LAS PRÁCTICAS ESTELARES TAOÍSTAS
Juan Li
Desde la más remota antigüedad los taoístas desarrollaron
todo una gama de prácticas relacionadas con las estrellas del hemisferio norte.
El interés en hacer tal cosa fue motivado por el papel decisivo que las energías
celestes juegan en la vida humana. En el periodo pre-industrial los seres
humanos estábamos íntimamente conectados con los ciclos del sol la luna y las estrellas
para todo lo referente a agricultura, fiestas sagradas, toma de posesión de
figuras políticas, comienzo de guerras, procreación y comercio. Durante el
transcurso del ciclo anual la posición del sol, la luna y las constelaciones se
tomo en cuenta ya que la energía celeste se consideraba el complemento de la energía
terrestre. En la cosmología Taoísta la creación toma lugar a través de la unión
de la energía celeste (Yang-masculina) y la energía terrestre (Yin-femenina).
La síntesis del Yang y el Yin produce el estado de armonía que engendra la energía
creativa. Los taoístas desde temprana edad entendieron que la creación no tomo
lugar solamente con una de las polaridades sino que necesita unión y la
creación de una fuerza más allá de las polaridades. Tal energía de armonía es la
materia prima de toda creación. Por lo tanto el practicante que trabaja las energías
del universo tiene que desarrollar profundo conocimiento de las energías
terrestres y de las celestes que irradian de las estrellas, planetas, cometas y
galaxias.
LA IMPORTANCIA DE LA ESTRELLA POLAR
La primera estrella con que los taoístas desarrollan prácticas
directas es la estrella Polar. La estrella Polar preside sobre el eje central de
nuestro planeta y debido al ángulo de inclinación del eje terrestre tiene la
apariencia de estar inmóvil. En la anatomía esotérica del cuerpo humano los taoístas
desde gran antigüedad trazaron el sistema de meridianos por los cuales circula
la energía vital. Meridianos fueron relacionados con todos los órganos vitales
y todas las funciones necesarias para la vida.
El sistema de meridianos puede concebirse como un gran árbol
con numerosas ramas por las cuales circula la sabia que nutre las hojas y
frutos. Pero, todas la ramas del árbol de meridianos están conectadas a un
tronco. Tal tronco juega un papel decisivo en el proceso de absorción y
circulación de la energía vital. Como sabemos en el caso de los arboles todo
tronco tiene una raíz conectada con tierra (Yin) y con el cielo (Yang). Desde
el punto de vista taoísta es la unión del Yang celeste y el Yin terrestre lo
que permite al tronco del árbol nutrir las ramas y dar paso a la creación de
las semillas de la próxima generación.
El cuerpo humano con su sistema de meridianos tiene un
tronco que conecta con cielo y tierra. El meridiano que juega el papel de
tronco se le llama el Canal Central. El Canal Central se encuentra en el mismo
centro del cuerpo a partir del perineo hasta la zona de la corona en la cabeza.
Para los taoístas todo ser viviente tiene un Canal Central
que juega el mismo papel de conectar cielo y tierra. En cuanto al ser viviente
que es nuestro planeta tierra su Canal Central atraviesa del polo sur al polo
norte.
La estrella Polar que preside sobre el Canal Central de la
tierra y de todo los seres vivientes del hemisferio norte es la energía celeste
clave de la creación. Es por eso que todo taoísta comienza las prácticas
celestes conectando concientemente con la estrella Polar.
La energía luminosa que irradia de la estrella Polar tiene
ciertas cualidades que el practicante taoísta desea cultivar. Por ejemplo la
luz polar genera un sentido de estabilidad y calma. En las prácticas meditativas
el practicante que desea entrar en estados profundos de silencio mental al
comienzo de las meditaciones se conecta concientemente con la estrella Polar.
El practicante abre una línea directa de circulación entre la estrella física,
la dimensión sutil de la estrella y la zona de la corona donde el Canal Central
del cuerpo humano se encuentra. Si durante la meditación el dialogo interno
comienza de nuevo eso indica que la conexión se ha perdido y debe de restablecerse
de nuevo.
