.
J. Justin Meehan
“Yang
y Cheng: una lucha por su identidad”.
“Hay todavía mucha buena música que
puede escribirse en Do Mayor.”
Arnold Schönberg
La ciudad de
Beijing (Pekín) es bien conocida en el mundo entero, siendo la Capital de China
desde la consolidación de la dinastía Yuan (mongola) con el ascenso del
emperador Kublai Khan, en 1.265 d. C. De fama mundial son la Ópera de Pekín, la
cocina tradicional pekinesa o mandarina, así como la Ciudad Prohibida, el
Templo del Cielo, el Palacio de Verano, y el estadio El Nido, entre otras
renombradas edificaciones. Escuchamos su nombre cuando se habla del “Hombre de
Pekín” (una variedad del Homo Erectus); de la película 55 Días en Pekín (1.963),* cuyo tema es la rebelión de los Boxers (artistas
marciales) y el asedio a las delegaciones europeas en la ciudad durante el año
de 1.900; de las protestas de la plaza Tian’anmen en 1.989 (con la imagen
icónica del estudiante enfrentándose al tanque); de las Olimpiadas del 2.008,
etc. El arte del Taijiquan no ha hecho sino acrecentar la fama de la ciudad a
través de su rutina más conocida y practicada, la globalizada Forma de Beijing, las 24 Series Manos
Libres Estilo Yang Simplificado.
Forma
24: Interpreta Qiu Hui Fang
Mi amor por la
estructura de 24 secuencias de Yang Simplificado fue realmente a primera vista.
A mediados de los años noventas del siglo pasado yo era alumno avanzado de la
modalidad de Yang idiosincrática del maestro Su Yu Chang y ya fungía de monitor
de la misma en la escuela “Tai Chi Yin Yang Chi”, que dirigía el profesor Mario
Bautista, y que estaba afiliada al Instituto de Artes Marciales Pachi Tanglang.
Normalmente, después
de clases me quedaba practicando con el profesor la forma de Chen Tai Chi
Chuan, en la variante del maestro Su (no menos idiosincrática), así como los
primeros movimientos del Bagua Zhang. Un buen día, el profesor Willy Rivero se
presentó en el gimnasio con ánimo de enseñarnos la forma 24. Después de
realizar la primera línea, el profesor Bautista no quiso seguir aprendiéndola,
pero yo ya estaba raptado por la serenidad y elegancia que se decanta en esa
primera y genial línea de la Forma de Beijing. El profesor Rivero tuvo la
gentileza de invitarme a aprender dicha forma –sin compromiso- en su escuela, “Wutan”.
En aquel momento no lo sabía pero comenzaba la travesía que me llevaría al
Parque del Este, donde abandonaría la práctica de las variantes de Chen y Yang
del maestro Su, por las menos “híbridas” variantes
del maestro Tai She Che (Dai Tzi She), en primer término, y luego, de forma
definitiva, por las formas continentales de Yang contemporáneo.
El nacimiento de
la Forma de Beijing en 1.956 es también el inicio del Taijiquan contemporáneo,
es decir, del Tai Chi con fines deportivos, recreacionales y de salud pública,
lo que equivale a decir, el Tai Chi Chuan instrumentado desde políticas del
Estado nación moderno, así como de instituciones deportivas nacionales e internacionales,
dejando de lado el mundo tradicional donde dicho arte se había creado y
nutrido.
Por ende, dada
su posición en el marco de la disputa entre la China de Mao y el Kuomintang
apoyado por Occidente, y de la confrontación entre modernidad y tradición en la
China continental, la polémica nunca ha dejado de rodear a la forma de Taijiquan
que con el paso del tiempo llegaría a ser la rutina del arte más practicada y
conocida de la historia.
Forma
24: Interpreta Wu Amin
Entre otras
polémicas, la familia Yang, así como los representantes de los grandes linajes
del Yang continental tradicional, como Fu Zhonweng o Dong Yingjie, criticaron
que se escogiera como inicio del programa de Taijiquan contemporáneo una forma
creada por el maestro Li Tianji (tío de Li Deyin),** quien había estudiado el
estilo Yang continental, pero que pertenecía a un linaje de Sun Taijiquan.
