martes, 12 de julio de 2016

SECCIÓN QUINCENAL (Magazine No. 540)


V I D E O S   D E   L A   Q U I N C E N A

COMO NO TODO ES TAI CHI:

COLABORACIONES:

  • “Kathia Buniatishvili – Claude Debussy: Clair de lune” (Cortesía de Moshe Calzadilla) 


  • “¡INCREIBLE! La carretera más peligrosa del mundo - ¿te atreves a conducir por aquí?” (Cortesía de Lucía Pellegrino) 


  • “The Monk and the Fly” (Corto de animación / Cortesía de Hernani Jiménez) 



MÚSICA: MAMBO: DÁMASO PÉREZ PRADO (1916-1989)

Cuba ha dado al mundo una inmensa cantidad de excelentes músicos. Uno de los más conocidos es sin duda el pianista, arreglista y compositor, Dámaso Pérez Prado, el Rey del Mambo.

Pérez Prado no inventó el mambo. Sus creadores fueron los cubanos Israel López “Cachao” y su hermano Orestes, allá por los años treinta. Este ritmo es un desarrolló del danzón y el son montuno tal como lo interpretaba Arsenio Rodríguez. No obstante, Pérez Prado es considerado el mayor difusor internacional del género y el músico a quien más se identifica con el mismo.

Parte de su éxito radicó en haberse mudado a México en 1948, en plena época dorada del cine de esa nación, industria que enseguida fusionó al mambo de Pérez Prado con las vedettes rumberas, como María Antonieta Pons. Uno de los filmes de la Pons se titula, justamente, La reina del Mambo.

Otra de las razones es que Pérez Prado transfiguró el combo de Arsenio Rodríguez y la Orquesta Típica, como la Casino de la Playa, en una big band, al estilo del jazzista Stan Kenton, músico a quien admiraba.

El mambo tendría influencia en el nacimiento del Rock and Roll, el chachachá, el jazz latino, y, por consiguiente, en el género salsa de finales de los sesenta en adelante. Cuando Pérez Prado editó un disco de 78 revoluciones, con el mambo No. 5 en una cara, y Qué rico el mambo, en la otra, en el año 1949, se desató lo que se llamó la mambomanía, que llegaría a radicarse en los clubs de baile latinos de New York, como el célebre Palladium, donde gozó del favor de personalidades del jet set internacional y de artistas de Hollywood, como Marlon Brando, entre muchos otros. La mambomanía llegó incluso a países como Alemania y Japón. En este último país, la demanda por escuchar mambo fue tal, que la empresa Sony tuvo que desarrollar el primer radio transistor de baterías, en amplitud modulada, para satisfacer las necesidades del público. La fiebre del mambo duraría hasta finales de la década de los cincuenta. Aún después del fin del boom del mambo, Pérez Prado siguió cosechando éxitos, como el Mambo del Taconazo, a finales de los años sesenta.

En 1970 Pérez Prado adquirió la nacionalidad mexicana, falleciendo en Ciudad de México a causa de un paro cardiaco.

De Dámaso Pérez Prado traemos tres de sus más famosas composiciones: Que rico el mambo; Mambo No. 5; y Patricia.

  • Que rico el mambo (1949). 


  • Mambo No. 5 (1949). 


  • Patricia (1958). 





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