MEDITANDO EN EL TAI CHI
El Tai Chi se refiere al cambio. Yin cambia a yang y yang cambia a yin
en un ciclo sin fin. Podemos detenerlo donde y cuando queramos. Solamente
necesitamos comprender la dirección de las fuerzas que se mueven de
adentro/afuera, de arriba/abajo, luz/oscuridad, estar feliz/estar triste,
muerte/vida etc. Hay una buena razón para que yo medite en este momento acerca
de eso: acabo de finalizar un paseo a través
de Happy Valley, en donde he vivido un proceso de grandes cambios.
Me mudé a Port Townsend WA desde Tucson AZ, en 1981. Estos dos lugares
no pueden ser más diferentes. Tucson es caliente y seco, Port Townsend es
fresco y húmedo, rodeado de agua. El punto más al noroeste de Estados Unidos
continental. Un gran lugar para vivir.
Mi esposa y yo compramos una casa victoriana y he pasado la mayoría del
tiempo restaurando la casa, plantando jardines, construyendo el Estudio de Tai
Chi, integrándome dentro de la comunidad. Amamos nuestra casa que está en la
esquina noreste y justo arriba, en un acogedor pequeño valle llamado Happy
Valley. Dentro de los límites de la ciudad era el espacio abierto más grande y
con el mejor suelo que quedaba. En los campos cercanos a nuestra casa se movía
el ganado de raza Scottish Highland, criaturas enormes y mansas a las que
queríamos cada vez más. Una de las primeras cosas que hice al mudarnos fue
diseñar y plantar un jardín. Poco tiempo después tenía producción extra para
compartir con las vacas. Acostumbro llamarlas si están en el campo, sus cabezas
se levantan, miran hacia donde estamos y trotan para buscar comida y pastos.
Los caballos pastan detrás de nuestra casa, pero ese terreno fue comprado por
el desarrollista que comenzó a construir el conjunto de casas. Queríamos
preservar el área que bordea nuestro terreno, de modo que compramos dos
parcelas y en una de ellas construimos el Estudio de Tai Chi.
Más allá de este valle, hasta donde la vista alcanza, hay colinas
cubiertas sobre todo por abetos, unas pocas casas, y finalmente, distantes,
picos cubiertos de nieve de las Montañas Olímpicas. Pero luego los cambios
comienzan a acelerarse: la manada desaparece pues la mujer que era su
propietaria se mudó y vendió su lugar; una casa grande de tres pisos de precio
económico fue construída al otro lado del valle directamente frente a nosotros
y un ancianato quedó muy cerca de nuestra casa. Ambas casas ocupan un lote del
tamaño de un tercio de nuestro valle, el más alejado de nosotros. El resto de
ese área fue convertido en una granja orgánica que continúa floreciente luego
de aproximadamente 25 años.
El área situada en la parte media fue la siguiente en ser urbanizada. En
una mitad de ella una familia levantó su hogar. Fueron plantados cientos de
árboles, un huerto, una viña. La otra mitad la compró un urbanizador que
convirtió su terreno en un campo para cosechar granos, mientras decidía otra
cosa. Esa parte media tiene puntos que se vuelven pantanosos en la época
lluviosa. Sapos, pájaros y otras especies de vida salvaje hacen allí su hogar.
El campo más cercano, el de la izquierda, en donde las vacas rumiaban, no ha
cambiado y pronto será el único espacio vacío en Happy Valley, pero ya existen
presiones sobre el urbanizador para que construya y venda más casas.
Todos estos cambios han ocurrido en el curso de 32 años, a paso lento y
firme. Nuestro huerto creció, nuestra casa continúa estando dentro de la
bienvenida naturaleza. Luego, hace un año, supimos que la segunda mitad de la
parte media había sido vendida para unas edificaciones, unas 28 unidades. Opuse
alguna resistencia pues sentí y siento que es una vergüenza tomar una granja y
poner allí unas casas. Pero lo acepté como inevitable.
Ayer comenzaron a traer las grandes maquinarias para nivelar la tierra.
Salí a caminar para ver como iban las cosas. Apenas podemos ver ese lote de
terreno desde nuestra casa, pues está de nuestro lado izquierdo, bastante
alejado, escondido detrás de un grupo de cedros en nuestra propiedad. La
caminata me ayudó a pensar acerca de cómo han sucedido los cambios, cómo hemos
aprendido a adaptarnos, cómo buscar lo mejor de las circunstancias con las
cuales no nos sentimos en armonía.
La capa superior de la tierra había sido removida. Este valle nació de
un glaciar en movimiento hace eones. Luego la arena, finalmente el sucio y la
cubierta de hierba salvaje. Curvas y montículos, depresiones y salientes. Esto
fue un llegadero de canoas de los Nativos Americanos de nuestra área, cuando se
fueron mudando de los Estrechos de San Juan de Fuca hasta nuestra tranquila
bahía. Un área baja a lo largo de la cual hay muchas charcas. En el momento en
el que caminaba, todo eso había cambiado. Todo nivelado, la capa superior
removida. Cuán triste. Sé que Port Townsend, como otros lugares agradables para
vivir, ha venido experimentando una explosión de construcción.
La Tierra está superhabitada, los recursos, escasos. Podemos adaptarnos
a estos cambios, vivir de otras maneras, buscar modos para mejorar las cosas,
dando y no solamente tomando?. Queda por verse. Yin y yang son siempre relativos.
Para mí el desarrollo es negativo, pero para ellos, sin embargo, ojalá sea
positivo. Vemos la vida a través de nuestros propios sentidos, necesidades y
deseos, y cada uno de nosotros es diferente. Espero y pido la sabiduría para
ver los cambios que vienen y moverme en armonía con ellos. Después de todo, lo
negativo del sitio de pasto de los caballos, vendido al urbanizador, dió como
resultado el Estudio de Tai Chi y su importancia para miles residentes del
área.
La visión balanceada, yin y yang, positivo y negativo, es uno de los
objetivos y demostrados beneficios de la práctica de Tai Chi.
Michael Gilman
Traducción: MM
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