ENTREVISTA CON BARBARA KIRSHENBLATT-GIMBLETT (y Fin)
Tropism No. 12 de Susy Gablick
SG: En un de sus ensayos usted pregunta: "Hay algo que sea realmente posible ahora? Están listos los museos artísticos para tomar seriamente el arte que se hace fuera del mundo del arte? Cuál es su respuesta a esta pregunta?
BKG: Históricamente, el
mundo del arte ha tomado seriamente el arte que se hace fuera de sus linderos,
pero no a los artistas. El show modernismo/primitivismo, en el Museo de Arte
Moderno, hace unos pocos años, constituyó un hermoso caso puntual. Una de las
características definitorias del avant-garde es su rechazo a confinarse a los
productos de un mundo estrictamente de arte refinado. Su interés y uso de los
principios, ideas y sensibilidades de otras culturas - como Brecht confrontando
en Europa por primera vez la opera china o Picasso confrontando la escultura
africana - está muy lejos del reconocimiento, o del trato como pares, o del
tener una genuina relación con los artistas que produjeron esos trabajos.
SG: Pero en muchos casos los
artistas tenían que haber muerto desde hacía mucho tiempo, no es así?
BKG: Pero esa es para mí una aseveración desafortunada. Gran parte
del trabajo del cual hablo no es arqueológico, y no sólo eso, es el dilema, por
ejemplo del Museo de Arte Africano, cuando el público general quiere ver el
viejo material africano. El museo quiere también tener que ver con los artistas
africanos contemporáneos. De otra manera, es como decir que aquellas otras
partes del mundo no tienen su propia tradición artística indígena. Pienso que
necesitamos borrar la distinción y comenzar otra vez de nuevo.
SG: Diría usted que las
versiones más radicales de multiculturalismo nos están conduciendo hacia algo
productivo?
BKG: Creo que las cosas
están cambiando. Lo se, sobre todo, por la academia que es donde paso la mayor
parte de mi tiempo. La academia no es ahora lo que era cuando entré a la
universidad en los sesenta tempranos, y puede asegurarle que no es lo que fue
en los veinte, y que la diferencia finalmente se ha convertido en la noción de
que hay que hacer cambios institucionales importantes si la inclusión se
convierte en una realidad. Y la inclusión no puede tener el precio que ha
tenido historicamente, que ha sido dejar la diferencia atrás. La inclusión en
el pasado no fue expuesta tan vigorosamente, en voz tan alta y elocuente como
hoy en día. Y está siendo propuesta por un intelligentsia que surge entre los
que historicamente han sido excluidos. Es una enorme diferencia. Absolutamente
grande.
SG: En vez de haber sido
propuesta por la cultura dominante, o por los mismos "opresores".
BKG: Correcto. El proceso es
mucho más lento en algunos sitios que en otros. Pienso que el mundo del arte es
especialmente lento para moverse, en parte porque tiene lo que llamaría una
"gran base instalada", con lo cual me refiero a tántas instituciones
y a tánto dinero presente en el status quo. Sus inversiones y desembolsos son
tan extraordinarios que sólo podrá cambiar lentamente. Pienso que mientras más
pequeños, más ligeros, los sectores están menos atrincherados.
SG: Diría usted que, más que
dentro del modernismo, hay un movimiento que busca traer el arte de vuelta a la
vida cotidiana?
