EL MOVIMIENTO
"SLOW DOWN" DE CARL HONORÉ, EL "SLOW EUROPE" Y LA
"SLOW FOOD"
Carl Honoré es un
periodista canadiense, de 40 años, casado, con cuatro hijos, que actualmente es
el líder de Slow, un movimiento mundial informal que busca terminar con la vida
acelerada de las ciudades y erradicar la cultura "Fast".
En su libro, "Elogio a la lentitud" -"In praise of slowness" -de más de 200 páginas, le
declara la guerra al cronómetro y pretende recuperar los ritmos naturales en la
familia, el trabajo, la comida, la educación y el sexo. En todo.
Honoré sostiene que la
cultura contemporánea impulsa a ser el primero, el más rápido, resolutivo,
ejecutivo y agresivo, de modo que para contrarrestar esto hay que desacelerar y
comenzar por apagar el televisor.
Recomienda tomar lápiz,
papel, hacer una lista de las actividades diarias y tachar todo aquello que
consideremos prescindible. Asegura que “no hay que tenerle miedo a la
inactividad”. “Esta primera parada en nuestro alocado ritmo nos permitirá ver
la vida de otra manera”.
Leí este interesante
artículo, que sintetizo, en la revista chilena "Cosas", que se suma a
otras publicaciones internacionales que tratan de revertir el estilo de vida
actual, que nos somete al cronómetro más que al reloj, que ha convertido la
pausa lenta de las horas en una sacrificada vida que resta minutos placenteros.
Como resultado de este
pensamiento que se ha dispersado por el mundo occidental, ha surgido un gran
movimiento en Europa llamado "Slow Food". La Slow Food International
Association, cuyo símbolo es un caracol, tiene su central en Italia. Este
movimiento predica que las personas deben comer y beber lentamente, dándose
tiempo para saborear los alimentos, disfrutando de la preparación en
convivencia con la familia, con los amigos, sin prisa y con calidad. La idea es
contraponerse al ánimo del Fast Food y lo que éste representa como estilo de
vida.
A su vez, el Slow Food
esta sirviendo de base para un movimiento más amplio llamado Slow Europe,
resaltado por la revista Business Week en una de sus últimas ediciones
europeas. La base de todo está en el cuestionamiento de la "prisa" y
de la locura generada por la globalización, por el deseo de "tener en
cantidad" (nivel de vida) en contraposición al de "tener en
CALIDAD", "Calidad de Vida" o "Calidad del Ser". Según
la Business Week ,
los operarios franceses, aunque trabajen menos horas (35 horas por semana) son
más productivos que sus colegas estadounidenses o británicos. Y los alemanes,
que en muchas empresas ya implantaron la semana de 28,8 horas de trabajo,
vieron su productividad aumentar en un elogiable 20%. Esa llamada "slow
attitude" está llamando la atención hasta de los estadounidenses,
discípulos del fast (rápido) y del "do it now!" (¡Hágalo ya,
apúrese!), porque esa "actitud sin prisa" no significa hacer menos ni
tener menor productividad. Significa sí, trabajar y hacer las cosas con
"más calidad" y "más productividad", con mayor perfección,
con atención a los detalles y con menos estrés. Significa retomar los valores
de la familia, de los amigos, del tiempo libre, del placer del buen ocio o el
ocio constructivo, y de la vida, en las pequeñas comunidades.
Del "aquí"
presente y concreto, en contraposición contra lo "mundial o global"
indefinido y anónimo. Significa retomar los valores esenciales del ser humano,
de los pequeños placeres de lo cotidiano, de la simplicidad de vivir y
convivir, y hasta de la religión y de la fe.
Significa un ambiente de
trabajo menos coercitivo, más alegre, más leve y por lo tanto, más productivo,
donde los seres humanos realizan, con placer, lo que mejor saben hacer o
dedicación de aprender lo que no saben. Es saludable pensar detenidamente en
todo esto.
