martes, 31 de octubre de 2017

ARTÍCULOS DEL ARCHIVO NEI DAN (Magazine No. 585)

EL FANATISMO


El fanatismo es el apasionamiento del fanático, una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias u opiniones. Un fanático también es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo. A partir de esta definición, estudiosos en la materia abordan el presente tema desde diversas perspectivas.

El fanatismo supone una adhesión incondicional a una causa. La mencionada ceguera que produce el apasionamiento lleva a que el fanático se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional. El fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo que menosprecia las opiniones de los demás.

La falta de racionalidad puede llegar a tal extremo que, por el fanatismo, una persona mate a otra. Cuando el fanatismo llega al poder político, suele desarrollar todo un sistema para la imposición de sus creencias, castigando a los opositores con la cárcel o incluso la muerte.

Pero el fanatismo puede presentarse en distintos aspectos de la vida: Hay fanáticos de algún equipo o club deportivo, de cantantes y grupos musicales. También el fanatismo aparece en la religión, con personas que no sólo piensan que sus creencias son las únicas válidas, sino que –en situaciones extremas- persiguen y castigan a los que no creen lo mismo que ellos.

La psicología afirma que el fanatismo surge a partir de la necesidad de seguridad que experimentan las personas que, precisamente, son inseguras. Se trata de una especie de compensación frente a un sentimiento de inferioridad. En esta edición de El Sanador Interno abordaremos algunos aspectos que nos permitirán identificar la presencia del fanatismo en algunos grupos de “desarrollo espiritual”.

Antes de continuar, es preciso señalar que si bien el fanatismo puede presentarse dentro de determinados movimientos de desarrollo espiritual, es un fenómeno netamente humano y no siempre es inherente a la naturaleza del movimiento en el que se presenta. Muchas veces la presencia de fanáticos dentro de un grupo, al tergiversar las enseñanzas originales debido a su inflexibilidad de pensamiento, hace que el mismo se desvíe de su orientación original en la búsqueda del desarrollo humano.

Como se señaló anteriormente el fanático es una persona insegura que puede llegar a determinado movimiento en busca de seguridad, y con facilidad se aferra a cualquier sistema de creencias que prometa colocarlo a salvo de su natural estado de incertidumbre más aún cuando la puesta en práctica de estas creencias y enseñanzas del grupo le ha generado una experiencia mística, o ha atraído lo que a su juicio son notables bendiciones en su vida cotidiana.

Pero ¿qué es lo que hace que una persona se vuelva un fanático? Para algunos estudiosos del tema el fanatismo es básicamente un ahorro de energía psicológica. Para entenderlo pensemos en las sensaciones que producen las dudas. Una persona que experimenta dudas en una situación determinada se encuentra en la necesidad de realizar una elaboración compleja: ha de buscar las distintas posibilidades, estudiarlas, sopesarlas, calcular los factores que pueden intervenir, mirar el problema desde distintos puntos de vista, calcular las posibilidades de éxito o fracaso (...)

Durante ese proceso el psiquismo trabaja mucho, se experimenta una sensación de inseguridad, las acciones son más lentas y la incertidumbre produce cierto temor (al fracaso, al error, a las consecuencias).

El fanatismo propone al psiquismo una solución rápida, contundente, eficaz, eliminando la incertidumbre en su totalidad. Como consecuencia produce una sensación de unidad, de coherencia personal que refuerza el mecanismo: el fanático se siente seguro y su seguridad refuerza el fanatismo. Su certeza le libera del temor y esa liberación refuerza su fanatismo. El fanatismo le ayuda a integrarse en un grupo con el que se identifica y que le acoge con entusiasmo: esa integración también refuerza el fanatismo.


Por una parte se podría afirmar desde un punto de vista psicológico que el fanatismo supone un gran ahorro de energía que “impulsa” a la persona. Pero para hacer una evaluación de este fenómeno se requiere considerar otras características que nos permitan observarlo en su complejidad. En este sentido, tomemos en cuenta algunos puntos que podrían revelarnos la presencia e influencia de elementos fanatizados dentro de un grupo de desarrollo humano:

1. Son personas que se creen en la posesión de la máxima verdad, o de la verdad absoluta. Si por ejemplo llega alguien al grupo que tiene cierta disciplina espiritual aprendida en otra escuela, tratan de todas las formas posibles de convencerlo de que lo que ellos imparten es lo mejor y por lo tanto debe abandonar toda práctica previa.

2. El fanático siempre está comparando sus creencias, Gurús o Maestros, enseñanzas y prácticas con las de los demás, tratando de demostrar que su escuela, su maestro, sus guías espirituales son lo mejor y que fuera de ese campo de referencia no hay nada que buscar.

3. El fanático de un movimiento espiritual o de desarrollo humano busca por todos los medios posibles de ganar adeptos a su causa. Es incansable en su labor propagandística.

4. Tristemente, cuando se trata de algún grupo formado en torno a un Gurú o Maestro Espiritual, en ocasiones suele presentarse una tergiversación del mensaje original del Gurú por parte de algunos adeptos fanatizados, que son incapaces de captar en esencia la enseñanza del maestro.

5. En situaciones extremas, el fanático llega a desarrollar una oratoria violenta dirigida a destruir sistemas de creencias contrarios al suyo.


Sin lugar a dudas se puede concluir que el fanatismo como fenómeno psicológico, tiene unos terribles efectos en el individuo, tal y como lo han señalado algunos estudiosos del tema: limita la libertad, empobrece el psiquismo, incomunica, limita la autocrítica y el afán de superación, reduce la riqueza de matices de la vida y en muchos casos desemboca en la negación de la dignidad humana de los otros.
Adaliz Buitriago
Nei Dan Magazine No. 273 (13-04-10)
Sección: "El sanador interno"


No hay comentarios.:

Publicar un comentario