365 MEDITACIONES TAO (Ming Dao Deng)
VII
TOLERANCIA
El aliento ártico enrosca las montañas,
Haciendo castañetear los huesos del bosque.
Las gotas se aferran de las ramas:
Adornos enjoyados arrojados a la tierra.
Los árboles pierden sus hojas en invierno. Algunos árboles
pueden incluso caer durante las tormentas, pero la mayoría resiste
pacientemente y aguanta su suerte.
Soportan la lluvia, la nieve, el viento y el frío. Resisten sin
preocuparse el adorno de gotas de lluvia como glicerina, trémulos carámbanos de
hielo, o coronas de nieve. No les importa cuando tal lustroso esplendor es
estrellado contra el suelo. Resisten y esperan, el poder de su crecimiento
aparentemente dormido. Pero por dentro, un florecimiento se construye
imperceptiblemente.
Suya es la tolerancia de ser fieles a su naturaleza interna. Es
con ese poder que resisten tanto las vicisitudes como los adornos de la vida,
porque ni la mala fortuna ni la buena suerte alterarán lo que son. Nosotros
deberíamos ser del mismo modo. Puede que tengamos una gran fortuna o mala
suerte, pero deberíamos cargar con ambas pacientemente. Sin importar qué
suceda, siempre debemos ser fieles a nuestro yo interior.
MEDITACIÓN: EL ARTE DE RECORDAR QUIEN
ERES (Osho)
“Si has vivido el amor o la meditación, sabrás
hacia donde te estoy indicando.
En un momento de profundo amor, el pensamiento
se detiene.
Ese momento es tan fascinante, tan
tremendamente poderoso, tan intensamente vivo, que el pensamiento se detiene.
Sencillamente, estás encantado, te rodea una
gran maravilla. O en meditación profunda, cuando el momento de silencio ha
llegado y estás en absoluta quietud –sin parpadear, sin vacilar, sin temblar,
la lama de tu conciencia es clara, entonces el pensamiento se detiene.”
CUENTO
ISIS Y LOS SIETE ESCORPIONES
El
malvado dios Seth desconocía que Osiris e Isis tuvieron un hijo llamado Horus.
Isis y Horus se escondían cuando Seth los encontró y los encerró.
Cuando
caía la tarde y con la ayuda de Thot, dios de la justicia y la verdad en la
tierra y el cielo, escaparon de su prisión. Durante su viaje envió siete
escorpiones mágicos para guiarles y protegerles.
Tras
un largo viaje por la Tierra de Egipto, llegaron a Per-Sui, ciudad donde se
venera al cocodrilo. Isis y su hijo llegaron muy fatigados y con ganas de
descansar. Vieron una casa cercana a las marismas donde, en la puerta, se
encontraba una mujer muy rica llamada Usert. Pero al ver los siete escorpiones
que los acompañaban, se negó a ayudarles y les cerró la puerta de su casa.
Aunque al final encontraron donde descansar, pues una mujer pobre los albergó
amablemente en su casa.
Los
escorpiones, a pesar de todo, estaban muy enfadados por la actitud de la mujer
rica, y decidieron darle una lección por su falta de caridad. Le dieron todo su
veneno a su jefe, Tefen, quien entró en la casa de la mujer rica y de este modo
picó a su hijo que estaba durmiendo. La mujer comenzó a llorar pidiendo ayuda,
pero nadie acudía a socorrerla. Sin embargo, la diosa Isis salió corriendo a
ayudarla. Cogió en brazos a su niño y ordenó al veneno mortal mediante sus
palabras que saliera de su pequeño cuerpo, y de este modo se salvó de la
muerte.
La
mujer de nombre Usert, se dio cuenta de que Isis, la Señora de la Magia, había
salvado la vida de su hijo, a quien antes sin consideración ninguna había
negado hospedarla. Sentía tales remordimientos que ofreció toda su fortuna a
Isis y a la mujer pobre de las marismas que ofreció su casa sin temor alguno.
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