martes, 20 de marzo de 2018

DEL DIARIO DE NANI María Margarita López (Magazine No. 591)

SOBRE LA RELACIÓN ENTRE LOS PÁJAROS Y LOS ESPÍRITUS DE LOS MUERTOS (I)

Por Christopher M. Moreman
Universidad de California, East Bay

Resumen
A lo largo de la historia de la humanidad, en las diferentes culturas los pájaros tienen significados simbólicos ambiguos relacionados con la vida y la muerte; frecuentemente como augurios de calamidades y muerte, pero también  a menudo, como capaces de portar o robar los espíritus de los muertos o de encarnar esos espíritus. Por otra parte, los pájaros están asociados con la vida, la fertilidad y la longevidad.

Este ensayo ofrece evidencias transculturales, de las asociaciones entre los pájaros y la vida y la muerte. Igualmente ofrece una explicación de esta asociación como expresión de la arraigada ambivalencia del hombre ante la mortalidad. Como una forma de arquetipo junguiano los pájaros reflejan un aspecto fundamental de la naturaleza humana, el rechazo de la muerte como finalidad, a través del deseo de renovación, transformación y renacimiento.

Palabras claves
Pájaros, Junguiano, Jung, arquetipos, muerte, renacimiento, psicopompo, comparativo, religión, folklore, transcultural, simbolismo, el más allá, espíritu


Introducción
En una cena, una mujer, que sabía que yo enfocaba mi trabajo académico en el más allá, se acercó a mí y me preguntó sin rodeos si había vida después de la muerte. Evitando el largo discurso que los académicos suelen dar cuando se les pregunta acerca de sus indagaciones, le ofrecí un simple “No”. Esta respuesta, juzgada retrospectivamente, fue insensible. En lugar de  poner punto final al asunto, mi respuesta hizo que los ojos de la mujer se llenaran de lágrimas. Su padre había muerto semanas atrás y explicó que la razón de su pregunta era que había tenido una experiencia extraña. Mientras nadaba en su piscina, un pequeño pájaro se le acercó; ella y el pájaro intercambiaron lo que le pareció un significativo contacto visual que la impulsó a preguntar en voz alta: ¿Padre?  Como respuesta el ave voló, dejándola con la clara impresión de que había sido visitada por su padre fallecido.

Sentí que la conversación me  había dejado una lección acerca de la cualidad sensible de mi propia investigación, y me hice una pregunta peculiar: ¿Por qué alguien reconocería el espíritu de un ser humano fallecido en una criatura tan diferente como un pájaro?

En un gran número de culturas los pájaros están conectados de muchas maneras con la muerte. A menudo son considerados emisarios o presagios de muerte inminente. Se piensa que algunos pájaros roban las almas de las personas que están muriendo, o actúan como psicopompos, llevando las almas de los muertos para “el próximo mundo”. 

Como ilustra lo referido, hay también la creencia de que los pájaros de alguna manera puedan encarnar los espíritus de los muertos. Se ha notado que la creencia en pájaros como “espíritus visibles de los muertos” es “casi universal”.

El lector casual podría estar inclinado a aceptar las tres posibles conexiones de los pájaros con los fallecidos (presagios, portadores y encarnaciones de los muertos), como aspectos de una amplia creencia en una conexión pájaro-muerte, pero voy a demostrar el papel que en cada caso juegan los diferentes factores. Las diversas facetas de la conexión apuntan a un conjunto más complejo de relaciones simbólicas.  

El simbolismo de los pájaros no siempre se enfoca en la muerte, por ejemplo, igualmente se relaciona con la fertilidad, la longevidad y la vida misma. Argumentaré que en realidad esta última conexión es la más útil para entender por qué los pájaros son usualmente asociados a la muerte en el folklore  y en la imaginación popular de los pueblos alrededor del mundo. 

Verdaderamente, usando el concepto de Jung del arquetipo, expresaré que el pájaro simbólicamente encapsula nociones de trascendencia y renacimiento, que son elementos críticos de la tendencia general humana de ignorar o negar nuestra propia mortalidad.

Apuntando a lo que pueda ser tenido como un problema para aplicar la teoría de Jung a los estudios humano-animal, se sugiere que los “teóricos y practicantes psicoanalíticos no deben estudiar directamente las relaciones animales o las humano-animales. En psicoanálisis, un animal no es él mismo, sino un símbolo de procesos psicológicos, típicamente (…) el Inconsciente”.

