TAI CHI EN EL PARQUE
Por
Marcela Thesz
ESPERANDO EN LA PUERTA
Tomado de “Tai Chi as a Path of Wisdom”
Las puertas o
entradas están habitualmente relacionadas con dificultades. Pueden tomar muchas
formas: el canal de parto, la cámara de descompresión de una nave espacial, un
hueco en el hielo hecho por los esquimales para devolver a los animales a sus
ancestros. Pueden llevarnos a una choza de iniciación, a un salón de apuestas o
a un dormitorio de ensueño. Los momentos que pasamos en la zona de entrada
o cuando caminamos a través de esta puerta es un tiempo de
“entre-mundos”… no hemos dejado por completo el lugar anterior y tampoco
hemos entrado definitivamente al nuevo.
Esperar en la puerta
implica expectación. Esperamos en la puerta de la iglesia antes de casarnos, en
la puerta del salón antes de rendir un examen o para comprar una entrada de un
concierto, esperamos para escuchar la última respiración antes de que un ser
querido muere. Cuando traspasamos la puerta, nunca sabemos con seguridad que
encontraremos del otro lado. Es por ello que en muchas culturas las entradas
son consideradas lugares peligrosos. Muchos rituales han sido creados a través
de la historia de la humanidad para salvaguardar a las personas en su pasaje
por una puerta.
Pero, variados como
sean estos rituales, su objetivo siempre es darle apoyo a la persona que cruza.
No tienen la intención de prevenir o de evitar el cruce, sino de ahuyentar las
dificultades. Aquellos que crearon estos rituales sabían que, para hacer las
cosas más fáciles es necesario robarle a la entrada el poder de la
transición. Este poder reside en la fe y el sentido de haber logrado algo,
que surge naturalmente cuando uno siente que ha llegado a donde debía. Es el
mismo sentimiento que aparece cuando se llega a la meta de un maratón, se
arregla un motor que no funciona, se gana la elección o se da el primer paso
cuando uno es bebé. La diferencia solo está en el grado, no en el sentimiento
de logro.
(Continuará…)
(Cortesía
de Ivonne Duhart)
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MEDITACIÓN: EL
ARTE DE RECORDAR QUIÉN ERES (Osho)
“Las
tres preguntas más importantes son:
‘¿Quién
soy yo?’
‘¿De
dónde vengo?’
‘¿Hacia
dónde voy?’
Cuando
hayas negado todas las respuestas posibles que la mente puede concebir y
proporcionarte, cuando la pregunta sigue siendo absolutamente incontestable,
sucede un milagro: de pronto la pregunta también desaparece.
Cuando
todas las respuestas han sido rechazadas, a la pregunta ya no le quedan pilares
donde sostenerse. Sencillamente se desploma, se derrumba, desaparece; ahora tú
sabes.
Pero ese saber no es una respuesta: es una
experiencia existencial.”
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HUMOR
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