martes, 17 de septiembre de 2019

LA COLUMNA DE BILL DE DOUGLAS (Magazine No. 607)

QUEMAR CALORÍAS, LIBRARSE DEL ESTRÉS, AUMENTAR LA FUNCIÓN INMUNOLÓGICA, SIN SUDAR


De acuerdo con un estudio realizado durante veinte años por Kaiser Permanente, entre un setenta y un ochenta y cinco por ciento de las enfermedades tiene como causa al estrés, lo cual significa que, sólo en Estados Unidos, el estrés nos está costando inmensas sumas anuales en cuidados de salud, y ya que el ausentismo laboral es debido mayormente al estrés, es indudable que por esta razón los negocios pierden al año una enorme cantidad de dinero.

A nivel personal, perturba constatar que el envejecimiento se acelera por el estrés y que el estrés es asunto que a todos nos toca. Se ha demostrado que el cambio, aún el “bueno” es estresante. Nosotros, jinetes cibernéticos, cabalgando en esta era de la información que cambia velozmente, necesitamos, sin duda, algo que nos ayude a permanecer saludables, equilibrados, “más jóvenes” y más vibrantes, aún si a menudo estamos en el centro del huracán del cambio moderno, tratando de estar al día con las novedades en materia de computadores y programas.

Irónicamente una antigua herramienta mente/cuerpo provee, para los problemas actuales de nuestra generación, un bálsamo perfecto que se llama Tai Chi: serie de movimientos suaves y relajados que limpian los tejidos corporales del estrés acumulado, y al hacerlo, enaltecen todos los aspectos de nuestros sistemas de salud, fortaleciendo dramáticamente al sistema inmunológico, reduciendo la incidencia de depresión y de ansiedad y aliviando el dolor crónico. Y éstos son sólo unos pocos de la miríada de beneficios que el Tai Chi ofrece.

Lo que hace del antiguo Tai Chi el perfecto bálsamo moderno es que no requiere entorno o ropas especiales y no hace sudar en lo más mínimo, por lo cual puede practicarse en traje de oficina, en un cuarto vacío y sólo quitándose los zapatos. Sin embargo, esos movimientos suaves proveen la misma euforia de una carrera larga, el beneficio cardiovascular de un aeróbico de impacto moderado, ayudando a quemar casi tantas calorías como al esquiar.

Nuestro tiempo está lleno de paradojas. En esta era moderna hay un problema que nace de la gran promesa de la era de la información –una enorme ola de datos que crea y se ofrece a sí mismo nuestro “cerebro izquierdo”, esa parte de nuestra mente, analítica, calculadora y categorizadora del mundo, que es, sin duda, una poderosa e importante parte de lo que somos: la que hace las cosas, paga la renta, construye las casas y los automóviles, pero en el rápido y cambiante mundo tecnológico, nuestro “cerebro derecho” está siendo dejado atrás y este desbalance de los procesos cognitivos está en el centro del estrés moderno.

Nuestro cerebro derecho es la parte de la mente sensitiva que goza de la vida, de sus olores, de sus sensaciones. La parte que huele las flores, no para analizar su olor sino para llenarse con su belleza…y ésta es la parte que ha sido dejada atrás por el mundo digital. Cuando vamos al centro cibernético, por ejemplo, nuestro cerebro derecho no cuenta. Los centros cibernéticos son lugares maravillosos que nos ahorran tiempo, dinero y gasolina (salvando así el entorno) pero no hay deliciosos aromas o cálidos rayos de sol en ese espacio.

¿Qué hacemos entonces? Tener lo mejor de ambos mundos. El Tai Chi, ejercicios que balancean la mente, nos enseña a experimentar la vida por puro placer, creando un balance en nuestro ocupado mundo. Si se aprende el Tai Chi y se le practica en la mañana, antes de sentarse ante el computador, el cerebro derecho (el que siente y disfruta) estará más abierto. Se sentirá la textura de las teclas del computador, se recordará que hay tiempo para tomar una taza de té verde o especiado con canela, y ocasionalmente se interrumpirá el staccato del teclado para disfrutar del rico aroma del té, sentir el calor en las manos y respirar el aliento de la vida, profundamente, dentro de los pulmones.

Estamos en el filo de la era de la revolución informática, pero también estamos en el jardín de la vida. Practicar Tai Chi nos dará ventajas importantes y duraderas. ¿Por qué? Porque el estrés crónico disminuye nuestras habilidades cognitivas y, por lo tanto, nuestra creatividad.

Einstein dijo: “La creatividad es más importante que el conocimiento”. Aún teniendo el conocimiento en la punta de nuestros dedos, si estamos demasiado estresados para usarlo creativamente, somos mucho menos efectivos. Además, !no estaremos divirtiéndonos!

El punto es que el Tai Chi es un set de ejercicios para practicar el goce de la vida. No es suficiente decir: “Voy a disfrutar más la vida”. En realidad, tenemos que emplear herramientas mente/cuerpo que puedan afectar positivamente la actividad de nuestras ondas cerebrales en una forma integradora, como el Tai Chi ha probado ser capaz de lograr.

El Tai Chi es un ciencia mente/cuerpo extremadamente sofisticada que ha evolucionado en milenios y que está ahora al alcance de todos, después de haber estado por siglos guardada secretamente en China. Aún cuando las prácticas son antiguas, son de muchas maneras tan modernas como un computador con capacidad de muchos gigabytes.

No nos limitemos a estar “al día” con nuestro cerebro izquierdo; extendámonos hacia el cerebro derecho haciendo del Tai Chi parte del tejido de nuestras vidas.

Nos alegraremos de haberlo hecho a medida que descubramos equilibrio y calma ante el espectáculo de la tormenta de cambios acelerados que en este mundo moderno llegan a nosotros.


El autor: Bill Douglas es un experto en Tai Chi, coautor de varios libros, incluyendo un best seller: Guía de Tai Chi y Qigong para el idiota perfecto. Es autor del libro Cómo ser un exitoso profesor de Tai Chi. Contáctelo en http://www.worldtaichiday.org/ (Traducción: María Margarita López)




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