martes, 5 de junio de 2018

ARTÍCULOS DEL ARCHIVO NEI DAN (Magazine No. 594)


LA TURQUESA


El nombre de la turquesa proviene del francés “pierre turquoise” que significa piedra turquesa o piedra turca y aunque Turquía no es un país que se caracterice por tener producción de esta gema, fue desde allí por donde se empezó a comercializar.

La turquesa es un fosfato alumínico potásico, con inclusiones de cobre. Tiene una dureza de 5 a 6 en la escala de Mohs, por lo tanto no es una piedra especialmente resistente. Es porosa y opaca.

El color de la turquesa va desde los tonos celestes hasta los verdosos y por lo regular presenta manchas o vetas tanto negras como marrones, denominadas por algunos como “la madre de la turquesa”.

Hay yacimientos de turquesas en diferentes lugares de nuestro planeta, siendo Irán un puntal en la explotación de esta piedra, ya que posee varias canteras importantes. Merece especial mención un yacimiento que está ubicado a 2.000 metros de altura, en una mina escondida en lo alto de una montaña de nombre Ali-mersai, cuyas turquesas son de alto valor económico y de una belleza única.

También en Sinaí, llamado por sus mismos habitantes “el país de las turquesas”, se encuentran minas con ejemplares de alta cotización. Quizás uno de los más importantes yacimientos de esa zona es uno ubicado a 4.000 metros de altura, debajo del cual  reposa un templo en honor a la diosa Hathor. ¡A qué alturas se encuentran algunas turquesas!, ¿verdad?

Hay una mina de turquesas en Cáceres, España, cuyas rocas son muy cotizadas por su precioso color.

También hay minas importantes en varios estados de los Estados Unidos de América, así como en Australia, Chile, Afganistán, China, Australia. En realidad, la turquesa no es una piedra difícil de encontrar, pero lo que sí es cierto, es que algunas de las que se venden como “turquesas legítimas”, no son más que muchas de las muy buenas imitaciones que  pueden confundir hasta a los más entendidos.

TIPS, HISTORIAS, MITOS, Y LEYENDAS:
  • La turquesa es una piedra a la que se le atribuyen propiedades protectoras contra la mala suerte.
  • En el México antiguo, las turquesas se reservaban sólo para rendir honores a los dioses. Nadie más podía portarlas.
  • El famoso escarabajo (de la protección), hecho de turquesa, se le atribuye a los antiguos egipcios.
  • Es la piedra azul por excelencia, y se la relaciona directamente con el mar, por eso se dice que es la protectora de los marineros o de aquellos que emprendan viajes por aguas marinas. El gran navegante Cristóbal Colón, siempre que emprendía una travesía por mar, llevaba una turquesa consigo.
  • Para los habitantes del Tibet, la turquesa es la representación del agua y del cielo.


Hay un detallito que no me gustaría dejar pasar por alto y lo dirijo principalmente a las damas, ya que nosotras somos las que solemos usar más, tanto las turquesas como las perlas y los corales. Yo les recomendaría no exponerlas al perfume, cosméticos o cualquier producto químico, ya que las vuelven opacas y hacen que pierdan la intensidad de su brillo e inclusive su color. He visto turquesas que de un azul intenso, por exposición a estos químicos, se volvieron verdosas o amarillentas. Ya saben que las piedras son caprichos de la naturaleza y, a veces, protestan.

Anuchy Ulloa
Nei Dan Magazine No. 272 (06-04-10)
Sección: "Las piedras del camino"



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