BKG: Mi sentimiento general
es éste: pienso que mi experiencia en la academia es hasta cierto grado refleja
lo que está sucediendo en el mundo del arte, así que permítame comenzar con
eso. Siento la experiencia de estar en un suelo en el que las placas tectónicas
están moviéndose, así es cómo experimento el mundo en el cual vivo
profesionalmente. Estas placas tectónicas son las disciplinas históricas,
historia, literatura, historia del arte, que son disciplinas relativamente
recientes, del siglo diecinueve. Particularmente en la academia, un siglo de
historia humana es nada. Pero como se trata de los cien años que han definido
nuestro momento, parece que han estado allí por siempre. Siento que, en este
suelo de movimientos tectónicos, esas líneas disciplinarias lucen borrosas, a
medida de que estamos más conscientes de la formación política del
conocimiento, y cómo el mismo se institucionaliza en departamentos y programas
y se hace más difícil defender esos arrreglos. Así que considero mi era una suerte de era postdisciplinaria. Está más
allá de las disciplinas, es
antidisciplinaria. No estoy interesada en sostener las limitaciones de
pureza e integridad de lo que se trate, historia, literatura, historia del
arte. La interdisciplina dice, mientras más disciplinas, mejor; postdisciplina
dice: Olvidémoslas. Quién las necesita? Si hay un problema, vaya a donde quiera
por lo que necesita. Así que es una muy diferente orientación. Y siento que lo
mismo es verdad para lo concerniente a la cultura. La universidad ha organizado
sus campos alrededor de la noción de cultura que es una expresión de
nacionalismo. Si vemos la organización de los departamentos, todos están
alrededor del concepto de nación, es decir, qué es la literatura inglesa? Sólo
recientemente incluye a las colonias, y eso es el imperio. Como se vea, estas
disciplinas están formadas historicamente de arreglos políticos. Pero ahora
esto está siendo desafiado y creo que el trabajo y lo que él representa, que
estaba en el Whitney, es lo que está viviendo en la academia e igualmente en
las artes. El hecho es que durante la mayor parte de la historia humana, y en
la mayor parte del mundo, hoy, tal separación disciplinaria no existe.
SG: Pero si todos esos
linderos los hacemos borrosos, como estaban, el hacerlo no nos causaría la
pérdida de la integridad en las esferas profesionales?
BKG: Una vez que formamos
esas unidades, tienen vida propia y ellas mismas se perpetuarán
indefinidamente. Así que ese no es mi proyecto A menos que ocurra algo radical,
el status quo tiene una habilidad fantástica para sostenerse. En lo que estoy
interesada es en la desestabilización de la seguridad de que esas divisiones
son las más significativas y que las razones que normalmente se dan para
sostener ese tipo de especialización, pasen incontestadas. Por muchos años he
dirigido un departamento de estudios de actuación, en donde enseño y está
afincado en un abordaje integrado de las artes, en la idea de que jamás
tendremos verdadero éxito en entendernos con las tradiciones artísticas fuera
de Europa, mientras insistamos en las divisiones en las que hemos venido
insistiendo. Continuaremos teniendo un curriculum estructurado en términos de
"occidente y el resto" mientras tengamos las artes parceladas en la
forma en la que las tenemos.
SG: Porque las divisiones
son una función de nuestra particular visión del mundo, los "otros"
nunca calzarán dentro de él.
BKG: Tenemos que ponerlos
con un calzador. Para ser capaces de calzar esas formas, mucho de lo que los
hace lo que son, será dejado atrás. Lo que estoy diciendo es que nuestras
formaciones disciplinarias son partes y parcelas de la historia de nuestras
materias. Eso significa que la historia de las artes en occidente está
reflejada en los departamentos que han sido creados para estudiarlos: su
historia y las instituciones para estudiarlos se emparejan. Y ese
emparejamiento es tan específico cultural e historicamente que es
extremadamente difícil alterarlo para que integren las artes del mundo que no
están organizadas de esa manera. Los departamentos de música ofrecen un curso
de la música del mundo, y cumplen su específico empeño. Un curso en Historia
del Arte no Occidental cumple su específico empeño. Un curso en literatura
mundial, necesitamos más ejemplos? Todos reflejan la noción: es occidente y el
resto - no es una solución.
Tomado del libro: Conversaciones antes del fin de los tiempos, de Suzi Gablik
Traducción MM
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Kirshenblatt-Gimblett” (II) http://robertochikung.blogspot.com/2016/07/articulos-magazine-no-542.html
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