martes, 24 de enero de 2017

DEL DIARIO DE NANI María Margarita López (Magazine No. 559)

LA LIBELULA



A Roberto Chacón

Anoche releía “Sobre las Almas Gemelas”, hermoso y erudito ensayo de Roberto Chacón. Con enorme deleite había leído gran parte del texto pero estaba muy cansada y la necesidad de dormir fue más intensa que el deseo de culminar la lectura.

En mi expedición nocturna al mundo de los sueños las ideas, imágenes y figuras mitológicas nombradas por el autor se encontraron con el relato que estaba en el misterio de mi subconsciente y entre todos crearon una escena que luego la rememoración interpretaría:

En una habitación penumbrosa una niña muy pequeña es besada dulce y largamente por un hombre. La escena ya ha ocurrido en varias ocasiones, pero esta vez sucederá algo definitivo en la vida de la niña que todo lo ignora pues ni siquiera ha aprendido las palabras para explicarse a sí misma lo que vive en la penumbra, de pie, frente a un hombre que la enlaza y la besa profundamente y es que en ese día, de aquel cuerpo infantil se escapará la libélula azul de su alma inocente. La niña nada percibe pues la agresión envuelta en ternuras ha sido sutil. La fortaleza que los hados le otorgaron no permitirá que su vida sea trastornada por perturbaciones psicológicas y sabiamente podrá manejar el precoz despertar de su sensualidad. Venus y Saturno rodearon su cuna y ellos la protegerán en la Odisea que como diminuta émula de Ulises tiene que vivir en un mundo que ahora le resulta desconocido, privada como está del alma inocente que cual invisible piloto hasta ese instante la conducía por un tranquilo mar.

El viaje no es largo ni hay pruebas severas pues muy pronto el cuerpo y el alma de la niña se enlazan de nuevo en la armoniosa danza que a ella sola pertenece y que la lleva por todas las etapas de la vida hasta conducirla hacia el final. Inmensamente amada en su hogar y luego ayudada por sus dioses protectores, inspirada por Venus buscará el amor y la sensualidad; el regalo de Saturno será el llanto y la melancolía que traen sabiduría y consuelo y la humedad que ambos suscitan nutrirá el suelo en donde las almas tienen su raíz para que la suya crezca como fuerte árbol que el colérico viento de las penas y las vicisitudes de la vida jamás puedan abatir. Aquel suelo es también abonado con los gestos del amor, con la música y la poesía, con una audacia sabia y dulce, para que los dioses complacidos jamás la abandonen.

Y un día, con otros besos profundos y dulces llega a su vida el misterio del encuentro con un mundo secreto semejante al suyo, y en la penumbra que el amor ha sacralizado la mujer vislumbra una vibración azul…

He recordado la profusa difusión que el tema de las almas gemelas ha tenido dentro del movimiento New Age, que también adoptó creencias budistas como la de la transmigración de las almas, de modo que habría dos almas inexorablemente destinadas a encontrarse como consecuencia de sus acciones en vidas pasadas para amarse a pesar de todos los obstáculos. Muchos seres románticos albergan ese anhelo y esperan a su "alma gemela", tal vez durante toda la vida.

No creo que existan almas gemelas y pienso que ese anhelo es en realidad la añoranza del reencuentro con el alma inocente totalmente inmersa en el Alma del Mundo que todos en algún momento perdimos. Debo agradecer al destino por haberme traído a un ser que después de esa pérdida también cuidó la raíz desvalida y oculta haciendo alma  en la música, la poesía, la melancolía, la sensualidad, la dulzura, pues yo intuía, y así lo viví en los breves instantes inefables que la vida nos otorga, que sólo junto a ese ser la Gracia me visitaría para devolverme en fugaces destellos milagrosos el alma inocente que un día me abandonó.

María Margarita López
Febrero 2003


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