Puede ser verdad que el psicoanálisis no se enfrenta directamente con relaciones humano-animales, pero debe entenderse que, especialmente en la teoría psicoanalítica de Jung, la relación está, inherentemente, en el arquetipo. Nada es un “sí mismo” cuando es percibido por cualquier sujeto, pues toda experiencia está subjetivamente mediada. El sujeto, entonces, media su experiencia del Otro (humano, no humano, animal u otro) con los arquetipos, originados en áreas inherentes, instintivas, de lo que Jung llama el inconsciente colectivo, en las que están establecidos parámetros comunes para la experiencia, permitiendo la comprensión compartida entre los individuos. Nuestra capacidad para comprender y evaluar tales experiencias compartidas está limitada por nuestra habilidad para comunicar; por lo tanto, enfocamos el estudio fenomenológico de la experiencia en el humano, pero no hay razón para excluir a la ligera la posibilidad de extender esa experiencia compartida entre las especies. Por supuesto eso es lo que se ha señalado como el propósito principal de esta publicación: “estimular (…) un campo sustantivo, los estudios animales, que adelantarán la comprensión del aspecto interacciones humana-no humana-animal”’

Jung explicó a través del concepto del inconsciente colectivo que hay ciertas estructuras significativas desde el punto de vista instintivo (arquetipos) comunes a todos los seres humanos. Como contenidos inconscientes de la mente, cuando estas estructuras son reconocidas conscientemente, a menudo evocan una sensación de que han llegado de no se sabe dónde, prestándole a los arquetipos una cualidad numinosa. Cuando la mujer sintió que estaba en contacto con su padre fallecido, en realidad estaba ante el contenido arquetipal inconsciente relacionado con la experiencia humana común de la muerte y de la mortalidad personal a través de la apariencia de un pájaro. Específicamente, ella estaba experimentando el rechazo arquetipal de la muerte como finalidad. Como elementos instintivos del inconsciente humano, los arquetipos a menudos son mal comprendidos y su naturaleza percibe al Otro como irracional, en contraste con el mundo consciente de la racionalidad que comúnmente se nos alienta a no abandonar. El misterioso reconocimiento de lo familiar en el Otro, y especialmente en el animal, indica más acerca del sujeto que percibe al Otro que acerca del objeto (o sujeto) que está siendo percibido. Como significantes arquetipales, los animales son particularmente aptos para los insights, puesto que el inconsciente indica el parentesco evolutivo de lo humano y lo animal.  

Que el pájaro encarne el arquetipo en este caso es frecuente; hay elementos simbólicos que hacen que el pájaro sea especialmente adecuado para tal papel.

La primera parte de este ensayo establecerá el carácter casi universal de la conexión simbólica entre los pájaros y la muerte. Las siguientes darán varios ejemplos de cada tipo de asociación sacadas del folklore, de  supersticiones y tradiciones culturales en todo el mundo, a través de la historia.

En este ensayo no estoy tan interesado en lo específico de por qué cualquier cultura en particular podría haber desarrollado una creencia, más bien mi interés está en demostrar el carácter ubicuo de las conexiones específicas entre pájaros y muerte que han aparecido y continúan apareciendo  a través de las culturas.

Ciertamente, culturas específicas pueden tener explicaciones únicas sobre por qué un determinado pájaro está asociado con la muerte de una manera particular, pero tales explicaciones idiosincráticas no pueden tomar en cuenta el atractivo universal de tal asociación. La parte final de este ensayo tratará de la relación con el pájaro en el contexto de nuestra confrontación con la mortalidad.

Los Pájaros como presagios de Muerte
La idea de que un pájaro que vuela en nuestra casa anuncie una muerte en la familia es una superstición común anglo americana.

Algunas veces los petirrojos son especialmente culpados, mientras que en otras partes una golondrina que baja por la chimenea, predice muerte.

Hay quienes rechazan tener pájaros como mascotas o aún, fotos de pájaros para no invitar alguna calamidad.