La estrella Polar irradia a la vez una energía que ayuda al
ser humano a perseverar en lo que está haciendo. La energía de la perseverancia
es una fuerza que mantiene una pureza de propósito no importa las energías
secundarias que traten de afectarla. Para las personas ordinarias el perseverar
en algo solo se puede lograr a veces por muy corto tiempo. Los taoístas logran
desarrollar gran perseverancia gracias el flujo energético que establecen en
sus meditaciones cotidianas con la estrella Polar.
Como todo proceso creativo requiere una buena conexión con
tierra, la estrella Polar ayuda a desarrollar tal vínculo. La energía celeste
tiene una fuerte tendencia a penetrar a tierra, por lo tanto los taoístas
utilizan la energía polar para profundizar la conexión con el Yin terrestre.
Mientras más avanzadas las prácticas energéticas que se realicen más profunda
la conexión con tierra que se necesita. Es por lo cual los taoístas profundizan
su conexión con la estrella Polar a medida que progresan en el camino esotérico.
Otra cualidad clave que la energía de la estrella Polar
ayuda a desarrollar es el del encontrar el camino a seguir en todo lo que
hacemos. Se dice que la claridad de la estrella Polar engendra un estado de
claridad mental y espiritual que ayuda al practicante a distinguir su vía a
seguir. El efecto clarificante se logra desarrollando la zona del centro del
cerebro donde se ubican las glándulas pineal e hipófisis. Esta zona los taoístas
la llaman la Cámara de Cristal o Caldero Superior. La alquimia avanzada taoísta
se realiza en la caldera de la Cámara de Cristal donde se funden la luz celeste
de la estrella Polar y las energías Yin de la tierra. El desarrollo de la Cámara
de Cristal con la ayuda de la estrella Polar le da al practicante la habilidad
de entrar en estados profundos de concentración en el cual el sentido del yo se
disuelve y un estado de claridad suprema se experimenta al nivel del cuerpo
sutil unificado. Este estado de transcendencia del ego individual se logra gracias
a un estado de alta frecuencia energética que se desarrolla en la Cámara de
Cristal. El lograr mantener tal estado de alta frecuencia espontáneamente juega
un papel decisivo en la evolución humana. Los taoístas dicen que la cualidad
energética que irradiamos atrae a igual cualidad del universo. Los estados
supremos de calma que se desarrollan a partir de la Cámara de Cristal eventualmente
abren un proceso de atracción del universo que establece una conexión
permanente con las frecuencias más altas de la estrella Polar. Es entonces que
los taoístas dicen que el practicante ha abierto las puertas de la estrella
Polar y puede continuar en su camino más allá de la dimensión física.
El desarrollo de una conexión con la estrella Polar y el
desarrollo de la Cámara de Cristal son pasos evolutivos que van íntimamente
ligados a la evolución energética del Canal Central sobre el que preside la
estrella Polar. A medida que el Canal Central aumenta su frecuencia gracias a
lo que está sucediendo al nivel de la Cámara de Cristal todo un proceso
evolutivo toma lugar al nivel de los meridianos que conectan con el Canal
Central. El organismo entero va aumentando su frecuencia más allá del nivel
ordinario. Eventualmente la conciencia humana que está anclada a través del ego
a esta dimensión física comienza a vibrar más allá de los límites de la
dimensión física. Es entonces que los taoístas entran en la fase que por falta
de un lenguaje adecuado se le llama de viajes celestes.
LAS ESTRELLAS DE LA OSA MAYOR
En la zona circumpolar del hemisferio norte la estrella
Polar juega el papel de eje central alrededor de la cual el resto de las
estrellas tienen la apariencia de girar. Los taoístas consideran la estrella
Polar el emperador celeste y las estrellas que giran entorno los diferentes
ministros y funcionarios celestes. De las estrellas circumpolares especial atención
se le otorga al conjunto de estrellas de la Osa Mayor. Tal grupo irradia toda
una gama de energías que controlan los cinco elementos de la tierra y el
sistema de meridianos humano. De la misma manera que la energía del cielo y
tierra se combina para engendrar la energía creativa que circula del Canal
Central hacia las ramas, la estrella Polar circula energía hacia las estrellas
de la Osa Mayor y de allí a todos los seres vivientes en la tierra.