Hacer posible que los
antiguos refranes: "Paso a paso se va lejos", "Quien apurado
vive, apurado muere" y "La prisa es enemiga de la perfección",
"Vísteme despacio que voy de prisa" merezcan nuevamente nuestra
atención en estos tiempos de locura desenfrenada, en los que no sabemos para
dónde vamos. ¿Acaso no será útil que las empresas de nuestra comunidad, ciudad,
estado o país, empiecen ya a pensar en desarrollar programas serios de
"calidad sin prisa" hasta para aumentar la productividad y calidad de
los productos y servicios sin necesariamente perder "Calidad del
Ser"?
En la película
"Perfume de Mujer" hay una escena inolvidable en la que el ciego (interpretado
por Al Pacino) invita a una muchacha a bailar y ella responde: "No puedo,
pues mi novio va a llegar en pocos minutos", a lo que el ciego replica:
"Pero es que en un momento, se vive
una vida", y la saca a bailar un tango. El mejor momento de la
película es esta escena de sólo dos o tres minutos.
Muchos viven corriendo
detrás del tiempo, pero sólo lo alcanzan cuando mueren, ya sea de un infarto o
un accidente en la autopista por correr para llegar a tiempo, o para otros que
están tan ansiosos por vivir el futuro que se olvidan de vivir el presente, que
es el único tiempo que realmente existe.
Todos en el mundo tienen
tiempo por igual, pues nadie tiene ni más ni menos de 24 horas por día. La
diferencia está en el empleo que cada uno hace de su tiempo. Necesitamos saber
aprovechar cada momento, porque, como dijo John Lennon, "La vida es aquello que sucede mientras planeamos el futuro". Falta tiempo
cuando falta el espíritu de vivir, es un asunto de prioridades, porque no hay
un compromiso consigo mismo.
Tres factores nos
aniquilan: cuando evitamos el riesgo, eludimos la responsabilidad y nos
oponemos a los cambios. Como no tomamos tiempo para nosotros, no podemos
dirigir nuestras propias vidas, ni menos la de nuestra familia o nuestros
hijos, entonces nos empeñamos en dirigir una ciudad, un estado o una nación.
¡VIVIR DESPACIO NO IMPLICA QUE TE
DETENGAS!
Y, a mayor abundamiento, el decálogo
que Honoré propone, es:
• "No dejes que tu
agenda te gobierne. Muchas cosas que te planteas ahora son postergables. Prueba
y verás.
• Cuando estés con tu
pareja y tus hijos, o con tus amigos, apaga el celular y desconecta el
teléfono.
• Tómate tiempo para
comer y beber. Comer apurado genera males digestivos y si la comida es buena y
está bien sazonada, no la apreciarás como se debe. Este es uno de los placeres
de la vida, no lo arruines.
• Pasa tiempo a solas
contigo mismo, en silencio. Escucha tu voz interior. Medita sobre la vida en
general. No tengas miedo al silencio. Al principio te será difícil, luego
notarás los beneficios.
• No te aturdas con ruidos o mires
televisión como si fueras una medusa petrificada. Escucha música con calma y
verás que es bellísima. No te quedes frente al televisor porque sí.
• Escribe un ranking de prioridades.
Si lo primero que escribiste es trabajo, algo anda mal, vuelve a redactarlo. El
trabajo es importante y debemos hacerlo, pero medita y notarás que no es lo más
importante de tu vida.
• No creas eso de que en poco tiempo
das amor. Escucha los sueños de la gente que amas, sus miedos, sus alegrías,
sus fracasos, sus fantasías y problemas. Es una estupidez pensar que se puede
amar una hora por día y basta con eso.
• No creas que tus hijos
pueden seguir tu ritmo. Eres tú quien debe desacelerar e ir al ritmo de ellos.
• Recuerda que la
conversación y la compañía silenciosa son los medios de comunicación más
antiguos que existen.
• El virus de la prisa
es una epidemia mundial. Si lo has contraído, trata de curarte".
Tomado
del Blog Princess Olie
Miércoles
16 de agosto 2006.
Magazine No. 221 ( 10-02-09)
Sección "Artículos"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario