SOBRE LA RELACIÓN ENTRE LOS PÁJAROS
Y LOS ESPÍRITUS DE LOS MUERTOS (I)
Por Christopher M. Moreman
Universidad de
California, East Bay
Resumen
A lo largo de la historia de la
humanidad, en las diferentes culturas los pájaros tienen significados
simbólicos ambiguos relacionados con la vida y la muerte; frecuentemente como
augurios de calamidades y muerte, pero también
a menudo, como capaces de portar o robar los espíritus de los muertos o
de encarnar esos espíritus. Por otra parte, los pájaros están asociados con la
vida, la fertilidad y la longevidad.
Este ensayo ofrece evidencias
transculturales, de las asociaciones entre los pájaros y la vida y la muerte.
Igualmente ofrece una explicación de esta asociación como expresión de la
arraigada ambivalencia del hombre ante la mortalidad. Como una forma de
arquetipo junguiano los pájaros reflejan un aspecto fundamental de la
naturaleza humana, el rechazo de la muerte como finalidad, a través del deseo
de renovación, transformación y renacimiento.
Palabras
claves
Pájaros,
Junguiano, Jung, arquetipos, muerte, renacimiento, psicopompo, comparativo,
religión, folklore, transcultural, simbolismo, el más allá, espíritu
Introducción
En
una cena, una mujer, que sabía que yo enfocaba mi trabajo académico en el más
allá, se acercó a mí y me preguntó sin rodeos si había vida después de la
muerte. Evitando el largo discurso que los académicos suelen dar cuando se les
pregunta acerca de sus indagaciones, le ofrecí un simple “No”. Esta respuesta,
juzgada retrospectivamente, fue insensible. En lugar de poner punto final al asunto, mi respuesta hizo
que los ojos de la mujer se llenaran de lágrimas. Su padre había muerto semanas
atrás y explicó que la razón de su pregunta era que había tenido una
experiencia extraña. Mientras nadaba en su piscina, un pequeño pájaro se le
acercó; ella y el pájaro intercambiaron lo que le pareció un significativo
contacto visual que la impulsó a preguntar en voz alta: ¿Padre? Como respuesta el ave voló, dejándola con la
clara impresión de que había sido visitada por su padre
fallecido.
Sentí
que la conversación me había dejado una
lección acerca de la cualidad sensible de mi propia investigación, y me hice
una pregunta peculiar: ¿Por qué alguien reconocería el espíritu de un ser
humano fallecido en una criatura tan diferente como un pájaro?
En
un gran número de culturas los pájaros están conectados de muchas maneras con la
muerte. A menudo son considerados emisarios o presagios de muerte inminente. Se
piensa que algunos pájaros roban las almas de las personas que están muriendo,
o actúan como psicopompos, llevando las almas de los muertos para “el próximo
mundo”.
Como
ilustra lo referido, hay también la creencia de que los pájaros de alguna
manera puedan encarnar los espíritus de los muertos. Se ha notado que la
creencia en pájaros como “espíritus visibles de los muertos” es “casi
universal”.
El
lector casual podría estar inclinado a aceptar las tres posibles conexiones de
los pájaros con los fallecidos (presagios, portadores y encarnaciones de los
muertos), como aspectos de una amplia creencia en una conexión pájaro-muerte,
pero voy a demostrar el papel que en cada caso juegan los diferentes factores.
Las diversas facetas de la conexión apuntan a un conjunto más complejo de
relaciones simbólicas.
El
simbolismo de los pájaros no siempre se enfoca en la muerte, por ejemplo,
igualmente se relaciona con la fertilidad, la longevidad y la vida misma.
Argumentaré que en realidad esta última conexión es la más útil para entender
por qué los pájaros son usualmente asociados a la muerte en el folklore y en la imaginación popular de los pueblos
alrededor del mundo.
Verdaderamente,
usando el concepto de Jung del arquetipo, expresaré que el pájaro
simbólicamente encapsula nociones de trascendencia y renacimiento, que son
elementos críticos de la tendencia general humana de ignorar o negar nuestra
propia mortalidad.
Apuntando
a lo que pueda ser tenido como un problema para aplicar la teoría de Jung a los
estudios humano-animal, se sugiere que los “teóricos y practicantes
psicoanalíticos no deben estudiar directamente las relaciones animales o las
humano-animales. En psicoanálisis, un animal no es él mismo, sino un símbolo de
procesos psicológicos, típicamente (…) el Inconsciente”.
Puede
ser verdad que el psicoanálisis no se enfrenta directamente con relaciones
humano-animales, pero debe entenderse que, especialmente en la teoría psicoanalítica
de Jung, la relación está, inherentemente, en el arquetipo. Nada es un “sí
mismo” cuando es percibido por cualquier sujeto, pues toda experiencia está
subjetivamente mediada. El sujeto, entonces, media su experiencia del Otro (humano,
no humano, animal u otro) con los arquetipos, originados en áreas inherentes,
instintivas, de lo que Jung llama el inconsciente colectivo, en las que están
establecidos parámetros comunes para la experiencia, permitiendo la comprensión
compartida entre los individuos. Nuestra capacidad para comprender y evaluar
tales experiencias compartidas está limitada por nuestra habilidad para
comunicar; por lo tanto, enfocamos el estudio fenomenológico de la experiencia
en el humano, pero no hay razón para excluir a la ligera la posibilidad de
extender esa experiencia compartida entre las especies. Por supuesto eso es lo
que se ha señalado como el propósito principal de esta publicación: “estimular
(…) un campo sustantivo, los estudios animales, que adelantarán la comprensión
del aspecto interacciones humana-no humana-animal”’
Jung
explicó a través del concepto del inconsciente colectivo que hay ciertas estructuras
significativas desde el punto de vista instintivo (arquetipos) comunes a todos
los seres humanos. Como contenidos inconscientes de la mente, cuando estas
estructuras son reconocidas conscientemente, a menudo evocan una sensación de
que han llegado de no se sabe dónde, prestándole a los arquetipos una cualidad
numinosa. Cuando la mujer sintió que estaba en contacto con su padre fallecido,
en realidad estaba ante el contenido arquetipal inconsciente relacionado con la
experiencia humana común de la muerte y de la mortalidad personal a través de
la apariencia de un pájaro. Específicamente, ella estaba experimentando el
rechazo arquetipal de la muerte como finalidad. Como elementos instintivos del
inconsciente humano, los arquetipos a menudos son mal comprendidos y su
naturaleza percibe al Otro como irracional, en contraste con el mundo
consciente de la racionalidad que comúnmente se nos alienta a no abandonar. El
misterioso reconocimiento de lo familiar en el Otro, y especialmente en el
animal, indica más acerca del sujeto que percibe al Otro que acerca del objeto
(o sujeto) que está siendo percibido. Como significantes arquetipales, los
animales son particularmente aptos para los insights,
puesto que el inconsciente indica el parentesco evolutivo de lo humano y lo
animal.
Que
el pájaro encarne el arquetipo en este caso es frecuente; hay elementos
simbólicos que hacen que el pájaro sea especialmente adecuado para tal papel.
La
primera parte de este ensayo establecerá el carácter casi universal de la conexión
simbólica entre los pájaros y la muerte. Las siguientes darán varios ejemplos
de cada tipo de asociación sacadas del folklore, de supersticiones y tradiciones culturales en
todo el mundo, a través de la historia.
En
este ensayo no estoy tan interesado en lo específico de por qué cualquier
cultura en particular podría haber desarrollado una creencia, más bien mi
interés está en demostrar el carácter ubicuo de las conexiones específicas
entre pájaros y muerte que han aparecido y continúan apareciendo a través de las culturas.
Ciertamente,
culturas específicas pueden tener explicaciones únicas sobre por qué un
determinado pájaro está asociado con la muerte de una manera particular, pero
tales explicaciones idiosincráticas no pueden tomar en cuenta el atractivo
universal de tal asociación. La parte final de este ensayo tratará de la
relación con el pájaro en el contexto de nuestra confrontación con la
mortalidad.
Los Pájaros como presagios de
Muerte
La
idea de que un pájaro que vuela en nuestra casa anuncie una muerte en la
familia es una superstición común anglo americana.
Algunas
veces los petirrojos son especialmente culpados, mientras que en otras partes
una golondrina que baja por la chimenea, predice muerte.
Hay
quienes rechazan tener pájaros como mascotas o aún, fotos de pájaros para no
invitar alguna calamidad.