Li
Tianji
Pero fue en la
diáspora marcial fuera de China Popular donde las críticas al “24” –como se le
dice coloquialmente-, cabeza visible del programa chino de Taijiquan
contemporáneo, fueron más acerbas. En ello confluían varios factores. El
primero era la confrontación entre la China comunista y Taiwán, expandida a la
N potencia por la caja de resonancia planetaria de la Guerra Fría.
Mal entendidos
por ignorancia o a sabiendas se extendieron de modo propagandístico por todo el
orbe marcial para dejar mal parado el Gongfu que se cultivaba en China
continental y enfatizar que el verdadero Gongfu se practicaba fuera de su
nación de origen.*** Una de las más extendidas informaciones equívocas era la
de confundir el programa de Taijiquan contemporáneo con el Tai Chi Chuan Tradicional
que se practicaba en China continental, como si el primero hubiese creado al
segundo y no al revés. En esa visión sesgada, maestros como Yang Zhengduo o Fu
Zhongwen fueron acusados injustamente de hacer Yang Tai Chi estandarizado (y simplificado)
y no Yang Taijiquan en la más pura y ortodoxa tradición en la línea del gran
Yang Chengfu.
En segundo
término, muy relacionado al anterior, estaba el choque frontal entre el mundo
moderno –radicalizado por la visión marxista- y la milenaria cultura
tradicional china. Esto se convirtió en una verdadera “guerra a muerte” con el
advenimiento de la “revolución cultural”, el intento maoísta de borrar
completamente el pasado tradicional confuciano de China.
Por añadidura,
había aspectos del programa chino de Taijiquan contemporáneo que representaban
una amenaza directa a la forma de vida tradicional de los maestros de Gongfu.
Por ejemplo, el “24”, según la disposición del gobierno chino, debía ser
enseñado gratuitamente en parques y plazas, como una contribución a la cultura
física y la salud de las mayorías. Por ende, no debía ser enseñado en los Guan
(Kwoon) donde los maestros cobraban por sus enseñanzas. Esto representaba una
amenaza contra la forma tradicional de ganarse la vida de los maestros del
Gongfu.
Chen
Man-ching
Por su
importancia en el mundo occidental, el maestro Cheng Man-ching (Zheng Manqing),
último discípulo del gran maestro Yang Chengfu (1.883-1.936), radicado en New York desde 1.964,
es a quien más se ha tomado en nuestro hemisferio como referencia de una posición
dura contra el programa chino de Wushu contemporáneo y, especialmente, contra
la Forma de Beijing. En su libro, Tai Chi
el fundamento supremo, Lawrence Galante, discípulo de Cheng Man-ching,
escribe lo siguiente
“Es interesante resaltar que en 1.956 la Sociedad de Entrenamiento Físico para toda la China creó un estilo Yang modificado del Tai Chi que el gobierno Chino adaptó a su Programa de Adecuación Física. Este, aunque parecido, no es el mismo que enseñaba Cheng. Es más simétrico. Aquello que hace el lado derecho, lo hace también el izquierdo. El profesor Cheng nos dijo que esta simetría podía ir en detrimento de la salud porque el cuerpo no es un organismo simétrico.”
J. Juston Meehan, discípulo de William C. C. Chen (entre otros
maestros), a su vez discípulo de Man-ching, parece proseguir esa postura de
rechazo hacia el “24” cuando escribe que esta rutina se parece más a hacer
“escalas” (musicales) que a interpretar una melodía, según la cita que hemos
colocado como epígrafe de este texto.
En algunas oportunidades me vi envuelto
en discusiones con practicantes formados en las variantes taiwanesas del estilo
Yang que se cultivan en nuestro país, porque ellos decían cosas del “24” muy
parecidas a la postura de J. Justin Meehan. Enfatizaban que esas variantes eran
más “marciales” (en el sentido de “duras”) que el “24”, o que esta rutina era
demasiado suave y simple, en contraste con las variaciones técnicas y detalles
de ejecución presentes en las formas practicadas por los maestro Su Yu Chang o
Tai She Che.