El poder predictivo de los pájaros a menudo se extiende más allá de los linderos de la casa; en Virgina, el chotacabras puede predecir la muerte al simplemente acercarse a ella y el cuervo en Inglaterra hace una predicción similar si llega a la verja del jardín. Los pájaros negros en particular originan estas ideas, pues su color está asociado al mal y a la muerte. En Gales hay un proverbio que dice que un cuervo que vuela sobre una casa anuncia una muerte dentro de ella. Los grajos pueden predecir muerte al graznar. Una historia danesa cuenta que la aparición de un grajo anuncia la muerte del sacerdote local.

Los pájaros nocturnos están señalados de la misma manera. La popular leyenda de los Siete Silbadores describe siete pájaros cuyos gritos nocturnos predicen muerte inminente.

En forma similar un dicho en Somersetshire advierte: “si un determinado pájaro nocturno vuela sobre su cabeza, haga su testamento”. Muchas leyendas de nativos americanos se refieren a la ambivalencia hacia los pájaros nocturnos. La explicación puede estar en que los sonidos de las aves nocturnas son generalmente más misteriosos que los sonidos musicales de las aves canoras, y la oscuridad de la noche también ayuda. 

También hay leyendas sobre gallos que cantan en la noche, fuera de lo habitual. En partes de Inglaterra ello indica una muerte inminente, mientras que una variante escocesa especifica que habría que tocar las patas del gallo: si están frías, la predicción es exacta, pero si están tibias, pueden venir buenas noticias.

En general es más bien la oscuridad la que empeora la mala sensación de los gritos de los pájaros, que también pueden ser tomados como malos presagios a cualquier hora en que se produzcan. Leyendas de Carolina del Sur, por ejemplo, incluyen tales cosas como un águila comiendo junto con buitres, un pavo solitario parado bajo un gran roble, o la aparición de un petirrojo.

Una leyenda apalache explica que “si un pájaro anida en su zapato o bolsillo, o en cualquiera de sus ropas, mejor prepárese para morir dentro del año en curso”.

Por otra parte, la conducta rutinaria de algunos pájaros ha contribuido a forjar asociaciones siniestras. El ampelis, por ejemplo, es llamado strebe-vogel  (pájaro muerto) por los suizos debido a su asociación con la llegada del invierno, y a la voracidad conque se comen los frutos que servirían para alimentar a las personas durante los meses sin cosechas. La tradición funeraria de los seguidores de Zoroastro de exponer el cuerpo, incluye la posibilidad de que los pájaros puedan indicar la dirección que ha tomado el alma en el más allá; si el pájaro carroñero mete el pico en el ojo derecho del cadáver, entonces el alma va al paraíso, mientras que si es el izquierdo, el destino del alma es el peor.

Muchos presagios de muerte se relacionan con el tipo de pájaros nocturnos, el búho, descrito como avis turpissima, el más vil de los pájaros, profeta de condenación; en Gales como Aderyn y corph, el pájaro muerto.

Virgilio describe cómo el ulular de un búho era como un canto fúnebre cuando Dido cometía suicidio (Eneida); Ovidio consideraba al búho como el presagio más temible para los mortales y se dice que los emperadores Augusto, Valentiniano y Cómodo Antonio murieron luego de que unos búhos se posaron en sus Villas.

En China, se escucha al búho gritar: ¡wa wa!  (excava, excava), expresando la urgencia de abrir una fosa que sería necesaria muy pronto. En el sur de la India predicen el futuro contando los gritos de un búho, uno solo es muerte, y ocho, muerte repentina. Otros números son más auspiciosos. Entre algunos Apaches, los búhos, junto con otras aves nocturnas como los halcones nocturnos y los chotacabras, son sinónimo de muerte pues sus hábitos nocturnos los hacen equivalentes a fantasmas.

Pájaros como portadores de Sabiduría Divina
Los pájaros significan la sabiduría en las formas antiguas de adivinación y a menudo son equivalentes a la profecía y a la iluminación, lo cual tiene su eco en el proverbio moderno: “un pajarito me lo dijo”
Los pájaros están normalmente asociados con dioses como espíritus familiares o avatares. Atenea y Ishtar están ambas asociadas con búhos, Zeus con el águila y Odín con cuervos.

