martes, 1 de noviembre de 2016

DEL DIARIO DE NANI María Margarita López (Magazine No. 551)

MEDITANDO EN EL TAI CHI
  
El Tai Chi se refiere al cambio. Yin cambia a yang y yang cambia a yin en un ciclo sin fin. Podemos detenerlo donde y cuando queramos. Solamente necesitamos comprender la dirección de las fuerzas que se mueven de adentro/afuera, de arriba/abajo, luz/oscuridad, estar feliz/estar triste, muerte/vida etc. Hay una buena razón para que yo medite en este momento acerca de eso: acabo de finalizar un paseo a través  de Happy Valley, en donde he vivido un proceso de grandes cambios.

Me mudé a Port Townsend WA desde Tucson AZ, en 1981. Estos dos lugares no pueden ser más diferentes. Tucson es caliente y seco, Port Townsend es fresco y húmedo, rodeado de agua. El punto más al noroeste de Estados Unidos continental. Un gran lugar para vivir.

Mi esposa y yo compramos una casa victoriana y he pasado la mayoría del tiempo restaurando la casa, plantando jardines, construyendo el Estudio de Tai Chi, integrándome dentro de la comunidad. Amamos nuestra casa que está en la esquina noreste y justo arriba, en un acogedor pequeño valle llamado Happy Valley. Dentro de los límites de la ciudad era el espacio abierto más grande y con el mejor suelo que quedaba. En los campos cercanos a nuestra casa se movía el ganado de raza Scottish Highland, criaturas enormes y mansas a las que queríamos cada vez más. Una de las primeras cosas que hice al mudarnos fue diseñar y plantar un jardín. Poco tiempo después tenía producción extra para compartir con las vacas. Acostumbro llamarlas si están en el campo, sus cabezas se levantan, miran hacia donde estamos y trotan para buscar comida y pastos. Los caballos pastan detrás de nuestra casa, pero ese terreno fue comprado por el desarrollista que comenzó a construir el conjunto de casas. Queríamos preservar el área que bordea nuestro terreno, de modo que compramos dos parcelas y en una de ellas construimos el Estudio de Tai Chi.

Más allá de este valle, hasta donde la vista alcanza, hay colinas cubiertas sobre todo por abetos, unas pocas casas, y finalmente, distantes, picos cubiertos de nieve de las Montañas Olímpicas. Pero luego los cambios comienzan a acelerarse: la manada desaparece pues la mujer que era su propietaria se mudó y vendió su lugar; una casa grande de tres pisos de precio económico fue construída al otro lado del valle directamente frente a nosotros y un ancianato quedó muy cerca de nuestra casa. Ambas casas ocupan un lote del tamaño de un tercio de nuestro valle, el más alejado de nosotros. El resto de ese área fue convertido en una granja orgánica que continúa floreciente luego de aproximadamente 25 años.

El área situada en la parte media fue la siguiente en ser urbanizada. En una mitad de ella una familia levantó su hogar. Fueron plantados cientos de árboles, un huerto, una viña. La otra mitad la compró un urbanizador que convirtió su terreno en un campo para cosechar granos, mientras decidía otra cosa. Esa parte media tiene puntos que se vuelven pantanosos en la época lluviosa. Sapos, pájaros y otras especies de vida salvaje hacen allí su hogar. El campo más cercano, el de la izquierda, en donde las vacas rumiaban, no ha cambiado y pronto será el único espacio vacío en Happy Valley, pero ya existen presiones sobre el urbanizador para que construya y venda más casas.

Todos estos cambios han ocurrido en el curso de 32 años, a paso lento y firme. Nuestro huerto creció, nuestra casa continúa estando dentro de la bienvenida naturaleza. Luego, hace un año, supimos que la segunda mitad de la parte media había sido vendida para unas edificaciones, unas 28 unidades. Opuse alguna resistencia pues sentí y siento que es una vergüenza tomar una granja y poner allí unas casas. Pero lo acepté como inevitable.

Ayer comenzaron a traer las grandes maquinarias para nivelar la tierra. Salí a caminar para ver como iban las cosas. Apenas podemos ver ese lote de terreno desde nuestra casa, pues está de nuestro lado izquierdo, bastante alejado, escondido detrás de un grupo de cedros en nuestra propiedad. La caminata me ayudó a pensar acerca de cómo han sucedido los cambios, cómo hemos aprendido a adaptarnos, cómo buscar lo mejor de las circunstancias con las cuales no nos sentimos en armonía.

La capa superior de la tierra había sido removida. Este valle nació de un glaciar en movimiento hace eones. Luego la arena, finalmente el sucio y la cubierta de hierba salvaje. Curvas y montículos, depresiones y salientes. Esto fue un llegadero de canoas de los Nativos Americanos de nuestra área, cuando se fueron mudando de los Estrechos de San Juan de Fuca hasta nuestra tranquila bahía. Un área baja a lo largo de la cual hay muchas charcas. En el momento en el que caminaba, todo eso había cambiado. Todo nivelado, la capa superior removida. Cuán triste. Sé que Port Townsend, como otros lugares agradables para vivir, ha venido experimentando una explosión de construcción.

La Tierra está superhabitada, los recursos, escasos. Podemos adaptarnos a estos cambios, vivir de otras maneras, buscar modos para mejorar las cosas, dando y no solamente tomando?. Queda por verse. Yin y yang son siempre relativos. Para mí el desarrollo es negativo, pero para ellos, sin embargo, ojalá sea positivo. Vemos la vida a través de nuestros propios sentidos, necesidades y deseos, y cada uno de nosotros es diferente. Espero y pido la sabiduría para ver los cambios que vienen y moverme en armonía con ellos. Después de todo, lo negativo del sitio de pasto de los caballos, vendido al urbanizador, dió como resultado el Estudio de Tai Chi y su importancia para miles residentes del área.

La visión balanceada, yin y yang, positivo y negativo, es uno de los objetivos y demostrados beneficios de la práctica de Tai Chi.
 Michael Gilman
Traducción: MM









No hay comentarios.:

Publicar un comentario