J. Justin Meehan
En ambos señalamientos existe una gran incomprensión, aunque estas
críticas parten de perspectivas distintas. La Forma de Beijing, dados sus
objetivos masivos de difusión, recreación y de salud, fue construida reduciendo
al mínimo sus variantes de ejecución y escogiendo las técnicas del estilo Yang
continental más fáciles de aprender y ejecutar. Por esa razón se dice que su
estilo es Yang SIMPLIFICADO.
Forma 24: Interpreta Su Renfeng
Esta característica del “24” puede también hacernos entender mejor los
señalamientos sobre su supuesta falta de “marcialidad”. Los taolu o formas (rutinas o esquemas) son estilizaciones sintéticas de movimientos de combate, arquetipos (estructuras básicas generativas) de fuerzas elementales que pueden servir tanto para armonizar nuestro ser integral como para la lucha. De modo que una forma simplificada de un estilo interno como el Tai Chi estilo Yang, tiene que ocultar, camuflar o disimular en mayor medida sus concreciones marciales, las cuales se determinan realmente como tales en la práctica de las aplicaciones de combate.
No obstante, no hay que perder de vista que esas críticas sobre la marcialidad de la Forma de Beijing, esconden la más de las veces una falta de comprensión profunda, que se da especialmente en muchas de las variantes híbridas del Yang que se practican fuera de China, sobre la relación del Tai Chi Chuan, especialmente del Yang continental tradicional, y el desarrollo intrínseco de una marcialidad distinta, basada en la suavidad.
No obstante, no hay que perder de vista que esas críticas sobre la marcialidad de la Forma de Beijing, esconden la más de las veces una falta de comprensión profunda, que se da especialmente en muchas de las variantes híbridas del Yang que se practican fuera de China, sobre la relación del Tai Chi Chuan, especialmente del Yang continental tradicional, y el desarrollo intrínseco de una marcialidad distinta, basada en la suavidad.
Forma 24: Interpreta Gao Jia Min
Se ha acusado al mismísimo maestro Yang Chengfu de “ablandar” el Tai
Chi, ya sea para amoldarlo al escaso desempeño físico de sus alumnos
aristócratas o por enfatizar los aspectos beneficiosos del arte para la salud,
entre otras consideraciones. Pero se olvida que Yang Chengfu depuró el estilo
Yang de todo lo que implicara uso de fuerza bruta, por razones pedagógicas, ya que sus alumnos no
entendían por qué debían ejercitarse en aplicaciones de puñetazos y patadas
violentas, cuando las Trece Estrategias
del Taijiquan proclaman que el arte tiene por esencia vencer al oponente sin
usar la fuerza.
Pero así como existe incomprensión con el novedoso y paradojal tipo de
marcialidad que propone el Taijiquan, también hay, en muchos practicantes, un
reconocimiento pleno y natural de aquello en lo cual consiste la esencia del
Tai Chi Chuan, la intuición profunda de que la quididad del arte reposa en la suavidad. Y esta debe ser una de las
razones por las cuales la Forma de Beijing ha tenido tanto éxito en todo el orbe.
Forma 24: Interpreta Chen Sitan
Hace poco una practicante que estudió el 24 con la profesora Susana
Hung, pero que actualmente estudia las formas manos libres en la variante
híbrida del Yang de la escuela Pachi Tanglang, se refirió a la Forma de Beijing
como el taolu (forma o rutina) que
para ella resumía los atributos que mejor distinguían al Tai Chi como arte
marcial, al menos en lo que se refiere al estilo Yang: suavidad y redondez,
circularidad de movimientos, serenidad y lentitud en la ejecución.
Dentro del arte del Taijiquan, el estilo Yang puede ser descrito como minimalista, dado que los medios de
expresión marciales están reducidos a un mínimo o se encuentran “escondidos”.
De modo que cabría preguntar, si un Yang
simplificado no es otra cosa sino la prosecución casi extrema, el
acrecentamiento radical, de lo que pudiera llamarse la Yang-inidad, es decir, ese transitar el camino que lleva a la
esencia del arte, a través de una depuración expresiva, de una reducción y
simplificación de los medios marciales, de un vaciamiento estilístico.
