martes, 16 de octubre de 2018

EL SANADOR INTERNO Adaliz Buitriago (Magazine No. 597)


¿CÓMO SANAR AMBIENTES ENFERMOS?
  

La pérdida de la armonía en el ritual de la vida, devorado por una carrera caótica que marcan nuestro día a día, y la consecuente perturbación de los ambientes que habitamos, es el tema al que buscamos dar respuesta en la presente edición de El Sanador Interno.

 Levantarnos temprano y arreglarnos lo mejor que podamos, realizar el mínimo aseo posible con un poquito de agua que, en el mejor de los casos, hayamos podido recolectar la noche anterior.

Una vez arreglados para la nueva jornada, correr a la parada de autobús a ver si logramos abordar una unidad que nos lleve a nuestro destino, encontrándonos con los ojos acusadores de quienes llegaron primero a la caza del transporte. En caso contrario, tocará caminar hasta la estación de metro más cercana, muchas veces bajo un sol inclemente.

A lo largo del día ocurre lo mismo de siempre, las mismas noticias en una realidad marcada por un deterioro que cada vez es más fácil de anticipar, ante una retahíla de quejas que la masa social repite al unísono, como un mantra, pero esta vez para destruirnos ¿En algún momento, nos daremos cuenta de que si continuamos en la queja, la resignación y en no hacer nada, cada vez estaremos peor?

Las ciudades también se enferman, con sus casas y edificios, sitios de esparcimiento, oficinas públicas y privadas, de la misma manera en que lo hace una persona.

Generalmente, se toma como punto de partida de la enfermedad la fecha en la que es diagnosticada por un especialista, cuando la realidad es que viene tomando cuerpo desde hace años, gracias al sostenimiento de malos hábitos de vida, mala alimentación, mal manejo de emociones y pensamientos, y hasta de malas compañías, como cuando permitimos la influencia de personas tóxicas en nuestras vidas. Hasta que un día, la enfermedad se manifiesta con síntomas claramente perceptibles por la persona que la sufre.

Algo semejante ocurre con los espacios públicos de las ciudades,  y sus espacios privados. Por ejemplo, se dice que los ambientes de hogares y edificios se enferman, cuando las personas que los habitan permiten que reine el caos, el desorden y la suciedad en esos espacios. De ahí que muchos guías espirituales, y terapeutas holísticos recomiendan mantener en perfecto orden y cuidado los espacios que habitan las personas que los consultan.

Se sabe, que cuando las cosas comienzan a dañarse en un hogar, bombillos que se queman y no se cambian, artefactos eléctricos que no se reparan, suciedad que se acumula en las esquinas, y reina el desorden en las habitaciones, se comienza a generar un campo de energía a su alrededor que hace que todo el ambiente del hogar se perturbe creando mayor caos y daños en la infraestructura del lugar.

¿Cuál es la solución? Es muy sencillo, cuidar de los ambientes que habitamos de la misma manera en que deberíamos cuidar de nuestra propia salud. Es decir, mantener los espacios limpios y en orden. Prestar atención a las cosas que se dañan para darle solución a la mayor brevedad posible. Y procurar un ambiente positivo entre quienes habitan el hogar, propiciando pensamientos y sentimientos que vibren en el rango del amor.

¿Y qué hacer si ya el ambiente está perturbado? En ese caso, se recomienda hacer un plan de limpieza y atención de las zonas afectadas que permita ir paso a paso, es decir un día arreglas tu guardarropa, otro día terminas de arreglar tu habitación, otro día arreglas o limpias cualquier otro ambiente de tu hogar hasta que finalmente todo esté en orden.

Si todos hacemos eso, poco a poco los espacios que habitamos comenzarán a resonar en el orden y esa resonancia debería manifestarse en el espacio público de la ciudad. Seguramente, a nivel individual no podemos solucionar el problema de la recolección de basura en la ciudad, pero si en lo personal evitamos dejar basura en lugares públicos, ya estaremos dando un paso importante para la sanación de los espacios públicos.

Espero que estas breves reflexiones te ayuden a sanar tus ambientes y a vivir con un poco más de armonía con tu entorno. Los espero en una próxima edición de El Sanador Interno.




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