El
poder predictivo de los pájaros a menudo se extiende más allá de los linderos
de la casa; en Virgina, el chotacabras puede predecir la muerte al simplemente
acercarse a ella y el cuervo en Inglaterra hace una predicción similar si llega
a la verja del jardín. Los pájaros negros en particular originan estas ideas,
pues su color está asociado al mal y a la muerte. En Gales hay un proverbio que
dice que un cuervo que vuela sobre una casa anuncia una muerte dentro de ella. Los
grajos pueden predecir muerte al graznar. Una historia danesa cuenta que la
aparición de un grajo anuncia la muerte del sacerdote local.
Los
pájaros nocturnos están señalados de la misma manera. La popular leyenda de los
Siete Silbadores describe siete pájaros cuyos gritos nocturnos predicen muerte
inminente.
En
forma similar un dicho en Somersetshire advierte: “si un determinado pájaro
nocturno vuela sobre su cabeza, haga su testamento”. Muchas leyendas de nativos
americanos se refieren a la ambivalencia hacia los pájaros nocturnos. La
explicación puede estar en que los sonidos de las aves nocturnas son
generalmente más misteriosos que los sonidos musicales de las aves canoras, y
la oscuridad de la noche también ayuda.
También
hay leyendas sobre gallos que cantan en la noche, fuera de lo habitual. En
partes de Inglaterra ello indica una muerte inminente, mientras que una
variante escocesa especifica que habría que tocar las patas del gallo: si están
frías, la predicción es exacta, pero si están tibias, pueden venir buenas
noticias.
En
general es más bien la oscuridad la que empeora la mala sensación de los gritos
de los pájaros, que también pueden ser tomados como malos presagios a cualquier
hora en que se produzcan. Leyendas de Carolina del Sur, por ejemplo, incluyen
tales cosas como un águila comiendo junto con buitres, un pavo solitario parado
bajo un gran roble, o la aparición de un petirrojo.
Una
leyenda apalache explica que “si un pájaro anida en su zapato o bolsillo, o en
cualquiera de sus ropas, mejor prepárese para morir dentro del año en curso”.
Por
otra parte, la conducta rutinaria de algunos pájaros ha contribuido a forjar
asociaciones siniestras. El ampelis, por ejemplo, es llamado strebe-vogel (pájaro muerto) por los suizos debido a su
asociación con la llegada del invierno, y a la voracidad conque se comen los
frutos que servirían para alimentar a las personas durante los meses sin
cosechas. La tradición funeraria de los seguidores de Zoroastro de exponer el
cuerpo, incluye la posibilidad de que los pájaros puedan indicar la dirección
que ha tomado el alma en el más allá; si el pájaro carroñero mete el pico en el
ojo derecho del cadáver, entonces el alma va al paraíso, mientras que si es el
izquierdo, el destino del alma es el peor.
Muchos
presagios de muerte se relacionan con el tipo de pájaros nocturnos, el búho,
descrito como avis turpissima, el más vil de los pájaros, profeta de
condenación; en Gales como Aderyn y corph, el pájaro muerto.
Virgilio
describe cómo el ulular de un búho era como un canto fúnebre cuando Dido cometía
suicidio (Eneida); Ovidio consideraba al búho como el presagio más temible para
los mortales y se dice que los emperadores Augusto, Valentiniano y Cómodo
Antonio murieron luego de que unos búhos se posaron en sus Villas.
En
China, se escucha al búho gritar: ¡wa wa!
(excava, excava), expresando la urgencia de abrir una fosa que sería
necesaria muy pronto. En el sur de la India predicen el futuro contando los
gritos de un búho, uno solo es muerte, y ocho, muerte repentina. Otros números
son más auspiciosos. Entre algunos Apaches, los búhos, junto con otras aves
nocturnas como los halcones nocturnos y los chotacabras, son sinónimo de muerte
pues sus hábitos nocturnos los hacen equivalentes a fantasmas.
Pájaros como portadores de
Sabiduría Divina
Los
pájaros significan la sabiduría en las formas antiguas de adivinación y a
menudo son equivalentes a la profecía y a la iluminación, lo cual tiene su eco
en el proverbio moderno: “un pajarito me lo dijo”
Los
pájaros están normalmente asociados con dioses como espíritus familiares o
avatares. Atenea y Ishtar están ambas asociadas con búhos, Zeus con el águila y
Odín con cuervos.
