Te besaré
cuando haya destrozado
a doce hombres que aún no conozco
y cuando tú de algún modo hayas muerto
una y otra vez
Anne Sexton
LOS CELOS SON UNA EMOCIÓN HUMANA
NATURAL Y CREATIVA QUE PUEDE ESCAPARSE DE NUESTRO CONTROL
La gran diosa Hera nos fue legada
por los griegos como una imagen extraña y sin embargo hermosa de los celos.
Honrada como el icono del matrimonio y la fidelidad, fue también conocida por
sus arrebatos de celos salvajes y destructivos. A pesar de sus discusiones, que
podían asumir proporciones colosales y devastadoras, Zeus y Hera, la pareja
casada arquetípica, fue venerada como el ejemplo sumo de una relación íntima y
duradera.
Esta vieja leyenda sugiere que
los celos y la unión de los corazones van de la mano. Por supuesto, no
disfrutamos el sentimiento de los celos y fácilmente podemos imaginarlo como
una neurosis. Podríamos creer que los celos representan un fracaso personal y
que deberíamos estar por encima de esa emoción indigna, pero una reflexión como
ésta puede señalar que estamos maduros para recibir las lecciones de esa
emoción.
Los diarios nos recuerdan a
menudo cuán violentos pueden tornarse los celos, que frecuentemente pueden
estar en la base del abuso doméstico y no pocas veces llevan al crimen. Es una
emoción peligrosa. En la terapia me he enfrentado con celos que rayan en la
violencia y de cerca he visto cómo la paranoia y la ira se unen en una
amenazante trama. No es algo para ser tomado a la ligera, pero al mismo tiempo
puede ser una tontería querer estar por encima de esa emoción.
Los celos están alimentados por
un masoquismo poderoso y cegador, en el cual la persona ofendida se complace en
su victimización. Una profunda satisfacción surge de cada nueva sospecha u
ofensa. El masoquista busca tener la evidencia de lo que le infligirá el mayor
sufrimiento y se deleita en descubrir lo que es cada vez más aborrecible. Los
celos demuestran el goce de sufrir y el atractivo del dolor.
De acuerdo con el principio de
que un síntoma siempre apunta a una carencia y a una necesidad, los celos
vehementes revelan el hecho de que la persona celosa no va a someterse a los
dictados de la vida. La víctima trata desesperadamente de no ser herida, no
quiere que el otro tenga vida propia o que su voluntad sea libre y no puede
tolerar la idea de que el ser amado pueda ser atraído por otra persona El
celoso enloquecido quiere total control y posesión, no quiere nada que lo haga
perder poder o que lo obligue a rendirse.
Si un amigo o terapeuta le
sugiere dejar que la vida se aligere y siga su propio curso, la persona celosa
no será persuadida porque su oscura pasión no es razonable. Es una expresión
del alma, no del ego. Está en la naturaleza de las cosas, no es una opinión o
una actitud que pueda ser cambiada fácilmente. Vemos los celos en los animales
y algunas veces podemos pensar si acaso el tiempo lluvioso siente celos de la
luz del sol. Giordano Bruno hizo un relato acerca de montañas en competencia
mutua.
La solución podría estar en
evitar resoluciones razonables y en su lugar permitir que los sentimientos y
pensamientos destructivos hagan su tortuoso trabajo. Los celos nos inician en
las leyes profundas de la vida, no simplemente enseñan sino que graban sus
verdades particulares en el corazón, sorbiendo sangre emocional, un ingrediente
presente en todas las iniciaciones genuinas.
De acuerdo con una historia,
llena de celos y llevada por un espíritu de competencia con su esposo, Hera dio
a luz un niño deforme, Hefestos, y se encolerizó tanto que lo lanzó para que
cayera en las profundidades del mar. Esta caída mítica de Hefestos nos da una
clave acerca de los celos. Usualmente buscamos sólo experiencias gratas y
momentos armoniosos, especialmente en nuestras relaciones. Pero Hera, la diosa
total del matrimonio y la vitalidad, engendra un niño dañado, que, gracias a la
cólera de su madre, como Adán y Humpty-Dumpty, sufre una gran caída. Tornado
inválido por este acceso de violencia, Hefestos es sin embargo el maestro
artesano para el mundo y para los dioses. Nosotros también podemos resultar
heridos por nuestros celos, pero eso no quiere decir que no estemos aptos para
una vida creativa.
La historia implica que nuestra
pasión por unirnos con otro, pasión que tiene sus celos, competitividad y
deseos de posesión, es creativa precisamente en aquellas áreas en las cuales su
forma no es perfecta, y tal vez ni siquiera aceptable. Junto con nuestros celos
caemos en nuestra humanidad más profunda, justamente como Adán y Eva, cayeron
en la vida humana por la fuerza de sus apetitos insuprimibles.
Los celos ciertamente no son algo de lo que podamos
enorgullecernos o que debamos buscar. Pero cuando ocurren, podemos saber que
nuestra pasión es fuerte y nuestra psique, pueril. Sólo necesitamos aprender
lecciones profundas acerca del amor y la unión, y en especial, cómo rendirse
ante los dones y las pérdidas que vienen de la abundante providencia. La vida
da, pero también quita y es amargamente doloroso aprender esta lección, pero si
nos resistimos demasiado fuertemente, saldrán a relucir en forma violenta
nuestra ignorancia y nuestra inmadurez. De todos modos, cada punzada de los
celos ofrece un camino para entrar más profundamente en una vida madura y en un
amor que nos abra el corazón.
Thomas Moore
(Traducido de su obra Original Self)
Nei Dan Magazine No. 215: 03-12-08
Sección: "Del diario de Nani" (María Margarita López")
Traducción MM
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