El águila es considerado por muchos pueblos nativos americanos, especialmente los indios de las Planicies y los grupos del suroeste, Hopi y Pueblo, como relacionados con el Gran Espíritu. Los Navajos veían el pájaro azul como heraldo del sol, “la suprema imagen de Dios”. En el folklore tibetano los pájaros son vistos como mensajeros divinos divididos en castas. Los considerados “intocables” incluyen cuervos, buitres, águilas y búhos, que sirven como emisarios de fuerzas oscuras, incluyendo la muerte.

Los buitres representan los clásicos dioses de Veracruz, por su voraz aceptación de las ofrendas sacrificiales. La paloma es sinónimo del Espíritu Santo Cristiano, y se dijo que una hizo revelaciones al profeta Mahoma.

En sus roles como mensajeros divinos, los pájaros son análogos a los ángeles en las tradiciones Abrahámicas; así, cuando se imaginan a los ángeles, a menudo tiene alas de plumas. Se han encontrado descripciones similares en las experiencias de muerte inminente: descripciones del este asiático incluyen “árboles de los que cuelgan joyas, suelos enjoyados, voces de muchos pájaros de variado plumaje”, mientras que las descripciones de cristianos son de puertas de perlas y ángeles alados tañendo arpas.

El “viejo y sabio búho” es reconocido como símbolo de la sagacidad, asociado con la sabiduría de Atenea. Siguiendo la tradición de las explicaciones naturalísticas del folklore, la reputación del búho como poseedor de un conocimiento supernatural es atribuido a sus “ojos luminosos, su habilidad para permanecer despierto en la noche y ver en la oscuridad”. Se ha pensado, sin embargo, que la aparente calmada sabiduría del búho nace simplemente del hecho de que ellos se paralizan ante una repentina luminosidad.

Así como los argumentos que conciernen al sonido o al color de ciertos pájaros, o aún de sus hábitos alimenticios, las explicaciones para una específica asociación de un tipo de pájaro, son innecesarias, dado el número de pájaros asociados no sólo con la muerte sino también más generalmente con el logro de conocimiento. Pudiendo vivir confortablemente en la tierra y en el aire, sin mencionar el agua, los pájaros acceden a lugares donde los hombres sólo llegan con dificultad, si acaso pueden, y son percibidos por tanto, como capaces de tener unas fuentes de información más amplias.

Como seres que viven en intersticios, son simbólicamente apropiados para lograr conocimientos inconscientes. Porque la muerte es un profundo misterio, los pájaros como mensajeros divinos con acceso a información mucho más extensa que los humanos, se les admira como fuentes de iluminación sobre este hecho final.   

Los pájaros como psicopompos
A veces se les describe robando o transportando las almas de los muertos, como psicopompos. Los romanos, en apoteosis, soltaban un águila (asociada con el dios Júpiter) al morir el emperador, para que el águila “condujera su alma a lo más elevado”.

Los mitos hawaianos incluyen pájaros llamados Halulu, Kiwa e Iwa, que llevan las almas a los cielos. Algunos mitos nativos americanos describen a buitres que cargan a las almas en el mundo del espíritu. En Norfolk, las golondrinas que se posan en un hogar predicen muerte y se cree que arrebatan el alma para llevársela; si están posadas en una iglesia, están deliberando acerca de cuál alma tomar.

En leyendas aparece, por igual en China y entre ciertos nativos americanos, que los búhos le arrancan el alma a los moribundos. Hay plegarias de nativos americanos del sureste, que buscan inducir a los búhos a que roben las almas de los enemigos.

En el folklore judío, el búho está asociado con la legendaria Lilith, a quien se inculpa por la muerte de los infantes. Una prescripción judía para sacar de los niños los efectos letales de los sonidos de los búhos, es derramar agua en el patio, como una distracción. Esa tradición no es única, en Filipinas, asuang, una criatura en forma de pájaro, se posa debajo de la cuna para robarse al niño en cuanto nazca.

La diosa mesopotámica también está ligada al búho, pintada en un bajo relieve del siglo VIII BC (actualmente en el Museo Británico) con búhos que flanquean su forma, mitad mujer, mitad pájaro.

Como ella desciende al inframundo y regresa, es una diosa por igual de la muerte y de la vida, un patrón cíclico importante para el simbolismo de pájaros en general.
Traducción MM

(Continuará...)






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