QUEMAR CALORÍAS, LIBRARSE DEL
ESTRÉS, AUMENTAR LA
FUNCIÓN INMUNOLÓGICA , SIN SUDAR
De
acuerdo con un estudio realizado durante veinte años por Kaiser Permanente,
entre un setenta y un ochenta y cinco por ciento de las enfermedades tiene como
causa al estrés, lo cual significa que, sólo en Estados Unidos, el estrés nos
está costando inmensas sumas anuales en cuidados de salud, y ya que el
ausentismo laboral es debido mayormente al estrés, es indudable que por esta
razón los negocios pierden al año una enorme cantidad de dinero.
A
nivel personal, perturba constatar que el envejecimiento se acelera por el
estrés y que el estrés es asunto que a todos nos toca. Se ha demostrado que el
cambio, aún el “bueno” es estresante. Nosotros, jinetes cibernéticos,
cabalgando en esta era de la información que cambia velozmente, necesitamos,
sin duda, algo que nos ayude a permanecer saludables, equilibrados, “más
jóvenes” y más vibrantes, aún si a menudo estamos en el centro del huracán del
cambio moderno, tratando de estar al día con las novedades en materia de
computadores y programas.
Irónicamente
una antigua herramienta mente/cuerpo provee, para los problemas actuales de
nuestra generación, un bálsamo perfecto que se llama Tai Chi: serie de
movimientos suaves y relajados que limpian los tejidos corporales del estrés
acumulado, y al hacerlo, enaltecen todos los aspectos de nuestros sistemas de
salud, fortaleciendo dramáticamente al sistema inmunológico, reduciendo la
incidencia de depresión y de ansiedad y aliviando el dolor crónico. Y éstos son
sólo unos pocos de la miríada de beneficios que el Tai Chi ofrece.
Lo
que hace del antiguo Tai Chi el perfecto bálsamo moderno es que no requiere
entorno o ropas especiales y no hace sudar en lo más mínimo, por lo cual puede
practicarse en traje de oficina, en un cuarto vacío y sólo quitándose los
zapatos. Sin embargo, esos movimientos suaves proveen la misma euforia de una
carrera larga, el beneficio cardiovascular de un aeróbico de impacto moderado,
ayudando a quemar casi tantas calorías como al esquiar.
Nuestro
tiempo está lleno de paradojas. En esta era moderna hay un problema que nace de
la gran promesa de la era de la información –una enorme ola de datos que crea y
se ofrece a sí mismo nuestro “cerebro izquierdo”, esa parte de nuestra mente,
analítica, calculadora y categorizadora del mundo, que es, sin duda, una
poderosa e importante parte de lo que somos: la que hace las cosas, paga la
renta, construye las casas y los automóviles, pero en el rápido y cambiante
mundo tecnológico, nuestro “cerebro derecho” está siendo dejado atrás y este
desbalance de los procesos cognitivos está en el centro del estrés moderno.
Nuestro
cerebro derecho es la parte de la mente sensitiva que goza de la vida, de sus
olores, de sus sensaciones. La parte que huele las flores, no para analizar su
olor sino para llenarse con su belleza…y ésta es la parte que ha sido dejada
atrás por el mundo digital. Cuando vamos al centro cibernético, por ejemplo,
nuestro cerebro derecho no cuenta. Los centros cibernéticos son lugares
maravillosos que nos ahorran tiempo, dinero y gasolina (salvando así el
entorno) pero no hay deliciosos aromas o cálidos rayos de sol en ese espacio.
¿Qué
hacemos entonces? Tener lo mejor de ambos mundos. El Tai Chi, ejercicios que
balancean la mente, nos enseña a experimentar la vida por puro placer, creando
un balance en nuestro ocupado mundo. Si se aprende el Tai Chi y se le practica
en la mañana, antes de sentarse ante el computador, el cerebro derecho (el que
siente y disfruta) estará más abierto. Se sentirá la textura de las teclas del
computador, se recordará que hay tiempo para tomar una taza de té verde o
especiado con canela, y ocasionalmente se interrumpirá el staccato del teclado para disfrutar del rico aroma del té, sentir
el calor en las manos y respirar el aliento de la vida, profundamente, dentro
de los pulmones.
Estamos
en el filo de la era de la revolución informática, pero también estamos en el
jardín de la vida. Practicar Tai Chi nos dará ventajas importantes y duraderas.
¿Por qué? Porque el estrés crónico disminuye nuestras habilidades cognitivas y,
por lo tanto, nuestra creatividad.
Einstein
dijo: “La creatividad es más importante que el conocimiento”. Aún teniendo el
conocimiento en la punta de nuestros dedos, si estamos demasiado estresados
para usarlo creativamente, somos mucho menos efectivos. Además, !no estaremos
divirtiéndonos!
El
punto es que el Tai Chi es un set de ejercicios para practicar el goce de la
vida. No es suficiente decir: “Voy a disfrutar más la vida”. En realidad,
tenemos que emplear herramientas mente/cuerpo que puedan afectar positivamente
la actividad de nuestras ondas cerebrales en una forma integradora, como el Tai
Chi ha probado ser capaz de lograr.
El
Tai Chi es un ciencia mente/cuerpo extremadamente sofisticada que ha
evolucionado en milenios y que está ahora al alcance de todos, después de haber
estado por siglos guardada secretamente en China. Aún cuando las prácticas son
antiguas, son de muchas maneras tan modernas como un computador con capacidad
de muchos gigabytes.
No
nos limitemos a estar “al día” con nuestro cerebro izquierdo; extendámonos
hacia el cerebro derecho haciendo del Tai Chi parte del tejido de nuestras vidas.
Nos
alegraremos de haberlo hecho a medida que descubramos equilibrio y calma ante
el espectáculo de la tormenta de cambios acelerados que en este mundo moderno
llegan a nosotros.
El
autor: Bill Douglas es un experto en Tai Chi, coautor de varios libros,
incluyendo un best seller: Guía de Tai
Chi y Qigong para el idiota perfecto. Es autor del libro Cómo ser un exitoso profesor de Tai Chi.
Contáctelo en http://www.worldtaichiday.org/
(Traducción: María Margarita López)
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