El
águila es considerado por muchos pueblos nativos americanos, especialmente los
indios de las Planicies y los grupos del suroeste, Hopi y Pueblo, como
relacionados con el Gran Espíritu. Los Navajos veían el pájaro azul como
heraldo del sol, “la suprema imagen de Dios”. En el folklore tibetano los
pájaros son vistos como mensajeros divinos divididos en castas. Los
considerados “intocables” incluyen cuervos, buitres, águilas y búhos, que
sirven como emisarios de fuerzas oscuras, incluyendo la muerte.
Los
buitres representan los clásicos dioses de Veracruz, por su voraz aceptación de
las ofrendas sacrificiales. La paloma es sinónimo del Espíritu Santo Cristiano,
y se dijo que una hizo revelaciones al profeta Mahoma.
En
sus roles como mensajeros divinos, los pájaros son análogos a los ángeles en
las tradiciones Abrahámicas; así, cuando se imaginan a los ángeles, a menudo
tiene alas de plumas. Se han encontrado descripciones similares en las
experiencias de muerte inminente: descripciones del este asiático incluyen
“árboles de los que cuelgan joyas, suelos enjoyados, voces de muchos pájaros de
variado plumaje”, mientras que las descripciones de cristianos son de puertas
de perlas y ángeles alados tañendo arpas.
El
“viejo y sabio búho” es reconocido como símbolo de la sagacidad, asociado con
la sabiduría de Atenea. Siguiendo la tradición de las explicaciones
naturalísticas del folklore, la reputación del búho como poseedor de un
conocimiento supernatural es atribuido a sus “ojos luminosos, su habilidad para
permanecer despierto en la noche y ver en la oscuridad”. Se ha pensado, sin
embargo, que la aparente calmada sabiduría del búho nace simplemente del hecho
de que ellos se paralizan ante una repentina luminosidad.
Así
como los argumentos que conciernen al sonido o al color de ciertos pájaros, o
aún de sus hábitos alimenticios, las explicaciones para una específica
asociación de un tipo de pájaro, son innecesarias, dado el número de pájaros
asociados no sólo con la muerte sino también más generalmente con el logro de
conocimiento. Pudiendo vivir confortablemente en la tierra y en el aire, sin
mencionar el agua, los pájaros acceden a lugares donde los hombres sólo llegan
con dificultad, si acaso pueden, y son percibidos por tanto, como capaces de
tener unas fuentes de información más amplias.
Como
seres que viven en intersticios, son simbólicamente apropiados para lograr
conocimientos inconscientes. Porque la muerte es un profundo misterio, los
pájaros como mensajeros divinos con acceso a información mucho más extensa que
los humanos, se les admira como fuentes de iluminación sobre este hecho final.
Los pájaros como psicopompos
A
veces se les describe robando o transportando las almas de los muertos, como
psicopompos. Los romanos, en apoteosis, soltaban un águila (asociada con el
dios Júpiter) al morir el emperador, para que el águila “condujera su alma a lo
más elevado”.
Los
mitos hawaianos incluyen pájaros llamados Halulu, Kiwa e Iwa, que llevan las
almas a los cielos. Algunos mitos nativos americanos describen a buitres que
cargan a las almas en el mundo del espíritu. En Norfolk, las golondrinas que se
posan en un hogar predicen muerte y se cree que arrebatan el alma para
llevársela; si están posadas en una iglesia, están deliberando acerca de cuál
alma tomar.
En
leyendas aparece, por igual en China y entre ciertos nativos americanos, que
los búhos le arrancan el alma a los moribundos. Hay plegarias de nativos
americanos del sureste, que buscan inducir a los búhos a que roben las almas de
los enemigos.
En
el folklore judío, el búho está asociado con la legendaria Lilith, a quien se
inculpa por la muerte de los infantes. Una prescripción judía para sacar de los
niños los efectos letales de los sonidos de los búhos, es derramar agua en el
patio, como una distracción. Esa tradición no es única, en Filipinas, asuang,
una criatura en forma de pájaro, se posa debajo de la cuna para robarse al niño
en cuanto nazca.
La
diosa mesopotámica también está ligada al búho, pintada en un bajo relieve del
siglo VIII BC (actualmente en el Museo Británico) con búhos que flanquean su
forma, mitad mujer, mitad pájaro.
Como
ella desciende al inframundo y regresa, es una diosa por igual de la muerte y
de la vida, un patrón cíclico importante para el simbolismo de pájaros en general.
Traducción MM
(Continuará...)
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