martes, 10 de mayo de 2016

ARTÍCULOS DEL ARCHIVO NEI DAN (Magazine No. 531)

“Nuestro amigo el Prefecto es un poco
demasiado astuto para ser profundo”
Detective Dupin de Edgar Allan Poe

EL MISTERIO DETECTIVESCO ES EL MISTERIO FUNDAMENTAL QUE DEFINE NUESTROS DÍAS



¿Cuál es la atracción del misterio detectivesco y qué significa detectar un misterio? Si bien un buen detective de ficción siempre al final resuelve el crimen, la palabra detective no viene de resolver o solucionar, sino de detectar que simplemente es notar, aún cuando la raíz de la palabra tiene un significado más fuerte: descubrir.

El encanto de una historia detectivesca yace en el más profundo misterio de la vida y la muerte. ¿Tenemos inteligencia y perspicacia para detectar los misterios que operan en nuestras propias vidas? En el siglo XX en particular, la historia detectivesca ha sido favorita en teatros, películas, y en televisión. ¿Pero por qué habríamos de estar tan atraídos por esta forma? ¿Es acaso su riqueza o es que llama a algo profundo y significativo de nuestras vidas?

Los griegos se referían a quienes habían participado en los misterios sagrados con la palabra mystes y los tenían por personas excepcionales y agraciadas. Los romanos hablaban de mysterium y lo enlazaban con el culto a dioses y diosas. En el extraordinario libro de Marcel Detienne, “Maestros de la Verdad en la Antigua Grecia”, el autor investiga el significado de la palabra verdad en griego, aletheia, que era a veces definida como “no olvido”. Es el poeta, dice, el maestro mágico, shamánico, del recuerdo, que trae a nuestras mentes, para nuestro más hondo beneficio, los absolutos y ocultos secretos de nuestras vidas. El poeta es un detective, y el detective, un poeta.

El secreto mayor, el objeto de la detección teológica, es Dios, clásicamente conocido como deus absconditus, el oculto. Aún en las historias de detectives profesionales que buscan solucionar un asesinato o robo, el misterio está en un nivel más profundo que el problema presentado. Ciertamente sería demasiado literal que el final fuera la identificación del culpable. El motivo es un elemento importante en la mayoría de las historias detectivescas, pero, motivo, ¿qué significa exactamente?, ¿quién o qué lleva a una persona a matar o a robar?, ¿por qué el crimen es parte de la existencia?, ¿cuál es el Dios que habría creado un mundo acribillado por la maldad?

Si nos sentimos llevados a ver o leer otra historia de un crimen y su solución, puede ser que lo que llama nuestra atención es el crimen más profundo en el cual estamos todos implicados – la trasgresión de Adán, la mítica desobediencia, y la pérdida del Edén. Y si nunca nos cansamos de las historias de misterios, es posible que todavía no hayamos detectado el verdadero misterio.

El detective puede ser ingenioso, como Perry Mason, o impredeciblemente presiente como Dupin, o racional, más allá de lo natural, como Sherlock Holmes. El detective es a menudo mercurial: por encima, lento, y por debajo, ágil, como Columbo, o incluso, Clouseau. La detección frontal, el trabajo prosaico de los inspectores oficiales, es expuesto usualmente a través de la escasa profundidad de sus acciones aparentemente ingeniosas. Las historias de detectives nos divierten al darnos una percepción de nuestro propio misterio y quizás, al arrojar luz sobre el crimen fundamental, que es la osada trasgresión envuelta en simplemente estar vivos. Somos todos hijos de Adán, el arquetípico maestro criminal. Todos estuvimos alguna vez en nuestro hogar edénico, que perdimos a causa de un crimen que alguna vez cometimos, pero que ahora hemos olvidado. Seguimos tratando de detectar este misterio y de encontrar al criminal, pero seguimos buscando en el lugar equivocado.

Thomas Moore

(Traducido de su obra Original Self)
Nei Dan Magazine No. 203: 09-09-08
Sección: "Del diario de Nani"
Traducción MM

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