El nombre de la turquesa proviene del francés “pierre
turquoise” que significa piedra turquesa o piedra turca y aunque Turquía no
es un país que se caracterice por tener producción de esta gema, fue desde allí
por donde se empezó a comercializar.
La turquesa
es un fosfato alumínico potásico, con inclusiones de cobre. Tiene una dureza de
5 a 6 en
la escala de Mohs, por lo tanto no es una piedra especialmente resistente. Es
porosa y opaca.
El color de
la turquesa va desde los tonos celestes hasta los verdosos y por lo regular
presenta manchas o vetas tanto negras como marrones, denominadas por algunos
como “la madre de la turquesa”.
Hay
yacimientos de turquesas en diferentes lugares de nuestro planeta, siendo Irán
un puntal en la explotación de esta piedra, ya que posee varias canteras
importantes. Merece especial mención un yacimiento que está ubicado a 2.000 metros de
altura, en una mina escondida en lo alto de una montaña de nombre Ali-mersai,
cuyas turquesas son de alto valor económico y de una belleza única.
También en
Sinaí, llamado por sus mismos habitantes “el país de las turquesas”, se
encuentran minas con ejemplares de alta cotización. Quizás uno de los más
importantes yacimientos de esa zona es uno ubicado a 4.000 metros de
altura, debajo del cual reposa un templo
en honor a la diosa Hathor. ¡A qué alturas se encuentran algunas turquesas!,
¿verdad?
Hay una mina
de turquesas en Cáceres, España, cuyas rocas son muy cotizadas por su precioso
color.
También hay
minas importantes en varios estados de los Estados Unidos de América, así como
en Australia, Chile, Afganistán, China, Australia. En realidad, la turquesa no
es una piedra difícil de encontrar, pero lo que sí es cierto, es que algunas de
las que se venden como “turquesas legítimas”, no son más que muchas de las muy
buenas imitaciones que pueden confundir
hasta a los más entendidos.
TIPS,
HISTORIAS, MITOS, Y LEYENDAS:
- La turquesa es una piedra a la que se le atribuyen propiedades protectoras contra la mala suerte.
- En el México antiguo, las turquesas se reservaban sólo para rendir honores a los dioses. Nadie más podía portarlas.
- El famoso escarabajo (de la protección), hecho de turquesa, se le atribuye a los antiguos egipcios.
- Es la piedra azul por excelencia, y se la relaciona directamente con el mar, por eso se dice que es la protectora de los marineros o de aquellos que emprendan viajes por aguas marinas. El gran navegante Cristóbal Colón, siempre que emprendía una travesía por mar, llevaba una turquesa consigo.
- Para los habitantes del Tibet, la turquesa es la representación del agua y del cielo.
Hay un
detallito que no me gustaría dejar pasar por alto y lo dirijo principalmente a
las damas, ya que nosotras somos las que solemos usar más, tanto las turquesas
como las perlas y los corales. Yo les recomendaría no exponerlas al perfume,
cosméticos o cualquier producto químico, ya que las vuelven opacas y hacen que
pierdan la intensidad de su brillo e inclusive su color. He visto turquesas que
de un azul intenso, por exposición a estos químicos, se volvieron verdosas o
amarillentas. Ya saben que las piedras son caprichos de la naturaleza y, a
veces, protestan.
Anuchy Ulloa
Nei Dan Magazine No. 272 (06-04-10)
Sección: "Las piedras del camino"
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