Mikael Sapin: Dead Tree (pieza
de piano minimalista)
En música existen los términos soave
(suave) y semplice (simple) para
señalar esos matices estilísticos que tan bien identifican al estilo Yang, si
bien no se encuentra un término que equivalga a otra de sus características
intrínsecas, el ser despojado, austero. Secco
(seco) es el que más se le acerca; aunque este término tiene un sutil matiz que
apunta a lo ascético o rígido, que por su carácter lleno o pleno (mucho peng) y fluido, el estilo Yang no tiene.
Limpidezza (limpidez: pureza o transparencia de algo), un término que se usa para
matizar las ejecuciones instrumentales, le va muy bien al estilo Yang, cuya
corriente principal de desarrollo estilístico (mainstream), que es el continental (tradicional) proveniente de la
enseñanza de Yang Chengfu y sus principales discípulos, tiende a ser depurado,
limpio y sencillo, libre de las contorciones, manierismos y rudezas que tanto
abundan en las variantes híbridas del estilo, muy comunes en las comunidades
chinas de ultramar.
Hace bastante tiempo, mi repertorio de piano contaba con la Sonata No.
16 en Do Mayor de Mozart, llamada “Facile” (fácil) o “Semplice” (simple,
sencilla). Esta pieza ilustra bastante bien algo que los músicos sabemos
sobradamente: que lo simple o sencillo de determinada pieza no le resta ningún
mérito musical ante otras obras que pueden tomarse como más complejas o
difíciles. Lo mismo es válido en el ámbito marcial.
Los que practicamos el estilo Yang contemporáneo, el cual está tomado
del Yang continental y del Yang que ha desarrollado la familia homónima a
partir de los maestros Yang Zhengduo y Yang Jun, hemos descubierto también, del
mismo modo que el ejecutante de piano que interpreta la ya referida Sonata de
Mozart o las 17 Canciones Infantiles
de Antonio Estévez -para señalar dos casos de música sencilla pero de gran
calidad, que lo simple y despojado es la más de las veces, mucho más difícil de
interpretar que lo complejo y enredado, puesto que al interpretar hay que tener
mucha limpidezza en la ejecución, una
delicadeza de sensibilidad y espíritu para que la interpretación conserve la
cualidad prístina, airosa y mesurada que le es inherente a lo sencillo y
despojado.
Sonata No. 16 (“Sonata Semplice”) en Do Mayor de Wolfang Amadeus Mozart
(Continuará…)
Notas:
*Una escena famosa de esa película es cuando el mayor Matt Lewis
(Charlton Heston) observa a un artista marcial chino haciendo una exhibición de
espada. Cuando se le pide que demuestre su virtud con la espada, Lewis coloca
directamente la punta de la espada en la garganta del “bóxer”. Algo similar
ocurre en la primera película de la saga de Indiana Jones de Spielberg, cuando
el Dr. Jones (Harrison Ford) responde al virtuosismo con el sable de un guerrero
árabe matándolo de un disparo de revolver. En ambos casos el mensaje es claro,
Occidente es superior al mundo oriental no por el cultivo de las virtudes
guerreras (artes marciales) sino por la eficacia despiadada de sus métodos.
**La Gran Maestra Faye Li Yip, sobrina nieta de Li Tianji e hija de Li
Deyin, es actualmente una de las luminarias del estilo Sun Taijiquan.
***Si bien es cierto que muchos artistas marciales y maestros se fueron
de China, primero con el triunfo de la revolución en 1.949, y luego con la
Revolución Cultural en los años sesentas, la totalidad de los Guardianes de
Estilos Marciales permanecieron en China continental, con la excepción del
Guardián del Estilo Chen Taijiquan: Chen Xiaowang, quien se exilió durante
cuatro años en Australia, pero que luego volvió a China y hoy día es el
patriarca indiscutido de la familia Chen, alcalde de Chenjiagou y uno de los
afamados Cuatro Tigres de la mencionada villa donde naciera el Taijiquan.
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