RECOMENDACIONES
DEL MAGAZINE:
CINE:
- Lenny (Dustin Hoffman y Valerie Perrine / Dir. Bob Fosse / TV Filme / Sundance Channel)
- The Magic Belle isle (Morgan Freeman y Virginia Madsen / Dir.: Rob Reiner / TV Filme / ISAT)
- Camille Claudel (Isabelle Adjani y Gérard Depardieu / Dir.: Bruno Nuytten / TV Filme / FOX 1)
BLOG DE LA SEMANA (Por Katherine
Chacón):
https://taichichuanantonioleyva.wordpress.com/ Este es el Blog
del profesor Antonio Leyva.
Rasher Mark Kavanagh (Irlanda del
Norte): Reflections
365 MEDITACIONES TAO (Ming Dao Deng)
XVIII
光谱
Espectro
La luz pura es todos los colores.
Por lo tanto, no tiene tonalidad.
Sólo cuando lo individual es aislado
Aparece el color.
Cuando vemos un raudal de pura luz del sol bajando hacia nosotros,
es un puro resplandor tan brillante que no podemos discernir ni los detalles ni
las tonalidades de su origen. Pero cuando la luz alcanza las delicadas alas de
una libélula, o cuando brilla a través de la lluvia brumosa, o incluso cuando
brilla en la superficie de nuestra piel, es polarizada en millones de diminutos
arcoíris. El mundo estalla en color porque la miríada de superficies y texturas
fracturan la luz en innumerables dimensiones sobrepuestas.
Lo mismo es cierto respecto del Tao. En su estado puro, lo
encarna todo. Por consiguiente, no muestra nada. Tal como la luz pura tiene
todos los colores pero no muestra ningún color, así también toda la existencia
está inicialmente latente y sin diferenciación en el Tao. Sólo cuando el Tao
entra en nuestro mundo estalla en una miríada de cosas. Decimos que todas las
cosas le deben su existencia al Tao.
Pero en realidad, esas cosas son sólo reflejos del grandioso
Tao. La luz coloreada, cuando se mezcla, se vuelve otra vez luz pura,
brillante. Es por eso que quienes siguen el Tao constantemente hablan de
retornar. Unifican todas las áreas de sus vidas y unifican todas las
distinciones en un todo. No puede haber diversidad en la unidad. Cuando nuestra
consciencia se reúne con el verdadero Tao, hay sólo luminosidad, y todos los
colores desaparecen.
MEDITACIÓN: EL ARTE DE RECORDAR QUIÉN
ERES (Osho)
“En trescientos años, la ciencia ha progresado
tanto porque ha aceptado la duda como método.
En miles de años, las religiones no han
contribuido al mundo en nada, porque su propio fundamento es ficticio.
Desde la creencia nunca puedes alcanzar la
verdad.
De hecho, en el momento en que crees en algo,
tus preguntas mueren; ya no tienes necesidad, ya conoces la respuesta.
Esto está matando los cuestionamientos del
hombre, la aventura de conocer los misterios de la vida.”
CUENTO
NADA
Un individuo miserable y andrajoso, que se parecía mucho
a un mendigo, entró un día en el palacio del califa de Bagdad en ausencia de
este y se sentó sin vacilar en el trono vacío.
Los guardias, adivinando algo insólito y tal vez
sobrenatural, no se atrevieron a echarlo a la calle. Llamaron al chambelán, que
acudió enseguida y le preguntó al hombre de los harapos:
-¿Sabes que estás ocupando el trono del califa de los
abasíes, que es el emir de los creyentes?
-Sí, lo sé.
-¿Y sabes quién es el califa?
-Lo sé y yo
estoy por encima de él.
El chambelán reflexiono un instante. Después,
alzando el tono, le dijo:
-¿Has perdido la razón a causa de tu pobreza? ¿Es que no
sabes que por encima del califa no está más que el profeta Mahoma?
-Lo sé -dijo el harapiento.
-¿Y sabes quién es el Profeta?
-Lo sé y yo estoy por encima de él.
Los guardias parecían escandalizados. Blandían sus armas
para des cargarlas sobre el intruso, que se mostraba muy tranquilo y seguro de
sí mismo.
El chambelán los detuvo con un gesto y formuló una última
pregunta:
-¿No sabes que por encima del profeta Mahoma solo esta
Dios?
-Lo sé -respondió el mendigo.
-¿Y no sabes quién es Dios?
-Lo sé y yo estoy por encima de él.
-¿Por encima de Dios? ¿Sabes lo que estás diciendo? ¡Por
encima de Dios no hay nada!
-Lo sé -dijo el hombre de los harapos sin moverse del
trono-.
Y precisamente yo soy esa nada.
Tradición
árabe
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