LA
SOMBRA
Uno
no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad.
Carl
Jung
El
encuentro con la sombra implica una confrontación con uno mismo en el más
amplio sentido de la palabra. Es decir, un encuentro con lo inconsciente, con
aquella parte de la personalidad de la cual no siempre nos damos cuenta, pero
que ejerce un efecto en nuestra vida que puede llegar a sorprendernos.
De
acuerdo con la psicología de Carl Jung, la sombra está constituida por el
conjunto de las frustraciones, experiencias vergonzosas, dolorosas, temores,
inseguridades, rencor, agresividad que se alojan en lo inconsciente del ser
humano formando un complejo, muchas veces, disociado de la consciencia.
La
sombra contiene todo lo negativo de la personalidad que el yo, que es el centro
rector de la parte consciente, no está siempre en condiciones de asumir y que,
por lo mismo, puede llegar a frenar la manifestación de nuestra auténtica forma
de ser y de sentir. En términos generales la sombra corresponde a la parte
oscura del alma de todo ser humano.
Expresado
de otro modo podemos decir que, en esa parcela de lo inconsciente se reúnen
todas las miserias humanas que atañen al individuo y a las colectividades;
experiencias, sentimientos, imágenes, símbolos que pueden ser personales y
universales:
La
maldad, el egoísmo, la envidia, el ansia de poder, los celos, la avaricia, la
cursilería, presuntuosidad, indolencia, negligencia, la manipulación, la
cobardía y muchos de nuestros miedos son emociones y sentimientos que no
resultan fáciles de reconocer como componentes de nuestra personalidad. Muchas
veces nos damos cuenta de ellos cuando nos inducen a conflictos con los demás,
a manifestaciones agresivas inesperadas, a sentimientos de culpa, a muestras de
egoísmo, entre otras, que no encajan con la imagen que tenemos de nosotros
mismos.
Pero también debemos tomar en cuenta como aspecto
oculto en la sombra, los talentos y dones que han sido anulados por
prohibiciones, críticas y temores. Estos configuran lo que algunos autores
llaman “Sombra Blanca” y si bien ésta se distingue en la clasificación, forma
un conjunto con los aspectos más abyectos, por lo que no es fácil de discernir.
Los contenidos de la sombra están relacionados con
los complejos y por lo tanto son de naturaleza emocional y autónoma. Cada vez
que aparece un aspecto de la sombra, hay conflicto que invade total o
parcialmente la conciencia. No son controlables voluntariamente, tienen más
fuerza que el Yo y si bien son reprimibles no son aniquilables, no se los puede
hacer desaparecer.
Todas estas cosas están allí en lo oculto y no son
registradas por el sujeto excepto a través de los mecanismos de proyección, o
sea aquello que percibimos en los otros y que nos resulta insoportable,
censurable o amenazante. El hecho es, que esto nos pasa, porque el otro es un
espejo en el cual nos reflejamos de alguna manera. El encuentro con la sombra
genera resistencias.
En el campo de desarrollo propuesto por diversos
movimientos, sean estos religiosos, de estudios esotéricos, o de evolución
personal, se observa una marcada tendencia hacia el culto a lo positivo,
entendido como las cualidades socialmente aceptadas que los adeptos deben
cultivar para atraer “bendiciones” a su vida y lograr una existencia plena.
Lamentablemente se observa muchas veces que, así como
se promueven valores y aptitudes constructivas en los individuos, poco o nada
se hace para promover el encuentro y trabajo de los adeptos con la sombra
personal. Situación que, tarde o temprano, muy por el contrario de atraer
bendiciones, lo que causa es decepción y experiencias de fracaso en personas
que abordan estos movimientos con la expectativa de estar ante verdaderos
senderos de desarrollo humano.
Si bien el trabajo con la sombra puede parecer
amenazador, es –a juicio de quien escribe- imprescindible para el logro de
verdaderos avances en nuestro sendero de evolución personal. Es solamente a
partir de la templanza que nos da la experiencia de contemplar, aceptar y
aprender a relacionarnos con quienes somos en verdad que podemos disfrutar de
una vida plena en bendiciones.
Ahora les dejo ante dos enseñanzas que bien pueden
ilustrar, el trabajo con la sombra que todo buscador espiritual debe realizar.
Estas reflexiones pertenecen a Sri Bhagavan, fundador junto con su esposa Ama
de la Oneness University ,
ambos considerados por muchos como avatares para el despertar de la conciencia
de la humanidad.
Sri Bhagavan, en relación a la aceptación interna
La
comparación es esencialmente originada en la no aceptación hacia la vida de uno
mismo, apariencia, cuerpo, capacidades, o pensamientos y emociones. Al
resistirte al hecho y tratar de ser algo que no eres, sufres por las emociones
destructivas como rabia, celos, odio, frustración, que a cambio te llevan a que
tu inteligencia falle. Todos los problemas emergen del fracaso de la
inteligencia.
Es
la aceptación lo que te libera. Y, ¿cómo uno arriba a la aceptación? No es
través del entendimiento, explicando o justificando la situación, sino
experimentando el dolor atrás de esta. Al experimentar las emociones no resueltas
que están atadas a la situación, toda resistencia se disuelve y naturalmente
abrazas la situación. Esta aceptación interna lleva al despertar de la
inteligencia, y el complejo de inferioridad naturalmente desaparecerá.
Sri Bhagavan, en relación a la ira
La
ira es una emoción primaria natural, experimentada por todos los humanos en
algún momento u otro. Puede movilizar recursos psicológicos para una acción
correctiva. Desafortunadamente la ira se ha vuelto una respuesta incontrolable
para muchos. Generalmente la gente intenta controlar su temperamento pero
esforzarse para contener la ira puede tan solo empeorar el sentimiento, por lo
tanto, uno debe desarrollar una perspectiva enteramente distinta para lidiar
con ello. Una ira sin moderación es básicamente un síntoma de una carga
profundamente arraigada que esta almacenada en tu inconsciente y ¿Qué es una
carga? Es una experiencia incompleta de tu pasado que tiende a ser repetitiva.
Por eso, las personas movidas por cargas desarrollan una perspectiva de vida
muy estrecha. Cada situación, relación, se vuelve una plataforma para que las
cargas muertas se expresen o manifiesten y consecuentemente se vuelven
altamente susceptibles a reacciones. Si tienes que deshacerte de la ira,
entonces trabaja en silenciar los demonios rugientes de tu inconsciente.
Resuelve las cuestiones sin resolver de tu pasado, o relaciones, o problemas
contigo mismo y ciertamente sentirás un cambio en tu respuesta. Tienes la
oportunidad de experimentar la ira sin rencor. Es un estado que bien puede ser
descrito como "ira sin ira" que no deja residuo.
Adaliz Buitriago
Nei Dan Magazine No. 277 (11-05-10)
Sección: "El sanador interno"
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