LA MIEL (I)
“En la remota época en
que lo hombres de las cavernas masticaban los panales nació la primera receta
de miel, agua y posiblemente algunas hierbas aromáticas, usada para casi todo.
De allí en adelante la inteligencia del hombre y la experiencia acumulada,
multiplicaron las mezclas y descubrieron nuevas combinaciones y usos posibles
de la miel.
En la actualidad, los
remedios preparados en base a miel no sólo constituyen auxiliares fenomenales
de la ciencia curativa y preventiva sino que se han erigido en medicinas que
por su exclusiva acción doblegan padecimientos, calman dolores y derrotan
enfermedades.
Este capítulo, dedicado a
la aplicación práctica de la miel en diversas enfermedades y dolencias, recoge
las más importantes de esas recetas. Es esta una guía sencilla y precisa que
indica la manera de utilizar las virtudes curativas de la miel en múltiples
casos. Incluye solamente recomendaciones cuya efectividad ha sido rigurosamente
confirmada por pruebas médicas y científicas altamente confiables. Para mayor
comodidad del lector, las enfermedades están citadas por orden alfabético. A su
vez, las citas de enfermedades ya mencionadas en otros capítulos así como sus
respectivos tratamientos con miel, están aquí ampliadas en la medida de lo
exigible para una más integral comprensión.
Afecciones bronquiales, pulmonares y de las vías
respiratorias (Asma, catarro,
bronquitis, resfriados, catarro pulmonar, tos, tos convulsa). Contra la
bronquitis y el catarro, 200 gramos de miel pura con agua hervida y el jugo de
cinco limones, tres veces al día. En la noche, una cuarta dosis duplicando las
proporciones de la miel y del jugo de limones. Para el catarro pulmonar, té
negro con tres cucharadas soperas de miel, antes de acostarse. En este caso se
puede agregar a la mezcla una medida de ron o un vaso de vino tinto caliente.
Esta misma combinación combate espléndidamente los resfriados y la tos, si se
ingiere antes de dormir y poco antes de levantarse en las mañanas. Para
cualquier afección de las vías respiratorias también resultan eficaces las
inhalaciones de miel. La miel se puede utilizar vaporizando unos 100 gramos de
miel en un litro de agua. Bastará con una sesión diaria de cinco minutos.
Para la tos convulsa y el
asma es menester combinar el tratamiento indicado para el catarro y la
bronquitis con las inhalaciones. Si la afección es muy aguda, el tratamiento
deberá aplicarse cinco veces al día. En caso contrario bastarán tres.”
Afecciones cardiacas. Unos 150 gramos diarios de miel favorecen el normal
funcionamiento del corazón. Ese tratamiento, que puede duplicarse en caso de
necesidad, es suficiente para dar energía al corazón, mejorar la composición de
la sangre, disminuir las arritmias cardiacas y fortificar los vasos sanguíneos.
Afecciones del estómago. Para todo tipo de afecciones estomacales la miel
es uno de los medicamentos naturales más indicados. En estos casos la miel
puede ingerirse sola o disuelta en agua pura, en cantidades que van de 150 a
250 gramos diarios, divididos en tres o cuatro dosis. El uso de la miel en
reemplazo del azúcar complementa admirablemente este tratamiento.
Cuando el malestar es
fuerte, conviene incorporar al tratamiento dos dosis adicionales de 100 gramos de miel pura cada una, sola o
disuelta en agua mineral. Estas dosis deben ser ingeridas una hora antes del
desayuno y dos horas antes de la cena.
En todos los casos, el
agua utilizada debe estar templada, pues en estado frío puede ocasionar efectos
nocivos, cuando se trata de males estomacales.
Afecciones de la garganta (inflamaciones, amigdalitis, anginas, etc.).
Consumir 150 gramos de miel al día. La miel debe ingerirse en estado puro, en
pequeñas dosis, que se dejarán permanecer en la garganta todo el tiempo que sea
posible.
Completar este
tratamiento con gargarismos, para lo cual se debe utilizar una mezcla de agua
previamente hervida, dos cucharadas soperas de miel y el jugo de tres limones.
Estos gargarismos se pueden repetir dos veces al día.
Es indicado también el
uso externo de la miel, en forma de ungüento. Para ello mezclar miel, un poco
de harina, e jugo de medio limón y una yema de huevo. Preparar con eso una
pasta y aplicársela en la garganta, dos veces al día.
El ungüento debe cubrirse
con una franela, para que se conserve en su sitio y mantenga el calor necesario
para potenciar su acción. Se debe aplicar preferentemente en las noches.
Afecciones reumáticas: Tres cucharaditas soperas de miel cada mañana,
constituyen un tratamiento excelente para el reumatismo y también para la gota.
En estos casos, la miel debe ingerirse en ayunas.
Afecciones del hígado: Dos cucharaditas de miel en ayunas el primer día
del tratamiento y una de aceite e oliva el día siguiente. Continuar alternando
la miel y el aceite durante tres meses, si se trata de una afección aguda. En
caso contrario, el tratamiento debe cesar a los treinta días.
Afecciones de los intestinos: (Colitis, diarrea, etc.) res cucharaditas soperas
de miel disuelta en agua, dos veces al día durante tres semanas. Estas dosis
deben complementarse con la dieta que indique el médico.
(Continuará…)
La miel, polen y jalea real. Sus propiedades curativas.
Lewis Mencken
Nei Dan Magazine No. 284 (29-06-10), No. 288 (27-07-10), No. 292 (24-08-10) y No. 296 (19-10-10)
Sección: "De plantas y algo más" (Yilda Conquista)
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