La primera estrella de la Osa Mayor se conoce en la astronomía
moderna como DUBHE. Esta estrella irradia una potente energía amarilla que
potencia el elemento Fuego, y el corazón humano. Su luz sutil protege al
practicante de meditación a la vez que le ayuda a desarrollar las más altas frecuencias
de la energía del corazón como el amor, el perdón, la voluntad, el respeto
profundo.
La segunda estrella de la Osa Mayor se le nombra MERAK.
Esta estrella irradia una potente luz azulada que potencia el elemento Metal y
los pulmones humanos. La energía sutil ayuda a desarrollar una actitud
espontanea de valentía y armonía interna que permite al practicante a trabajar
con situaciones que requieren gran tranquilidad combinadas con acción
perseverante.
La
tercera estrella de la Osa Mayor se conoce como PHEKDA. Esta estrella irradia
una luz sutil blanca que potencia el elemento Madera y el Hígado-Vesícula en el
cuerpo humano. El desarrollo de la luz de Phekda engendra un estado espontaneo
de generosidad, compartir, apertura. También permite transcender la cólera y la
agresividad.
La
cuarta estrella de la Osa Mayor se nombra MEGREZ. Esta estrella irradia una luz
sutil blanca que potencia el elemento Tierra y el Bazo humano. Las energías de
esta estrella ayudan a desarrollar un sentido de posibilidades infinitas
característico del espacio infinito del universo propio. Sin la capacidad de
espacio infinito desarrollado con la energía de Megrez el practicante continúa
laborando bajo una perspectiva siempre limitada y de potencial reducido. El
sentido de lo infinito es un ingrediente esencial de los seres infinitos con
perspectivas universales.
La
quinta estrella de la Osa Mayor se conoce come ALIOTH. Esta estrella irradia
una potente luz blanca que potencia el elemento Tierra también y el estomago
humano. Su energía ayuda a desarrollar también la energía del amor en
combinación con la luz de la primera estrella DUBHE. Sus altas frecuencias
generan en el ser humano el sentido de la compasión y la unidad.
La
sexta estrella se nombra MIZAR y es en realidad una estrella doble (la otra se
llama ALCOR). Su luz blanca potencia el elemento Agua y los riñones. Ayuda a
disipar el miedo, a penetrar en lo desconocido a la vez que va expandiendo la
conciencia. Toda energía que potencia los riñones fortalece la mente. Los taoístas
conectan con la luz sutil de MIZAR para trabajar todo lo relacionado con las
plantas medicinales y las plantas para desarrollar las alquimias superiores una
vez que se transciende el necesitar alimento sólido ordinario. La energía de
MIZAR es también cultivada para todo lo que trata en cuanto a las técnicas de
adivinación como el I Ching. Los taoístas
que estudian el I Ching lo hacen con
el apoyo de la luz sutil de MIZAR.
La
séptima estrella de la Osa Mayor se llama ALKAID y preside sobre la parte
inferior del cuerpo humano ayudando a desarrollar la conexión con tierra y la
raíz. Los eremitas taoístas que practicaban en las frías cavernas de las
montanas sagradas durante el invierno desarrollaban una profunda conexión con
ALKAID para desarrollar las prácticas del calor interno que les permitía
sobrevivir el frio sin necesidad de detener sus prácticas de meditación.
Las prácticas Taoístas con las
estrellas van más allá de las estrellas circumpolares. A medida que los
practicantes desarrollan los diferentes niveles de conocimiento esotérico van
siendo introducidos a más y más fuentes de apoyo celeste hasta que
eventualmente el universo externo está claramente establecido en el universo
interno del cuerpo sutil. Es entonces que el alquimista taoísta refleja todo lo
que está arriba aquí abajo.
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